La Segunda Internacional quería que se vigilasen bien las agencias de navegación, las oficinas de inmigración y las compañías ferroviarias para evitar abusos y que la emigración se organizara en beneficio de estas empresas.
Este nuevo libro de Augusto Zamora logra transportar al lector a un tablero de juego global en donde el ejercicio del poder y la fuerza, suele primar ante la igualdad y la justicia.
Las prestaciones por desempleo no cubrirían el cien por cien del salario, eran temporales, y el beneficiario debía haber trabajado y cotizado durante un tiempo previo.
Muchos españoles no tenían recursos por falta de trabajo, y también padecían en sus derechos sociales por problemas administrativos, al carecer de algunos papeles para las oportunas tramitaciones.
el aumento de la población del siglo XVIII generó una presión evidente. Esta cuestión incidió en la generación de un nuevo tipo de pobres, aquellos que, aunque trabajaban, no ganaban los suficiente para mantener sus crecidas familias.