La OTAN incorporó y blanqueó a criminales de guerra nazis para luchar contra el socialismo soviético

La alianza atlántica sumó a sus filas a criminales de guerra nazis en su lucha contra el socialismo soviético.

Por Redacción NR | 9/04/2024

El 4 de abril de 1949 una docena de países fundaron la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) para hacer frente a la influencia y al potencial de la Unión Soviética y frenar el avance del socialismo en suelo europeo.

No es ningún secreto, entonces, que la alianza atlántica, desde su nacimiento, lleva en su ADN el anticomunismo. Y en esa lucha ideológica, la OTAN se ha sentado con «extraños» compañeros de viaje. Con el fin de la Segunda Guerra Mundial, algunos elementos de las fuerzas reaccionarias que lucharon contra el socialismo fueron integrados en la OTAN. Tras la derrota del nazi-fascismo, altos cargos del ejército nazi se incorporaron a la alianza y ocuparon puestos dentro de ella. Así, la alianza militar del llamado «mundo libre» miró hacia otro lado frente a estos militares con las manos manchadas de sangre y una infinidad de crímenes de guerra a sus espaldas. La prioridad para el Occidente capitalista no era la defensa de la democracia y los derechos humanos, sino derrotar al socialismo soviético por la amenaza que suponía para los privilegios de la burguesía del continente.

Entre las figuras más destacadas, se encuentran, oficiales, tenientes coroneles y generales que ocuparon cargos de relevancia en la Wehrmacht nazi y que terminaron en las filas de la OTAN como comandantes supremos.

Por ejemplo, el caso de Adolf Heusinger, quien fue Director de Operaciones del Estado Mayor del Mando Supremo del Ejército alemán en la Wehrmacht nazi en 1944. Heusinger estuvo directamente involucrado en las operaciones de invasión del ejército nazi a Polonia, Dinamarca, Noruega, Francia, Bélgica, Países Bajos y la Unión Soviética y fue responsable de asesinatos en masa y crímenes de guerra en Europa del Este. El criminal nazi terminó siendo Presidente del Comité Militar de la OTAN entre 1961 y 1964.

Hans Speidel, por su parte, fue Teniente general de la Wehrmacht nazi y Jefe de Estado Mayor del mariscal de campo Erwin Rommel. Fue responsable de exterminar judíos y combatientes de la resistencia en Francia y de cometer crímenes de guerra en Rusia. Speidel terminó ocupando el cargo de Comandante Supremo de las Fuerzas Terrestres Aliadas de la OTAN en Europa Central entre 1957 y 1963.

También llama la atención el recorrido de Johann Adolf Graf von Kielmansegg. Fue Oficial del Estado Mayor de la Wehrmacht nazi, responsable directo de un gran número de crímenes de guerra relacionados con el tiroteo contra población civil y el ahorcamiento de partisanos. Fue nombrado Comandante Supremo de las Fuerzas de la OTAN en Europa Central, cargo que ocupó desde 1966 hasta 1968.

Otro criminal nazi, Johannes Steinhoff, quien fue Teniente coronel de la Luftwaffe nazi, fue premiado como Comandante en funciones de las Fuerzas Aéreas Aliadas de Europa Central en la OTAN entre 1965 y 1966, como Inspector de las Fuerzas Aéreas de la OTAN entre 1966 y 1970 y como Presidente del Comité Militar de la OTAN entre 1971 y 1974.

Por su parte, Ernst Ferber, quien fuera Teniente coronel del Estado Mayor de la Wehrmacht y que participó directamente en la invasión de Polonia como comandante de compañía, también terminó en las filas de la alianza como Comandante Supremo de las Fuerzas Aliadas en Europa Central entre 1973 y 1975.

Varios criminales nazis como Franz-Joseph Schulze (Teniente jefe de la Luftwaffe nazi), Karl Schnell (Primer oficial de estado mayor del 76.º Cuerpo Panzer del ejército nazi) o Ferdinand von Senger y Etterling (Ayudante del Mando Supremo de la Wehrmacht nazi) terminaron como Comandantes Supremos de la OTAN en Europa Central entre los años 1973 y 1983.

La documentación de estos casos demuestra que, más allá de un hecho excepcional y anecdótico, la OTAN se dedicó desde el fin de la Segunda Guerra Mundial y de forma sistemática a blanquear e incorporar a sus filas a criminales de guerra nazis que además ocuparon cargos de importancia. No se trataron de casos aislados, sino de una política en el seno de la alianza para reciclar elementos genocidas y reaccionarios y usarlos en su lucha contra el socialismo soviético. Todo en nombre de la «democracia liberal y la libertad».

Se el primero en comentar

Dejar un Comentario

Tu dirección de correo no será publicada.




 

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.