Mink aludía a las muertes frecuentes y, esta vez, hasta fulminantes, en relación a lo que estaba ocurriendo en Limoges, y que habían provocado la reacción de la prensa, hasta burguesa.
Un socialista debía pagar la cuota correspondiente, asistir a las asambleas, votar cuando había elecciones o votaciones, y cumplir “con celo” los cargos para los que podían ser elegidos.
Desde el año 1939 eran verdaderos “parias”, en un régimen que se caracterizaba por la injusticia, dejando en el abandono a millares de heridos de guerra que habían combatido en las filas de los “vencidos”.
Si el amor a la patria no le impide persistir en su actitud, el amor al trabajo y al algodón lo rendirá. La esclavitud de los negros se halla justificada por la Biblia, las consideraciones humanitarias y la sana filosofía.
Carrillo consideraba que en las casas más ricas veían a las criadas como una especie de esclavas, sin obviar los abusos sexuales que padecían con frecuencia.
Las trabajadoras de este taller, según la denuncia, trabajaban entre 11 y 12 horas diarias, incluso los domingos, por un “mezquino jornal”, frente a los altos precios que cobraba por los productos terminados.
La patronal había conseguido, donde no había organización obrera, pagar la hora de trabajo de siega a treinta y cinco céntimos. Así pues, los obreros llegaban a trabajar unas trece horas diarias como media a pleno sol a razón de ese jornal.