Reflexiones socialistas contra las horas extraordinarias en 1972

Entre las reivindicaciones en la discusión de los convenios colectivos del momento, produciendo no pocas huelgas, estaba la cuestión de la semana de menos horas de trabajo.

Por Eduardo Montagut | 30/01/2024

En el mes de febrero de 1972 en Le Socialiste, Esteban Gómez reflexionó sobre el fenómeno de las horas extraordinarias en el mundo laboral español para denunciar que hubiera proliferado tanto.

Gómez aludía a que entre las reivindicaciones en la discusión de los convenios colectivos del momento, produciendo no pocas huelgas, estaba la cuestión de la semana de menos horas de trabajo. Pero este fenómeno se estaba convirtiendo en una costumbre en la España del tardofranquismo. Por necesidad los trabajadores estaban trabajando muchas horas extraordinarias. Esta práctica llevaba consigo que los patronos no pagasen las cotizaciones correspondientes a la Seguridad Social. Pero, además, no se contrataba a más trabajadores, contribuyendo a que aumentase el paro. Por fin, al reducirse el número de trabajadores en la industria se reducía también el precio de la fuerza de trabajo o salario del obrero.

Gómez recordaba la historia de la jornada laboral, de cómo la OIT fijó la semana de cuarenta horas, que en España se implantó en 1919. Además, también en nuestro país en el año 1936 se redujo la jornada laboral de los metalúrgicos que era muy alta. Lo que no se podía entender es que se estuviese hablando de reducciones de la semana de trabajo mientras se seguían tolerando la realización de horas extraordinarias de forma continuada y superando los límites permitidos. Pero muchos trabajadores se veían abocados a esas horas, como ya expresamos, para poder conseguir cubrir sus necesidades familiares. En realidad, no era raro que hubiera semanas de ochenta horas.

El trabajo extraordinario era una clara explotación del asalariado. Gómez recordaba, en este sentido, la cuestión de la plusvalía. Si la lucha por la disminución de la jornada de trabajo había conseguido la reducción de la plusvalía que se llevaba el patrono, las horas extraordinarias iban en un claro sentido contrario porque la plusvalía absoluta aumentaba claramente. Otra de las consecuencias de este fenómeno era el aumento de la fatiga del trabajador.

La lucha del movimiento obrero por la reducción de la jornada laboral era burlada por los patronos de la España franquista mediante las horas extraordinarias.


Hemos trabajado con el número de 24 de febrero de 1972 de Le Socialiste.

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