no conviene olvidar quién estaba al frente del ministerio del interior, o de Gobernación, el citado político franquista Manuel Fraga Iribarne, fundador de Alianza Popular, que fue germen del actual Partido Popular
Por Angelo Nero
“El ministro de la Gobernación a Valentina Pérez Sainz: en estos dolorosos momentos ruégole acepte mi más sentido pésame por la muerte de su esposo. Salúdale atentamente, Manuel Fraga Iribarne.”
Con este escueto telegrama daba por zanjado el ministro franquista Manuel Fraga, reconvertido en padre de la democracia por arte de magia de la Santa Transición, el asesinato del marido de Valentina, que entonces tenía 28 años, a manos de las fuerzas de seguridad del estado.
Eran las nueve y media de la noche de un 10 de abril de 1976, cuando Felipe Suárez tuvo la desdicha de encontrarse con un control de la guardia civil, un cuerpo militar que se había destacado por la represión durante la dictadura, a cuyo frente estaba Ángel Campano López. Conviene detenerse en la biografía de este general, que se había destacado en la guerra civil en el Tercio de Requetés Abarzuza, como alférez provisional, y cuyo fervor falangista le haría participar como voluntario en la División Azul, lo que le llevaría a ascender rápidamente en el escalafón franquista, llegando a ser gobernador militar de Madrid, y capitán general de la I Región Militar, alcanzando la dirección general de la guardia civil el 10 de octubre de 1975. En la tentativa de golpe de estado del 23 de febrero de 1981, siendo capitán general de la VII Región Militar, en Valladolid, tuvo una actitud dubitativa, cuando no sospechosa de esperar a como evolucionaba el golpe para sumarse, pasando a la reserva ese mismo año. Conviene no olvidar quién estaba al mando de ese cuerpo militar cuando sucedieron estos hechos, como no conviene olvidar quién estaba al frente del ministerio del interior, o de Gobernación, el citado político franquista Manuel Fraga Iribarne, fundador de Alianza Popular, que fue germen del actual Partido Popular.
Volvamos ahora a esa noche de abril de 1976, cuando el marido de Valentina, en compañía de Federico Astilleros Ocaña, circulaba en un Seat 124 por la carretera que comunicaba Zarautz y Zestona. En el alto de Meagas les esperaba un control de la guardia civil, según la versión oficial, que afirmó que el coche no se detuvo al recibir la orden de alto, “viéndose obligados por ese motivo los agentes de la Benemérita a efectuar disparos” aunque Federico siempre afirmó que no había control alguno, y que fueron ametrallados sin razón. Los dos ocupantes del vehículo fueron heridos por los disparos, siendo trasladados a la Cruz Roja de Donostia. Federico Astilleros recibió un tiro en el brazo, y Felipe Suárez recibió un impacto “mortal de necesidad” en el cráneo, ya que la bala explotó en su interior. Fue operado de urgencia, pero ya nada pudieron hacer para salvarle la vida. Entró en coma y falleció dos días después.
Felipe Suárez, nacido en 1947 en León, era jefe de Correos en Zestoa, donde vivía con su mujer Valentina y sus dos hijos. El diario Argia, publicó un exhaustivo trabajo de investigación sobre el asesinato, el 27 de noviembre de 2022, en el que se recogía el testimonio de Valentina Pérez: “La Guardia Civil nunca admitió que se había equivocado. Sí, Fraga me dio el pésame, pero fue en vano, la Guardia Civil mató a mi marido, y con la ayuda de mis padres saqué a los dos niños. Nunca he recibido el tipo de protección que han recibido las víctimas, ni para la educación de mis hijos ni para nada más. Otras víctimas han recibido diversas formas de asistencia… Yo he recibido la pensión mínima estatal, 300 euros, porque mi difunto esposo fue funcionario durante 9 años. Siempre les he dicho a mis hijos que a su padre lo mató la Guardia Civil, eso es lo que siempre he dicho y delante de todo el mundo.”
No hubo una investigación sobre el crimen, ninguno de los guardias civiles que intervinieron fueron procesados, la impunidad volvió a torcerle el brazo a la democracia. El escueto telegrama de Fraga es todo lo que la familia de Felipe Suárez recibió del estado, hasta el año 2021 en el que fue reconocido oficialmente como víctima de los malos tratos policiales por el Gobierno Vasco, junto con otras 35 personas.
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