una notable película de terror folk, donde se mezclan los ritos ancestrales con lo sobrenatural, historia de brujas y de fantasmas, de maltrato infantil y de patriarcados asfixiantes, de mujeres resignadas y de otras que luchan para derribar los muros la sociedad
Por Angelo Nero
“No hay nada que podamos hacer si las propias mujeres no tienen el deseo de vivir de una forma diferente. Quería inspirarlas a tener nuevas ideas sobre sí mismas. Conozco a muchas mujeres en mi país que ni siquiera se plantean una vida diferente a la de tener hijos, un marido y un hogar que cuidar. A mí también me llevó mucho tiempo preguntarme qué es lo que realmente quería. Y cuando lo hice y lo compartí, hubo una reacción inmediata: ¿No quieres ser madre? ¡No eres una mujer!”. Así comenzaba una pequeña entrevista en el portal CineEuropa a la directora eslovaca Tereza Nvotová, sobre su película “Nightsiren”, que fue premiada con el Leopardo de Oro en la última edición del festival de Locarno.
Tras su brutal debut con “Filthy”, en 2017, con la historia de una chica llena de sueños, que son truncados cuando es violada por su profesor, y con la lucha interna por mantener en secreto la agresión sexual ante una sociedad incapaz de protegerla, regresa a las pantallas con una fábula de terror en clave feminista, “Nightsiren”, donde otra joven Šarlota (interpretada por Natália Germáni), regresa a su pueblo natal, en un remoto valle en el interior de las montañas, a reclamar la herencia de su madre. La joven despertará antiguos fantasmas en un pueblo anclado en la tradición, en la que se escuda una profunda y agresiva misoginia, que no duda en señalar, como cientos de años atrás, como bruja a cualquier mujer que ose desafiar los rígidos esquemas de la sociedad rural.
Šarlota, a la que sus vecinos habían dado por muerta desde que desapareció siendo una niña, vuelve de la ciudad convertida en una enfermera de treinta años, dispuesta a remover las cenizas del pasado para buscar las respuestas a los motivos por los que tuvo que huir. En esa búsqueda se encontrará con Mira (Eva Mores), una enigmática joven, conectada con la naturaleza, conocedora del poder medicinal de las plantas, y a la que parecen tolerar sus continuas transgresiones de la moralidad y de las costumbres del pueblo, que la guiará en su camino hacia el pasado.
Pero no es una cinta de critica social “Nightsiren”, o no solo, sino también una notable película de terror folk, donde se mezclan los ritos ancestrales con lo sobrenatural, historia de brujas y de fantasmas, de maltrato infantil y de patriarcados asfixiantes, de mujeres resignadas y de otras que luchan para derribar los muros la sociedad, sin importarles el precio a pagar. “Usamos el pueblo como un antagonista colectivo para reflejar todo aquello que consideramos que está mal en nuestra sociedad. El miedo a lo desconocido y a lo diferente es lo que impulsa los peores crímenes. Ha sido así durante siglos.” Afirmaba Tereza Nvotová en la citada entrevista.
Šarlota y Mira descubrirán sus vínculos con el pasado, con la tierra y con la sabiduría femenina, y tendrán que enfrentarte a todas las fuerzas oscuras, a las visibles y a las invisibles, que confabulan en contra de su libre determinación, en un film donde las montañas son, a la vez, refugio y amenaza, pero donde, sobretodo se dibuja un grito de liberación que va más allá de la sociedad rural eslovaca, y señala a los inquisidores modernos de cualquier nacionalidad. En palabras de la directora de Nightsiren: “Nos dimos cuenta de que muchas de nuestras amadas tradiciones existen para preservar el statu quo: las mujeres tienen que ser fértiles, los hombres deben ser fuertes, las mujeres sirven a los hombres, los hombres protegen a las mujeres. Y si alguien no se ajusta a esto, se convierte en un peligro para la comunidad. Así de simple y aterrador.”
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