En lo que va de 2017 España ha perdido 94 rosas. Estas mujeres que hoy no pueden estar aquí con nosotras, han sido asesinadas por el simple hecho de haber nacido mujer. Lo peor, es que estas cifras tan sólo representan la punta del iceberg de la violencia machista en el país. Hay miles de mujeres invisibilizadas que diariamente tienen que soportar verdaderas atrocidades, debido a nuestra concepción cultural de la mujer como ser subordinado al hombre. El gobierno español necesita renovar la legislación en materia de género, ya que dista mucho de ponerle un punto y final a esta problemática social.
El Ministerio de Igualdad ha contabilizado 46 feminicidios, mientras que, esta cifra es duplicada en el observatorio feminicidio.net con 94 feminicidios.
Año tras año, se repite la misma historia, muchos de los feminicidios no han sido contemplados en las cifras oficiales del gobierno. De este modo, podemos observar una gran discrepancia entre el número de feminicidios publicados por el Ministerio de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad, y el número de feminicidios publicados por el observatorio feminista, feminicidio.net. Hasta el día de hoy, el Ministerio de Igualdad ha contabilizado 46 feminicidios, mientras que, esta cifra es duplicada en el observatorio feminicidio.net con 94 feminicidios. Esto se debe a que España presenta una legislación insuficiente en materia de género que no identifica todos los tipos de violencia machista contemplados en el Convenio de Estambul (2011), dejando fuera de sus cifras oficiales muchos asesinatos cometidos por una clara cuestión de género.
Cuando pensamos en violencia de género lo primero que nos viene a la mente, es la violencia ejercida por una expareja o una pareja. Sin embargo, la violencia de género trasciende este ámbito y está presente en toda la sociedad, ya que muchos de los feminicidios son protagonizados por hombres, que no tienen ningún tipo de relación sentimental con la mujer. Esta problemática social no es contemplada por la actual ley de violencia de género (ley orgánica 1/2004), siendo solamente tipificados como feminicidios aquellos donde hubo una relación sentimental. Sobre este asunto, un caso que ha generado mucha polémica ha sido el de las dos chicas asesinadas en Cuenca el pasado 2015. Tan sólo una de ellas ha sido contabilizada como feminicidio por haber mantenido relaciones sentimentales con el asesino, pero ambas han sido objeto de la misma violencia machista, y ambas se merecen que se haga la misma justicia.
El pacto de Estado sobre la violencia de género aprobado el pasado mes de Septiembre, ha desaprovechado una gran oportunidad para hacer una verdadera reforma a esta ley de violencia de género, anticuada e insuficiente que no responde a todas las necesidades que puedan tener las mujeres. Este recoge 213 medidas de prevención, asistencia y protección de las víctimas y de sus hijos, de los huérfanos y de las madres de los menores asesinados. Sin embargo, el pacto no contempla la canalización de las medidas planteadas desde los grupos feministas, no identifica todas las violencias de género, y no tiene un presupuesto ni un calendario para llevar a cabo las 213 medidas planteadas. Urgentemente necesitamos un Pacto de Estado, pero este tiene que ser garantista y no quedar en papel mojado.
El Estado español debe comprometerse con la ciudadanía, y firmar un Pacto de Estado mucho más ambicioso, y no un pacto de mínimos con medidas cosméticas.
Nos encontramos ante una grave problemática social, y para combatirla debe haber un cambio cultural que vendrá de la mano de una educación en igualdad, ya que si no comenzamos a erradicar el problema desde la raíz, este seguirá perpetuándose generación tras generación. Además el Estado español debe comprometerse con la ciudadanía, y firmar un Pacto de Estado mucho más ambicioso, y no un pacto de mínimos con medidas superficiales, cosméticas. Las mujeres estamos en guerra y tenemos que luchar para que no muera ninguna rosa más. Nos queremos a todas vivas.
Fuentes:
Se el primero en comentar