Esta es una historia de luchas destinadas al fracaso, la del obrero contra el compañero, en una competición en la que los dos pierden, la de los sindicatos contra los estudiantes revolucionarios, y la de los sindicatos entre sí.
“Matar a Pinochet” se construye a través de un viaje en automóvil de dos de los comandantes del FPMR, Tamara y Ramiro, que lideraron la Operación siglo XX, donde rememoran la acción armada que tenía como objetivo al dictador chileno.
Ellos siguen siendo soldados más allá de ese reconocimiento que, ya sea material o simbólico, nunca llegará. Creo que eso es en sí mismo bastante anti épico y que, precisamente por la esa razón, los llena de humanidad.
Hollywood lo traga y lo derrite todo, lo asimila todo, ejerce una enorme, incesante e irresistible presión sobre los pueblos de la mayor parte del mundo para que cambien su forma de vida.
La historia la contamos en el Bryggjan porque es como volver a los 80 y observar como estos sitios desaparecían de nuestros pueblos, con ellos se iban muchas más cosas que un simple bocadillo y una cerveza local, con ellos desaparecía una forma de entender la vida y relacionarse.