La defensa de la escuela en el Madrid de la República

se organizó un censo de niños y niñas que cumplían los catorce años, con datos familiares y de domicilios, antecedentes familiares, deseos y preparación de cada uno de ellos en relación con su salida de la escuela

Por Eduardo Montagut

En varias ocasiones nos hemos referido al infatigable trabajo municipal de Andrés Saborit, sin olvidar el parlamentario. En este caso acudimos a una iniciativa que creó, como teniente de alcalde del madrileño distrito de La Latina, en defensa de la escuela y de los alumnos, en la primavera de 1932.

Saborit decidió reunir a los profesores municipales y nacionales del distrito durante varios jueves por la tarde con el fin de abordar diversos aspectos educativos.

De esas reuniones salió el acuerdo, a petición del propio Saborit, de constituir una entidad de defensa de la escuela y del niño, formada por maestros del distrito. Así se hizo.

Los representantes elegidos se reunían los martes en la Tenencia de Alcaldía y se dedicaron a formar y organizar unos ficheros con datos sobre escuelas municipales y nacionales, religiosas y particulares del distrito. Además, se recopilaron datos sobre alumnos matriculados, término medio de los que asistían a clase, y número de niños en expectativa de ingreso en cada escuela.

Además, se organizó un censo de niños y niñas que cumplían los catorce años, con datos familiares y de domicilios, antecedentes familiares, deseos y preparación de cada uno de ellos en relación con su salida de la escuela. Esos niños debían ir al Instituto de Orientación profesional a fin de que fueran examinados y, de eso modo, poder ser orientadas a sus familias sobre el futuro de los chicos y chicas. Se pretendía que este organismo de defensa de la escuela y del niño actuara con un reglamento, y se quería que pusiera en relación a las escuelas del distrito con las autoridades municipales, museos, instituciones de cultura, teatros, festivales, lugares de recreo para los niños, empresas de tranvías, el Metro, etc, todo con el fin de dar facilidades a los niños y al profesorado.

Por fin, Saborit consiguió sacar adelante la constitución de una comisión circunstancial para organizar los actos en honor de los niños que terminaban su escolaridad, entre los que se incluía uno con el presidente de la República.

Hemos trabajado con el número 7276 de El Socialista del 2 de junio de 1932.

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