En el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas, el partido de Abascal obtiene solo un 8% de la intención de voto, la mitad que la que tenía el pasado mes de junio.
Por Lucio Martínez Pereda
La descomposición de Vox continúa: ahora le ha tocado el turno a la dirección del partido de ultraderecha en Galicia. El máximo responsable en A Coruña abandona el partido de Abascal.
La crisis interna de Vox con el abandono de Olona y sus próximos, la destitución de su secretario general, el desangramiento de cuadros y afiliados en Valencia, Badajoz, Catalunya, y Andalucía, se profundiza ahora con su extensión en Galicia.
A ello se suman la recientes declaraciones del exvicepresidente de Vox Juan Jara afirmando que Abascal no quiso ir a las elecciones en A Coruña por un posible acuerdo con el PP : «el principal beneficiario de que Vox no se presentara a las elecciones en A Coruña es el PP»
Ante esta realidad- son muchos los que abandonan Vox y pocos los que toman el relevo- a la ultraderecha española le resultará difícil mantener una estructura de partido en todos los territorios y evitar que la crisis de votos que apuntan las encuestas, se profundice con los resultados de las elecciones municipales y las próximas autonómicas.
A este panorama del que ya parece es un hundimiento sin retorno de la formación ultraderechista, hay que añadir los cuatro ex dirigentes, incluido un ex vicepresidente, que recientemente airearon las múltiples miserias del partido de Santiago Abascal en el último Salvados.
Los números dan cuenta de la situación en la que se encuentra Vox: en el último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas, el partido de Abascal obtiene solo un 8% de la intención de voto, la mitad de la que tenía el pasado mes de junio.
Feijóo- consciente de que el número de afiliados de Vox que están llamando a las puertas de las sedes del partido popular crecerán en las próximas semanas- calla.
Mientras tanto, Olona, que ha calculado fríamente “los tempos” para que se extienda territorialmente el efecto dominó de esta descomposición en Vox, presentará su nuevo proyecto además de en Madrid, en Málaga y Jaén, dos provincias donde los fieles a la actual dirección de la periclitada ultraderecha también tienen problemas para taponar el desangrado de su militancia. Todo apunta a que las siguientes semanas, serán “semanas horribilis” para Santiago Abascal y sus cada vez más reducidos y debilitados fieles.
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