Joseba Azkarraga: “La tortura ha sido muy barata en el Estado Español”

Creo que la izquierda abertzale está haciendo política, y que en muchos casos no es fácil de entender entre sus militantes, pero que es una política que yo creo necesaria.

Por Marco Santos

¿Tu crees que Juan Carlos, el ladrón, el fugado, el putero, era consiente de que el estado estaba detrás de los GAL?

Totalmente. Yo no tengo duda. El a mí me lo reconoció, en una de las reuniones que había con los portavoces de los partidos. Cuando tenías representación parlamentaria, después de las elecciones, tenías que acudir a estas reuniones, que era una pérdida de tiempo terrible, pero como en aquella reunión no iba con ganas de aguantar a este pájaro, pues intente, desde nuestro talante republicano, de mostrarle nuestro rechazo absoluto a la monarquía que el representaba. El se puso un poco en tensión, y dijo ¿y cómo pensáis quitarme? De la misma forma que te han puesto, contesté. A ver si lo conseguís, lo tenéis difícil, dijo, y añadió: lo que hay es que terminar con ETA como sea. A lo que yo volvía a replicarle: eso tendrá que hacerlo el gobierno, lo que no se puede hacer es terminar con ETA matándolos al margen de las estructuras del estado democrático, con los GAL. El Borbón señaló: Ya, pero nos tenemos que defender, era necesario hacer esas cosas.

Un reconocimiento expreso de que la monarquía estaba al corriente de todo esto y que participó de esas decisiones.

Cuando ya dejas la política de cara al público, se crea SARE, cuéntanos algo de esta organización.

Bueno, SARE se crea muy posteriormente. Yo tengo muchos defectos, pero algunas virtudes también, que me han venido muy bien. Yo no necesito la política para vivir, con esto no quiero decir que sea un hombre que tenga un colchón económico, no lo tengo, yo he vivido siempre de mi sueldo, con una diferencia importante, yo fui a la política teniendo después un lugar de trabajo para volver. Eso que he ha dado, que cuando yo no he estado de acuerdo con decisiones que se han tomado dentro del partido en el que militaba, dije: me voy.

Yo he discutido, he debatido, me parece que esas divisiones son erróneas, no puedo defender eso y entonces me voy. Y me voy fuera de la política, pero no me cojo un año sabático, sino que al día siguiente vuelvo a mi trabajo, y más feliz que una perdiz, sin ningún problema. Por lo tanto, me he marchado y de manera definitiva. Ya me marché en el año 93, y volví a mi trabajo en el Grupo Mondragón, y al cabo de ocho años volvieron a insistir en que volviera a implicarme, y yo estaba muy a gusto donde estaba, porque seguía hablando y escribiendo sobre lo que me daba la gana, sin presión de ningún tipo. Pero al final decidí ceder a la insistencia de Carlos Garaikoetxea, por Eusko Alkartasuna, pero también por el propio Ibarretxe, con el cual siempre he tenido una buena relación, por lo que decidí volver a la política, en este caso desde el Gobierno Vasco. Allí estuve ocho años, hasta el 2009. Desde 2001, con situaciones muy tirantes, muy convulsas, en una etapa jodida, y después dejé nuevamente la política, estuve tres años más en el mundo laboral y me jubilé.

Cuando me jubilé, la idea mía era pasear, ir al monte, que me gusta mucho, estar con mis nietas, hasta que vinieron los amigos de la etapa de la clandestinidad, hace diez años, y me propusieron trabajar en el ámbito de una red ciudadana, compuesta por gentes plurales, progresistas y demócratas, pero no solamente de lo que llaman la izquierda abertzale, sino de gente más diversa, para darle más credibilidad a la reivindicación.

En principio me llamaron para participar en una mesa redonda sobre las leyes penitenciarias, pero a la semana me llamaron para la lectura de un manifiesto, en el que estaba de acuerdo, y me dijeron: igual te llamamos más. Y al final me implique por entero, y ya llevo 8 años de portavoz de la Red Ciudadana SARE, que es la que trabaja en el ámbito, no de apoyo a los presos vascos, sino en la defensa de los derechos que asisten a los presos vascos, que son dos cosas diferentes. Esto no quiere decir que apoyemos lo que los presos han hecho, y por lo cual han sido juzgados y condenados.

Nosotros lo que apoyamos es que tienen derechos y que el estado debe respetar esos derechos, como el tema de estar en cárceles cercanas a sus casas, como que se les aplique como a los demás las progresiones de grado que les puedan posibilitar, cunado cumples las ¾ partes de la condena, como cualquier otro preso, que puedan ir volviendo a sus casas en libertad.

Son cumplimientos de la legislación penitenciaria ordinaria, pero seguimos con una legislación de excepción, todavía se les sigue aplicando una legislación donde pasar de 2º a 3º grado penitenciario pasa en muy pocos casos, cuando hay cerca de 80-90 presos que, por el tiempo cumplido en prisión, deberían estar en 3º grado penitenciario.

Pero hay gente que está, no con la idea, porque yo estoy seguro que no lo piensan, pero utilizan la matraca de ETA para decir que los presos no tienen derecho a nada, pero claro, eso es una vulneración de los derechos constante, y ahí es donde nosotros estamos moviéndonos.

Tenemos una capacidad de movilización bastante importante, hacemos bastantes manifestaciones, pero es especial la que realizamos en el mes de enero, en la que solemos sacar a la calle unas cien mil personas, y aquí, en nuestro país, cien mil personal no las ha sacado nadie, ningún partido político, ningún sindicato, y nosotros las sacamos, porque es una red bastante plural y porque hay gente que, sin estar de acuerdo con lo que ha sido ETA, tampoco está de acuerdo con que a los presos se les anulen sus derechos, y esa es la pelea que tenemos en estos momentos.

Y que se te pasa por la cabeza cuando dos torturadores confesos, uno de ellos se murió tranquilamente, en su casa, sin ser juzgado, y el otro no llega a estar extraditado y, además, es un país extranjero el que los quiere juzgar.

Es una vergüenza. Mira Billy el Niño, yo le conocí cuando desapareció el Nani, yo fui el que me puse en el parlamento español en una comisión de investigación, y a mí el pájaro este me llamó un día, al teléfono del Congreso, para decirme que le dejara en paz, a no ser que quisiera qu eme pasara algo. Este elemento, condecorado no solo con medallas, sino con la remuneración que le acompaña, este sinvergüenza, lo han enterrado con las medallas, nadie ha sido capaz de quitárselas, y todos los casos de tortura, que se han producido muchos, no solamente en Euskalherria, también en Galiza con los presos independentistas, con la gente del PCE (r), han quedado impunes. Para ellos, lo lógico, es que la gente que ha sido detenida puede ser torturada. Yo he sido torturado por esta gente.

Te voy a contar una anécdota: En una de las detenciones me llevaron a Bilbao, y me tuvieron varias horas en el puente de un pantano muy grande, de esos que impresionan, que une Legutiano con Bilbao, y allí de noche, en pleno febrero, me tuvieron al borde del pantano varias horas amenazándome con tirarme al agua, y encima no sé nadar, imagínate. Y luego, ya en el cuartel, la leña correspondiente. Pues bien, en el año 79, yo ya era parlamentario en Madrid, y había quedado en el hotel Ercilla, en Bilbao, para hablar con alguien, y de repente veo a dos con un chubasquero, entraron a la cafetería y nos cruzamos la miradas, y me dije: a esos los conozco, y ellos también a mí. Pues bien, tuvieron la caradura de acercarse y decirme: Señor Azkarraga, ¿no si si nos conoce usted?. Y les contesté: Si, los conozco, y me gustaría no haberles conocido. Los tipos aún me replicaron: Porqué dice eso, las cosas ya van cambiando. Y yo les pregunté: ¿Seguís actuando de la misma forma que actuabais antes. A lo que me contestaron: Ya sabe usted, es que si no hacemos alguna cosa de estas, es que nadie canta. Y eso me lo dicen a mí, que saben que estoy denunciando esta situación todos los días.

Esto ocurre, y cada vez que en el parlamento español se ha debatido alguna situación de torturas flagrantes, con personas que incluso habían sido ingresadas después en hospital, el ministro de turno, como el propio Rosón, en el caso de Joseba Arregui, que lo mataron en una comisaria de Madrid, que fue la primera intervención que tuve en el parlamento en el año 79, sigue respaldando la impunidad. Con Tomas de la Cuadra, que fue ministro de Justicia, tuve una bronca de la hostia en el parlamento porque habían indultado a guardias civiles condenados por torturas. De todas las personas imputadas que, en alguna ocasión, fueron juzgadas y condenadas, las menos, a continuación el gobierno, y aquí me vale el gobierno de la derecha y de la izquierda, los ha terminado indultado. Todos ellos han seguido en sus lugares de trabajo.

La tortura ha sido muy barata en el estado español, y cuando un funcionario que actúa en interrogatorios ve que porque se le vaya la mano o porque actúa de esta forma no le va a pasar nada, dice: que más me da, incluso puede que me asciendan.

Esa es la realidad de la tortura en España, no escucho desde hace tiempo ninguna denuncia de estas características, quizás utilizan otros medios, pero la tortura física, esa ha sido un hecho. Yo creo que también lo conté con el tema de Jose Bono, cuando secuestran a Javier Ruperez, aquel diplomático, que era del gobierno de Suárez, y lo secuestra ETA p-m, que después fue una organización que creo Euskadiko Ezkerra, que acabó integrándose en el PSOE, lo cual también muestra la evolución de algunos. Pidieron 200 millones de pesetas de rescate, yo no tengo constancia, pero igual se pagaron, y que se creara la Comisión sobre Torturas en el País Vasco.

Se creo esa Comisión, se nombraron a las personas que la formarían, y fuimos a una sala del colegio de abogados de Bizkaia, donde fuimos granado a las personas que habían sido torturadas, con pelos y señales de lo que les había ocurrido. Eran testimonios escalofriantes, y algunos que habíamos sufrido esta situación, volvíamos a recordar. Allí los que estuvimos era gente histórica, algunos ya han desaparecido, estaba un comunista catalán, Josep Solé Barberá, un histórico del PSOE, Donato Fuejo, Luis Vega, de la UCD, y también Jose Mari Bandrés. De presidente estaba Jose Bono, que escondió el informe en un cajón, y nunca más se supo de él, a pesar de que pedí en varias ocasiones que había que hacerlo público.

Es esta la connivencia que hay entre jueces, con las absoluciones a estas personas acusadas de torturas, los medios de comunicación, que siempre han utilizado ese latiguillo de “no, la gente de ETA que denuncia torturas es porque sigue un manual que la organización les ha dado para que digan siempre que han sido torturados.”. Pues todo esto es fruto de un país de mierda, en el cual están inmersos la justicia, muchos medios de comunicación, y al ámbito de lo político, del que se salvan muy pocos, porque al final se entiende todo esto como razones de estado, y por lo tanto actúan al unisono, y ahí no se echa la mierda el uno al otro.

De ahí viene la Ley de Secretos Oficiales, por la que nunca vamos a saber lo que sucedió.

No. nunca lo vamos a saber, porque esta primera información que nos han trasladado, de la modificación de secretos oficiales, apunta en esa dirección. La generación tuya, creo, dentro de 50 años esteréis criando malvas, y no vais a saber lo que ha pasado. Esto sigue igual, y lo que no puede ser es que se haga un intento de proteger al estado, en el sentido positivo de la palabra, cuando lo que se hace con esa ley es proteger las mierdas del estado. Lo que ha pasado con el 23-F, lo que ha ocurrido con las torturas, con tantas otras cosas, y tengo el convencimiento de que los ciudadanos españoles en general, tienen derecho a saber que han hecho sus gobiernos en cosas que han pasado hace ya muchos años. Del 23-F pasaron 40 años.

Todo esto esta ocurriendo con el visto bueno, con el beneplácito, de los partidos mayoritarios, el hoy por ti, mañana por mí, que se practica. La Ley de Secretos Oficiales no puede ser eterna, no puede servir para tapar los abusos que ha cometido el estado, y en este caso esta sirviendo para eso.

La derecha sigue necesitando a ETA.

Si. Por supuesto, yo quiero hacer una puntualización: la derecha no necesita a ETA para que siga matando, la derecha necesita seguir hablando de ETA como un elemento que sirve ahora mismo tanto para un roto como para un descosido. Que en todos los debates que vimos en el parlamento español para hablar de la energía, o de la carretera de Elche a Murcia, no se porque, pero siempre sale ETA. Ya vale, ya desapareció. La verdad es que yo no pertenezco a ningún partido político, pero en el caso de Bildu, cuando se denuncia que el terrorismo está metido en el parlamento español, digo que se han pasado media vida exigiendo a la izquierda abertzale que deje la violencia y actúen en la política, y ahora ya están en la política, pero cuando sus votos son favorables para que no salgan adelante las posiciones del PP, eso es ETA.

Es una utilización, que creo que a las propias víctimas, a muchas que ya han levantado la voz contra ello, les da un poco de asco, esta utilización malsana que se está haciendo en este país. Creo que la izquierda abertzale está haciendo política, y que en muchos casos no es fácil de entender entre sus militantes, pero que es una política que yo creo necesaria. Hay que hacer pedagogía para decir que hay que actuar en el ámbito de la política, porque esto ayuda a cambiar las cosas.

Vas a venir a Galicia, a Santiago de Compostela y A Coruña, los días 4 y 5 de octubre, con María del Olmo, a presentar “Joseba Azkarraga. La libertad y los derechos humanos como objetivo”.

Es un libro que ha escrito María del Olmo, que es directora del Archivo Histórico de alicante, a la que conocí hace un par de años, y me propuso una especie de contraposición de ideas entre las posiciones de Javier Sábada, y la posición política mía, de ahí salió el libro “La cuestión vasca, dos miradas: Joseba Azkárraga y Javier Sádaba”. La verdad es que no había mucha contraposición, pero ella consideró que era interesante hacer un libro sobre lo que había sido mi trayectoria política, en diferentes épocas, desde la clandestinidad hasta ahora, le dije mil veces que a mi no me entusiasmaba la idea, que no me sentía cómodo con un libro de estos, porque yo estoy en otro estado, apartado de la vida política, pero ella se empeño y me dijo que iba a escribir el libro, y me comprometí con ella a revisar fechas y nombres, por si podía haber algún error, aunque en el caso de María eso no suele pasar. Así que el verano pasado, estando yo en Raxó, en Poio, pasando todo el mes de agosto, iba recibiendo los textos que iba escribiendo, y los iba leyendo y siempre me mandaba alguna anotación: “esto no lo tengo muy claro, tu que opinas, y entonces me obligaba a recordar”. Es un libro en el que tengo la tranquilidad que lo ha escrito otra persona, para que no puedan decir: “si lo escribe este, no va a decir cosas negativas sobre lo que ha hecho”, es mejor que lo escriba otra persona y que tenga como base no solamente las hemerotecas, sino las intervenciones en los parlamentos, o en el gobierno, no es que yo me lo invente, y lo que he dicho sobre la OTAN, sobre la monarquía, la guerra sucia, el terrorismo, y eso es lo que vamos a presentar con este libro.

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