El mensaje que el gobierno le ha mandado a la patronal está claro: la concertación social -pese a su larga traición de funcionamiento en España- no es un dogma inamovible.
Por Lucio Martínez Pereda | 14/01/2024
La subida salarial recientemente aprobada es también un mensaje de futuro que el gobierno le envía a la patronal. La concertación social está bien, pero ya no está tan bien cuando los empresarios se valen de ella como medio de chantaje para frenar las políticas laborales que mejoran la vida de los trabajadores. El mensaje que el gobierno le ha mandado a la patronal está claro: la concertación social -pese a su larga traición de funcionamiento en España- no es un dogma inamovible. Vuestra aprobación no resulta necesaria -como equivocadamente habéis pensado hasta ahora- para llevar a cabo mejoras laborales: no resultáis imprescindibles, tenerlo en cuenta para el futuro.
Los empresarios españoles tendrán que adaptarse al nuevo marco, tendrán que prescindir de su vieja cultura empresarial y acostumbrarse a la idea de que ya no podrán aumentar sus beneficios reduciendo los costes laborales sino incrementando el valor añadido de sus servicios y productos y buscando ampliar su mercado de compradores.
Feijóo sabe que la “concertación social” ha funcionado hasta ahora como una pinza PP- Patronal que ha proporcionado muchos beneficios a ambas organizaciones y rechaza la subida del 5% del SMI pactada este viernes por Gobierno y sindicatos, sin el apoyo de la patronal. El vicesecretario de economía de Feijoo, Juan Bravo, no puede ocultar el temor ante el nuevo escenario que fortalece el papel de los sindicatos y reduce la capacidad de presión política empresarial : “Estamos de acuerdo con la subida del SMI si viene del acuerdo entre patronal y sindicatos”.
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