A pesar de vivir a solo unos kilómetros de la frontera portuguesa, de la raia, como decimos aquí, sabemos poco o nada de la cinematografía lusa, como sabemos poco o nada de su literatura lusófona.
La propuesta de expulsar a niños nacidos en España por el simple hecho de ser hijos de personas migrantes no solo es éticamente repugnante, sino que rompe con uno de los pilares del Estado de derecho: el principio de igualdad ante la ley.
“No busco venganza. Solo verdad. Si la familia que lo crió sabe lo que ocurrió, que le diga que lo busco. Que me envíe una foto. Si él no quiere saber nada de mí, lo aceptaré. Solo quiero saber que está bien”.
Non estamos, no mundo sen leis, e a Carta das Nacións Unidas (ONU), condena expresamente a utilización da forza, salvo en lexítima defensa, ou ante un ataque inminente e, neste caso, con autorización expresada do Consello de Seguranza, mas estes son criminais que non cumpren as leis.
Las protagonistas no son figuras angelicales moldeadas para enternecer a Occidente. No hay aquí una pornografía del sufrimiento. Las mujeres que aparecen en estas páginas son complejas, autónomas, a veces contradictorias. No piden compasión, exigen comprensión.