Los primeros restos de Cuelgamuros han podido ser enterrados en su pueblo 87 años después

Ceremonia de homenaje y acto solemne de entrega a sus familiares de los restos humanos exhumados del Valle de Cuelgamuros de las víctimas franquistas de Pajares de Adaja y Navalmoral de la Sierra (Ávila). SANTI BURGOS

Las cajas con los restos de doce civiles asesinados han sido entregadas a los familiares en una ceremonia en Pajares de Adaja, en Ávila

Por Revista Rambla

Los familiares de víctimas de la Guerra Civil han podido enterrar sus restos este domingo en el cementerio de Pajares de Adaja, en Ávila, 87 años después de que fueran asesinadas y enterradas en el valle de Cuelgamuros. Hace dos meses allí comenzó la exhumación de víctimas de la Guerra Civil y ahora han sido entregados los restos humanos de doce civiles.

Los restos de Víctor Blázquez, Valerico Canales, Emilio Caro, Ramón González, Flora Labajos, Celestino Puebla, Pedro Ángel Sanz, Gregorio Pérez, Raimundo Meneses y Rito Martín, así como dos personas más no identificadas, estaban en la caja 198, la primera que comenzaron a analizar los técnicos que trabajan para poner nombres en los cuerpos encontrados en el valle de Cuelgamuros.

La ceremonia se realizó en el parque de la ermita de la Virgen de Rivilla en Pajares de Adaja, junto al cementerio, donde en 2004 se levantó un memorial para acoger los restos de otros fusilados.

Ha sido un «acto humanitario y de justicia» y un «día emocionante para nuestra democracia», sobre todo, «para las familias, hijos, nietos y nietas» que pueden dar sepultura a sus seres queridos, ha dicho el ministro de la Presidencia, Relaciones con las Cortes y Memoria Democrática en funciones, Félix Bolaños.

El ministro, que ha reivindicado la ley de memoria aprobada por su gobierno, ha dicho que el gobierno «hará todo lo que esté en su mano para que las víctimas del franquismo dejen de estar olvidadas en cunetas y caminos».

Entre las personas que han intervenido en la ceremonia estaba Fausto Canales Bermejo, que a los dos años perdió a su padre, sacado de su casa y asesinado el 20 de agosto de 1936, y que ha luchado hasta conseguir que se inhumaran los restos del valle de Cuelgamuros y se identificaran: «Hoy es cuando abrazaré a mi padre. Hoy se confirma que existió. Me lo tomaron cuando tenía dos años y hoy le podemos dar una sepultura digna. Cerramos un ciclo, una herida.»

Canales ha recordado la historia familiar y los trámites seguidos para saber primero dónde estaban los restos de su padre, que fueron tirados a un pozo, y que en 1959, sin saberlo, fueron trasladados al entonces Valle de los Caídos: «El Estado ha incumplido, hasta ahora, la obligación de garantizar que se hiciera justicia y reparación a todas las víctimas de la guerra y de la dictadura», ha dicho.

En la ceremonia también ha hablado Juan Luis González, nieto de Román González: «Los asesinaron a sangre fría a boca de cañón con un disparo en el clado, esa es la verdad. Era gente humilde, trabajadora, comprometida con su clase, gente del pueblo. Y estamos orgullosos de ello.»

El nieto de Román González ha añadido: «Este duelo es nuestro duelo, pero también es un duelo universal.»

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