Hartas

En España una mujer es asesinada por su pareja o expareja cada 6 días, y se denuncia una violación cada 4 horas.

Por Laura Isabel Gómez

Quiero empezar esta columna con una afirmación rotunda: La violencia de género no es “un problema de mujeres”. La violencia de género es un problema de hombres que sufrimos las mujeres. Solo la sociedad en su conjunto y unida contra esta brutal violencia es como acabaremos con ella. Todo lo demás son excusas y es darle alas a un machismo que enferma a la sociedad en la que todos y todas vivimos.

Recientemente fue 25 de noviembre, día internacional por la eliminación de la violencia contra la mujer, más conocido como el día contra la violencia de género. Un año más nos enfrentamos a la cruda realidad de ponernos cara a cara con la frialdad de los números de las estadísticas que, aunque estrepitosos, no recogen jamás el alcance del drama humano que esconden, ya que las víctimas, no solo las asesinadas, sino sus hijos e hijas huérfanos y las familias de las mujeres que quedan destrozadas para siempre están totalmente invisibilizadas como si no fueran víctimas también de esta pandemia de violencia machista que no cesa. Hemos llegado a la grotesca realidad de haber normalizado que 2 o 3 veces por semana en los telediarios digan “Nueva víctima de violencia de género…”, ocupando una breve mención al caso, un escueto video de menos de un minuto y a menudo tratado de manera frívola e hiriente con comentarios del tipo “mujer muerta”, “mujer muere”, como si la pobrecita hubiera muerto por ciencia infusa, y no asesinada de forma cruel y vil a manos del psicópata que la asesina porque “era suya”, para a continuación tener que tragar el oír comentarios del vecindario de la pareja diciendo lo bueno que era él y lo normal que era la pareja EN PÚBLICO. Es un suma y sigue de dolor que no cesa y al que encima se le añade el morbo de unos medios de comunicación que siguen sin tratar el tema en su dimensión global, total y con la importancia que requiere, además de no seguir ni uno de los consejos que numerosas guías recogen para el buen trato de casos de violencia de género en los medios de comunicación. Lo que hace llegar a la triste conclusión de que NO INTERESA tratar la violencia machista correctamente ni darle la importancia que en cualquier otro caso sí se le daría. Es como si las vidas de las mujeres no valieran ni importara nada. Pues me pregunto ¿qué ocurriría si en vez de haber sido asesinadas una, dos mujeres por semana, hubieran sido víctimas como profesores, taxistas, policías, políticos, futbolistas…? Seguramente en ese caso se hablaría de TERRORISMO.

Lejos de estar mejor, las mujeres, seguimos sufriendo todo tipo de violencias que nos atraviesan solo por haber nacido con sexo femenino. En pleno S.XXI las mujeres seguimos viviendo en una pandemia permanente de violencia machista que nos condena a un toque de queda perpetuo y a una inseguridad que nos merma nuestro estado de bienestar, vulnera nuestros derechos humanos y nos hace vivir en guerra continua contra el machismo, la misoginia, y el patriarcado que nos pone en una posición de desigualdad perpetua no solo en los espacios públicos sino lo que es peor en los propios espacios privados de nuestras casas, donde más seguras deberíamos sentirnos. No hay manera de avanzar, y cuando lo hacemos, el patriarcado se rearma y nos atiza, como el padre que te castiga por haber sido una niña desobediente. Vivimos con la espada de Damocles encima con temor a perder los derechos adquiridos tras años, décadas y siglos de lucha feminista. Nos amenazan a diario con derogar la Ley de Igualdad, la Ley Integral contra la Violencia de Género, la Ley del Aborto, o con nuevas formas de explotación sexual y reproductiva de nuestros cuerpos, con la esclavitud que inunda nuestras calles, carreteras, rotondas, polígonos y pisos donde miles de mujeres son compradas y vendidas para que puteros puedan acceder a sus cuerpos impunemente mientras las mafias proxenetas y las arcas del Estado de dinero negro se llenan a espuertas. ES INSOPORTABLE, ¡ESTAMOS HARTAS! Y en vez de contar con el apoyo total de la sociedad y la condena unánime de la sociedad civil y política en un día como el 25 de noviembre hay que volver a escuchar la “matraca” de ¿y la violencia contra los hombres qué?, la violencia no tiene género, a los hombres también los asesinan, y ahora por si fuera poco debemos añadir al colectivo LGTBIQ+ señalando que este día “no es inclusivo” porque ¿y las personas no binarias qué? ¿y los/las personas trans qué? Y … y … y… ¿qué? ¿Nadie se da cuenta de que todo es una estrategia del patriarcado para ningunear a las mujeres, minusvalorar nuestro sufrimiento, invisibilizar la problemática de la violencia contra nosotras y neutralizar la lucha feminista para dejarnos sin voz?

Punto número uno, la violencia no tiene género, pero la violencia de género sí tiene género y es el del sexo femenino, el de las mujeres nacidas hembras de la especie humana que desde el mismo momento que salimos por la vagina de nuestras madres ya estamos en una posición de subordinación, y desigualdad, respecto a los nacidos varones. La violencia de género es una de las expresiones máximas de violencia que el machismo ejerce sobre las mujeres, si esto no se tiene claro ya en 2021 es por una cuestión de ideología misógina y machistoide que es intolerable a estas alturas del S.XXI.

Punto número dos, ¿en qué momento las mujeres, cuando salimos el 25N con una pancarta gritando “Basta de violencia contra las mujeres”, estamos diciendo sí al resto de violencias que afectan a otras personas y/o colectivos? La cosa es tan absurda e insultante como si dijéramos que por el hecho de que haya un día contra el cáncer dijéramos que no estamos por la lucha contra otro tipo de enfermedades. Al cabo del año existen multitud de días que recuerdan problemáticas de toda índole que afectan a nuestras sociedades, como el día de las enfermedades raras, el del cáncer infantil, el día del SIDA, del Alzhéimer, del Parkinson; el colectivo LGTBQ+ tiene todo un mes de Orgullo para sus reivindicaciones; existe el día de las víctimas del terrorismo, de las víctimas de los accidentes de tráfico, etc. y todas estas personas pueden salir libremente a decir lo que quieran decir, hacer sus reivindicaciones y gritar a los cuatro vientos sus demandas y necesidades al gobierno sin que nadie les vaya detrás suyo con una batería de contra argumentación para decirles que no deberían “quejarse”, ni salir a la calle a reivindicar, ni recordar a las víctimas y a las personas que sufren esas pérdidas o que luchan contra las enfermedades, al contrario, se las apoya como debe y tiene que ser, porque hacer lo contrario es cruel e inhumano, y curiosamente esta crueldad e inhumanidad solo se produce cuando las mujeres decimos que nos están asesinando, violando, acosando, discriminando… Como si fuéramos una panda de locas que se manifiestan sin motivo ni razón.

Pero no quiero basar esta columna en opinión, sino que desplegare toda la batería de datos, estudios, cifras y estadísticas objetivas que demuestran que no, no estamos locas y que sí, tenemos todos los motivos y razones para estar HARTAS. Algo que jamás se le pediría a una víctima de cualquier otro tipo de violencia, pero así va la cosa…

LA FRIA Y CRUEL REALIDAD DE LOS DATOS DE LA VIOLENCIA DE GENERO

El fenómeno de la violencia contra la mujer es algo que sucede a escala mundial, que afecta a cualquier país, a cualquier clase social, y cultura; de modo que podríamos considerarla un problema de tal envergadura que es como otra pandemia, pues ya en 2013, según datos de la OMS, el 30% de la población de sexo femenino del planeta había sufrido violencia física y/o sexual por parte de su pareja/ex pareja.

El término violencia de género, fue propuesto por primera vez en 1976 por el Tribunal Internacional de Delitos contra la Mujer, que definió la violencia de género como el asesinato intencional de las mujeres a manos de un hombre por ser mujer”.

La violencia de género es un lastre generalizado que 736 millones de mujeres (1 tercio de las mujeres del planeta) en todo el mundo empiezan a sufrir a edades muy tempranas (entre los 15-24 años) y que se ha agudizado con los confinamientos debidos a la pandemia de COVID-19, así lo afirmó la Agencia Mundial de Salud. Los datos de la agencia de la ONU para la salud revelan que el problema no ha disminuido durante la última década, sino que va a peor.

La violencia de género no es solo el puñetazo en la cara de la mujer que es visible, sino que este tipo de violencia afecta gravemente a la salud integral y el bienestar de las víctimas que se perpetúa mucho más allá en el tiempo tras haber ocurrido produciendo daños psicológicos que duran a veces toda la vida. Hablamos de ansiedad, estrés postraumático, depresión crónica, embarazos/abortos no deseados provocados por violaciones dentro de la pareja, lesiones físicas que a veces llevan a adquirir discapacidades tras brutales palizas como son sordera, pérdida de visión, movilidad, así como enfermedades venéreas entre otros muchos graves problemas de salud crónicos que nunca desaparecen del todo. Pero cabe mencionar que este daño se extiende más allá de las víctimas porque afecta también gravemente a su entorno más cercano que sufre de verla sufrir a ella, y por extensión a la sociedad en su conjunto, pues ¿cómo podemos decir que somos una sociedad democrática y soportar semejantes cifras de maltrato contra la mitad de su población?

El feminicidio es la forma más extrema en la que la violencia de género se manifiesta pues éste es solo el final de una cadena de actos violentos previos de otras muchas formas de violencia que una mujer padece antes de ser asesinada (violencia psicológica, física, sexual, económica…).

Según las últimas estadísticas realizadas en este 2021, a nivel mundial, 1 de cada 3 mujeres en el mundo ha sufrido violencia física o sexual por parte de su pareja o expareja y 3 de cada 5 mujeres asesinadas lo fue a manos de su pareja, expareja o de algún otro miembro del núcleo familiar; aunque en algún país de áfrica y américa hablamos de hasta 1 de cada 2 mujeres, estos últimos son datos de la OMS.

Otros datos recabados por la oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, en 2018, muestran que se produjeron 87.000 feminicidios en el mundo, un 58% de los cuales se produjeron dentro de la familia, y un 34% fueron perpetrados por su pareja.  Por regiones, el continente con mayor porcentaje de feminicidios es Oceanía con un 42%, seguido de África con el 38% y América con un 35%. Por debajo de la media están Asia con el 31% y Europa con un 29%. Sin embargo, en cuanto a los casos de violencia física los datos no son tan dispares entre sí, sino que son más parecidos según determinó la ONU en 2015.

CONVENIO DE ESTAMBUL

En 2006 se constituyó el European Institute for Gender Equality (EIGE) con el fin de trabajar en la prevención de la violencia de género y por la igualdad de género en todos los países miembros de la Unión Europea. Posteriormente en 2011 se establece el Convenio del Consejo de Europa sobre prevención y lucha contra la violencia contra las mujeres y la violencia doméstica, conocido como Convenio de Estambul, en el cual en su Artículo 3 se expone las definiciones de Violencia de Género y de Violencia Doméstica las que deben ser recogidas por todos los países que ratifican el Convenio (entre ellos España). Siendo estas las definiciones:

Violencia de Género: 

Violación de los derechos humanos y una forma de discriminación contra las mujeres, y designará todos los actos de violencia basados en el género que implican o pueden implicar para las mujeres daños o sufrimientos de naturaleza física, sexual, psicológica o económica, incluidas las amenazas de realizar dichos actos, la coacción o la privación arbitraria de libertad, en la vida pública o privada”. (Artículo 3a)

Violencia Doméstica:

De igual forma se entenderá como violencia doméstica todo acto de maltrato que se produce en la familia o en el hogar, independientemente de que el autor del delito comparta o haya compartido el mismo domicilio que la víctima”. (Artículo 3b)

Además, en el Artículo 11 se hace hincapié en la importancia y en la necesidad de recoger datos estadísticos de manera periódica sobre violencia de género. Sin embargo, existe un claro desconocimiento sobre la situación real de la violencia de género en los países de la UE porque no todos los países se han cumplido con el compromiso serio de crear la legislación y los registros pertinentes. Aunque en el caso de España, por ejemplo, sí se han cumplido con dichos compromisos pues existen múltiples organismos que recogen cifras sobre la violencia de género, como el Instituto Nacional de Estadística (INE), el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Delegación de Gobierno contra la Violencia de Género, entre otros, así como sí se ha desarrollado una legislación en materia de Igualdad y lucha contra la violencia de género que es hoy en día pionera no solo dentro de la UE sino también a nivel global.

ESPAÑA

En España una mujer es asesinada por su pareja o expareja cada 6 días, y se denuncia una violación cada 4 horas.

Con respecto a las víctimas mortales, según datos de Delegación de Gobierno contra la Violencia de Género, desde 2003 hasta 2021 se han contabilizado 1.118 víctimas (solo para poner en relieve la dimensión de a lo que nos enfrentamos, recordar que ETA asesinó a 850 personas en 40 años, el terrorismo machista lleva 1.118 mujeres asesinadas en 17 años). En el presente año, las víctimas mortales a causa de la violencia de género ascienden a 37, según la última actualización del Ministerio de la Presidencia, Relaciones con las Cortes e Igualdad, de las cuales 29 de ellas no había presentado denuncia. Las 37 mujeres asesinadas, en lo que llevamos de 2021, dejan 24 huérfanos que se suman al total de 330 en los últimos 8 años (desde que existen registros).

Por otro lado, en los últimos años se ha observado un recrudecimiento en las formas en las que los maltratadores asesinan a las mujeres. Ya no se conforman con una paliza, un apuñalamiento o un tiro limpio, ahora tenemos mujeres descuartizadas que son desperdigadas por contenedores, y acequias; mujeres quemadas vivas, mujeres lanzadas desde coches en marcha o estrelladas con su maltratador dentro; mujeres tiroteadas y apuñaladas de manera múltiple; mujeres asesinadas con hachas, asfixiadas, rociadas con ácido… Es un grado de odio y ensañamiento que va in crescendo año tras año.

En nuestro país, los datos epidemiológicos muestran que el tramo de edad con mayor prevalencia tanto de casos de violencia de género como de feminicidios es el grupo que va desde los 18 y a los 49 años, y dentro de este gran grupo los tramos de edad de los 30 a los 39 años y de los 18 a los 29 años son los grupos de edad que más prevalencia acumulan, mientras que el porcentaje más pequeño de víctimas de violencia de género se encuentra en el de las mujeres mayores de 60 años y en feminicidios son las menores de 18 años las que tienen el porcentaje menor de casos dentro de los casos de violencia de género en relaciones sentimentales adolescentes.

Por otro lado, en España, en 2020 conocimos una cifra realmente alarmante: cada mes se denuncian más de 1.000 violaciones, y las cifras de violaciones grupales han crecido desde 2016 de forma exponencial. Según un informe de septiembre de 2020 publicado por el Ministerio de Igualdad, 1 de cada 2 mujeres (es decir, la mitad de las mujeres que viven en España) han sufrido algún tipo de violencia machista en su vida. Esto incluye situaciones de acoso sexual y callejero.

A continuación voy a exponer una serie de datos muy interesantes y esclarecedores que sirven para desmontar todo el argumentario que se esgrime desde la ultra derecha de que las muertes y agresiones sexuales a mujeres en nuestros país se producen por motivo de la inmigración ilegal, que la mayoría de las denuncias son falsas… entre otras falacias que se dicen desde este sector negacionista, y son los datos publicados en la web https://www.epdata.es cuya fuente es el Ministerio de Igualdad entre otros organismos. 

Según estas estadísticas, las víctimas mortales por violencia de género entre 2003 y 2020 son asesinadas por hombres de nacionalidad española, tanto si la mujer asesinada es española o extranjera (ver gráfica)

Si nos vamos a las denuncias, en los juzgados españoles se presentaron un total de 35.001 denuncias por violencia de género en los primeros tres meses de 2021, según datos del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ). De las 35.001 denuncias interpuestas en este primer trimestre, un total de 675 fueron hechas directamente por la mujer víctima; 323 por los familiares; 990 por terceros, mientras que la mayoría de las denuncias fueron por parte de atestados policiales (30.118), o mediante partes de lesiones directamente en el juzgado (2.895).

Ósea que no son las propias mujeres quienes interponen las denuncias, sino que son los propios agentes de la policía quienes interponen el mayor número con diferencia: 675 de las mujeres frente a las 30.118 presentada por la policía.

Según la estadística anual del INE el número de víctimas de violencia de género (la que sufren mujeres por parte de varones que son pareja o expareja) inscritas en el Registro Central del Ministerio de Justicia aumentó en 2019 hasta las 29.215 mujeres. Por su parte, el número de víctimas de violencia doméstica (la que una persona sufre en el ámbito intrafamiliar) creció un 8,2% hasta las 8.279 víctimas. Así se refleja en la Estadística de Violencia Doméstica y Violencia de Género publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), que recoge datos sobre víctimas y denunciados por estos delitos, con órdenes de protección o medidas cautelares dictadas y que publica con periodicidad anual.

Se entiende por violencia doméstica todo acto de violencia física o psicológica ejercido tanto por un hombre como por una mujer, sobre cualquiera de las personas enumeradas en el artículo 173.2 del Código Penal (descendientes, ascendientes, cónyuges, hermanos, etc.) a excepción de los casos específicos de violencia de género. 

En 2020 se registraron un total de 39.494 víctimas de violencia de género y de violencia doméstica. De las cuales 34.297 fueron mujeres (29.215 de la violencia de género y 5.082 de la doméstica) frente a los 3.376 hombres víctimas de violencia doméstica.

 

Alrededor de 2 de cada 10 detenidos en España lo son por delitos de malos tratos en el ámbito familiar, contra la libertad sexual o relaciones familiares, según datos del Ministerio del Interior.   

En cuanto al número de víctimas mortales, un total de 22 hombres fueron asesinados por mujeres que eran su pareja o expareja durante los años 2016 y 2018, frente a las 151 mujeres que fueron asesinadas en ese mismo periodo por un varón con el que tenían o habían tenido relación sentimental (violencia de género), según un informe del Observatorio contra la Violencia Doméstica y de Género del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) que analiza las muertes por violencia doméstica íntima en el trienio 2016-2018.Según datos de la macroencuesta de Igualdad sobre violencia sexual cabe señalar muy mucho los siguientes datos: El 57,3% mujeres residentes en España de 16 o más años han sufrido algún tipo de violencia machista (violencia física o sexual por su pareja o ex pareja) a lo largo de sus vidas, por el hecho de ser mujeres, lo que se traduce en 11,7 millones de mujeres, según revela la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer, elaborada por la Delegación del Gobierno para la Violencia de Género.

En España más de 53.000 mujeres y 9.000 menores tienen seguimiento policial y viven con protección policial por violencia machista, un 12,4% más que el año anterior. Los casos activos por violencia de género en VioGen (sistema de protección a víctimas de violencia machista) son de 67.912, según datos del Ministerio del Interior. El número de usuarias activas en ATENPRO (servicio telefónico de atención y protección para víctimas de violencia de género) es de 16.529.  Siendo 118.856 altas en el servicio desde que se creó en 2005. En España 1 de cada 2 personas, (la mitad de la población), conoce un caso cercano de violencia de género, según datos del II Macroestudio de violencia de género «Tolerancia Cero» de la Fundación mutua madrileña.

Pero no todo es malo, recientemente hemos tenido dos noticias relevantes en tanto y cuanto al tratamiento de la violencia de género en España. El 19 de noviembre Igualdad anunció que a partir de enero de 2022 se contabilizarán todos los feminicidios, no solo los cometidos por la pareja o expareja, sino que también se incluirán a las víctimas mortales de violencia sexual, familiar, vicaria y social. De este modo casos como el de Laura Luelmo, Diana Quer, Florina Gogos, entre otras muchas entraran dentro de la estadística anual de víctimas de violencia de género. Posteriormente, la misma semana del 25N, el Parlamento español acordó la renovación del Pacto de Estado contra la violencia de género con el apoyo de todos los grupos parlamentarios, (excepto VOX), éste tendrá carácter permanente y se garantiza su financiación.

Cabe destacar que España, en comparación con la media de otros países europeos, es de los países con las tasas más bajas de feminicidios. Ello es debido a la legislación específica que se creó entre 2004 y 2007, y las políticas implementadas que han permitido poder crear organismos públicos especializados en la prevención de la violencia de género, y lucha contra ella, así como la elaboración de estudios en esta materia.

EUROPA 

Dentro de la UE, un 43% y un 22% de las mujeres han sido víctimas de violencia física y/o sexual, y violencia psicológica a manos de sus parejas respectivamente, además según datos de 2014, de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, las mujeres europeas tienen un riesgo 5 veces mayor de ser asesinadas por su pareja que los hombres (este dato también va para los negacionistas).

Aunque si analizamos los datos país por país, encontramos que las estadísticas reflejan realidades muy diferentes entre países de la UE en cuanto víctimas, y contextos en los que la violencia de género se ejerce, debido a las grandes diferencias socioeconómicas-políticas-culturales entre países europeos, pero en cambio los datos referidos a los victimarios son bastante homogéneos, pues los estudios realizados al respecto demuestran varios rasgos comunes muy interesantes. Una de las conclusiones a las que se ha llegado es que no hay diferencias significativas entre los varones que ejercen violencia de género contra las mujeres, con los varones que comenten otros delitos. Es decir, los rasgos de personalidad y características psicopatológicas de unos y otros, son muy similares, además se ha encontrado que, dentro del colectivo de presos de delitos no asociados a la violencia de género, presentan una alta aceptación a este tipo de violencia en pareja algo que en los varones de la población en general, no se produce. Por lo que podríamos concluir que los varones delincuentes que ejercen violencia sobre la mujer como los que ejercen otro tipo de violencia tienen rasgos psicopáticos que pueden ser utilizados para predecir la comisión de violencia de género en algún momento de sus vidas.

Sorprendentemente son los países nórdicos (Dinamarca, Suecia y Finlandia) los que concentran las tasas más elevadas de violencia de género del continente europeo, es lo que se conoce como la Paradoja Nórdica. Los factores por los que esto es así no se han llegado a determinar ya que son países donde los niveles de igualdad y no discriminación por razón de sexo son elevados, aunque sí se ha observado que posiblemente una de las razones sea la relación existente entre la violencia de género y las actitudes de sexismo hostil que sí están muy presentes en estos países. Este tipo de sexismo hace que las mujeres sufran un tratamiento desigual y perjudicial hacia las mujeres, pues las subordina a los varones y las coloca en un grupo inferior en el que a la mujer se la quiere en su rol tradicional dentro del ámbito privado de la familia, relegada al cuidado de la casa y el hogar y dependiente del marido y en el que él ejerce control sobre ella. Por otra parte, también el sexismo hostil latente en estas sociedades influye en los profesionales de la salud quienes no se implican a la hora de identificar a mujeres víctimas de violencia de género ni les dan la credibilidad que deberían a sus relatos cuando denuncian, todo ello crea un caldo de cultivo que da como resultado lo que se refleja en las estadísticas, las mujeres sufren la violencia en silencio, y acaban asesinadas.

La violencia de género tiene formas diferentes de manifestarse y de ellas es la violencia psicológica el tipo de maltrato dentro de la pareja que más se produce en todos los países de la UE.

En España, en 2015 la Macroencuesta de Violencia contra la Mujer elaborada por Delegación de Gobierno para la Violencia de Género arrojó el dato de que la violencia psicológica, concretamente la violencia de control (aislar a la mujer de familia y amistades, imponerle horarios, acosarla, etc.) es el tipo de violencia que más se produce, pues 1 de cada 4 mujeres (25,4%) manifiesta haberla sufrido en su vida en pareja.

No porque no se trate de una violencia física, debe tenerse en menor consideración, sino al contrario, porque por eso mismo, por no ser una violencia visible que deja una marca en la piel de la víctima, hace que exista una alta tolerancia a estos comportamientos dentro de la sociedad, sobre todo en los más jóvenes, quienes tienen la creencia demasiado a menudo que los celos, el control, y el acecho están relacionados con el amor verdadero, uno de los “Mitos del Amor Romántico”, que acaban por justificar actitudes violentas hacia la pareja. De hecho, según datos de la misma Macroencuesta de 2014, en adolescentes y adultos jóvenes, se halló una relación evidente entre niveles altos de dependencia emocional y el ejercicio del maltrato psicológico, tanto en las víctimas como en los victimarios, aunque eran los varones jóvenes los que tenían niveles más altos de dependencia emocional dentro de la población general.

Lo que es cierto es que la tasa de feminicidios en la UE (29%) es más baja en comparación con las de otras regiones del planeta, aunque uno de los principales problemas para combatirla más y mejor sigue siendo a día de hoy la recogida de datos y la comparación de los mismos en los diferentes miembros de la UE, algo que permitiría su estudio y un abordaje integral del problema de modo que podría crearse una estrategia común y más efectiva que lograría bajar aún más las tasas de violencia de género y feminicidios, pero ni siquiera existe una terminología común en todos los países de la UE, a pesar de que el Convenio de Estambul sí recogía una definición clara de violencia de género y de violencia doméstica que debía ser utilizada por los países que ratificaron dicho convenio. A parte, no todos los países han elaborado la legislación pertinente para regular y prevenirla.

Datos del EIGE de 2016, 10 de los países de la UE no tienen leyes que regulen la violencia de género ni la doméstica, y de los 18 restantes que sí la tienen, solo Suecia, Bélgica, Irlanda y España diferencian la una de la otra. Con este galimatías de normativas tan dispares, es imposible poder recabar datos fiables y que puedan ser comparados entre sí para así poder abordar la problemática de manera eficaz y efectiva.

AMÉRICA LATINA

La violencia contra la mujer en América Latina, Centro América y el Caribe es de tal envergadura que varios de sus países tienen tasas que podrían calificarse de auténtica pandemia. México, Brasil, El Salvador y Honduras son los países tienen la mayor tasa de feminicidios. Según datos de CEPAL de 2018, en estas regiones se produce un feminicidio cada 2 horas y media (del que podamos decir que existen registros, pues muchos de ellos quedan sin registrar).

Feminicidios en América Latina. Cifras y datos de 2020 (fuente: estudios realizados por Ayuda en Acción): Bolivia: entre enero-agosto de 2020 hubieron 83 feminicidios (en la cuarentena hubo 53 casos). Colombia: según el Observatorio de Feminicidios, 445 mujeres fueron asesinadas hasta septiembre de 2020 (en la cuarentena, 243). Ecuador: según un informe de la plataforma Alianza Mapeo se produjeron 748 feminicidios desde 2014 hasta marzo de 2020. El Salvador: el Observatorio de Violencia de Ormusa registró 71 feminicidios entre enero- agosto de 2020. Guatemala: el Observatorio de la Mujer, del Ministerio Público, contabilizó 319 feminicidios en 2020. Honduras: entre enero-septiembre de 2020 se registraron 195 feminicidios en el país. Durante el establecimiento del toque de queda por la COVID-19 se registraron 126 muertes violentas de mujeres. México: en 2020 el Observatorio de Feminicidios de México contabilizó 724 feminicidios desde enero a septiembre. Nicaragua: de enero a agosto de 2020, el Observatorio Católicas por el Derecho a Decidir registró 50 feminicidios. Perú: la Defensoría del Pueblo reconoció 145 casos de feminicidios en 2020. Venezuela: 172 mujeres fueron asesinadas por violencia de género entre enero-agosto de 2020.

EN EL MUNDO

Datos de ONU Mujeres sobre violencia contra las mujeres y niñas:

– A escala mundial, el 35% de las mujeres ha experimentado alguna vez violencia física/sexual por parte de una pareja, mientras que las mujeres que han sufrido violencia sexual a manos de un hombre que no era su pareja puede llegar al 70%, según los estudios que maneja ONU Mujeres; además las tasas de depresión, abortos e infección por VIH son más altas en las víctimas que han sufrido este tipo de violencia frente a las que no.

– Las llamadas a las líneas telefónicas de asistencia se han multiplicado x5 en algunos países a raíz de la pandemia de COVID-19, como consecuencia del incremento de la violencia de género provocado por los confinamientos ya que la imposibilidad de salir de casa, el aislamiento social y la falta de recursos económicos hacen que las mujeres sean aún más vulnerables dentro de casa en todo el mundo.

– Solo 48 países han integrado la prevención y asistencia a las víctimas en sus estrategias contra el COVID-19, mientras que 121 países han adoptado medidas para fortalecer los servicios de ayuda a las mujeres.

– 137 mujeres al día son asesinadas por violencia doméstica en todo el mundo. Se calcula que, de las 87.000 mujeres asesinadas en 2017, unas 50.000 lo fueron a manos de familiares o parejas. Y unas 30.000 fueron asesinadas su pareja o expareja.

Menos del 40% de las mujeres que sufren esta violencia buscan ayuda, y cuando lo hacen la mayoría acude a sus familias y amistades. Menos del 10% acuden a la policía.

– Unos 155 países tienen leyes contra la violencia doméstica, en cambio, ello no significa que éstas se ajusten a las recomendaciones internacionales, ni que se apliquen y ni se hagan cumplir como deberían.

– 15 millones de niñas adolescentes de 15 a 19 años han experimentado relaciones sexuales forzadas en todo el mundo y tan sólo un 1% de ellas pidió ayuda profesional.

– En 5 diferentes regiones del mundo el 82% de las parlamentarias denunció haber sido víctima algún tipo de violencia sexual durante el ejercicio de su puesto. El 65% de ellas denunció que habían recibido comentarios sexistas por parte de sus compañeros varones.

VIOLENCIA DE GÉNERO EN TIEMPOS DE PANDEMIA

La violencia de género, a nivel global en todo el mundo, no ha disminuido en la última década, sino que lo más preocupante y peligroso es que ha aumentado y lo que es aún peor, se ha recrudecido durante los confinamientos derivados de la pandemia del COVID-19.

Estimaciones mundiales, regionales y nacionales de la prevalencia de la violencia de pareja contra la mujer y estimaciones mundiales y regionales de la prevalencia de la violencia sexual fuera de la pareja contra la mujer 2000-2018”, es el mayor estudio sobre violencia de género a escala mundial que se hecho hasta ahora. Los datos extraídos de él no pueden mostrar la totalidad de la dimensión de la problemática ya que las víctimas por temor no denuncian en la mayoría de los casos, aun así, los datos recabados son escalofriantes, pues muestran que los ataques físicos y/o sexuales perpetrados la pareja son la violencia más frecuente que sufren las mujeres, siendo un total de 641 millones de mujeres las víctimas de esta violencia brutal. Aunque cabe señalar que estos números extraídos del macro estudio citado no incluyen el impacto del COVID-19 sobre ello, así actualmente ese dato podría ser sustancialmente mayor.  Por su parte, la directora ejecutiva de ONU Mujeres, durante la conferencia de prensa de la presentación del estudio, destacó la juventud de las víctimas y victimarios.

Como ya es costumbre, voy a cerrar el artículo con una cita. Esta vez del director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus en una conferencia de prensa donde recordó que la violencia contra la mujer está presente en todas las culturas y destacó el preocupante aumento durante esta pandemia del coronavirus: 

Sin embargo, no disponemos de vacunas para ponerle freno, sólo podemos hacerle frente si los gobiernos, las comunidades y las personas adoptan medidas y las integran plenamente con el fin de cambiar actitudes perjudiciales, mejorar el acceso a las oportunidades y los servicios para las mujeres y las niñas y fomentar las relaciones saludables y de respeto mutuo”, dijo.

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