Hor egon ginen (Allí estuvimos). La batalla del relato

Han tenido que pasar varias décadas desde la muerte del dictador para poner en el centro del debate la recuperación de la memoria histórica

Por Mikel Castrillo Urrejola / LQSomos

Las dos leyes que se han aprobado hasta la fecha: la de Memoria Histórica siendo auspiciada por Rodríguez Zapatero, y la de Memoria Democrática a iniciativa del Gobierno de coalición PSOE-UP, en modo alguno han satisfecho las reivindicaciones legítimas de quienes lucharon, tanto durante el franquismo como a lo largo de los años siguientes, para la consecución de un régimen democrático que no arrastrase ninguna hipoteca de la dictadura. Sin embargo en el ámbito donde se están dando pasos importantes es en la batalla por recuperar ese relato que se guardó en un baúl bajo llave y se tiró al fondo del mar. Todavía queda camino por recorrer pero es un proceso que ya no tiene vuelta atrás.

La historia la suelen escribir los vencedores, pero en el caso que nos ocupa para ello tienen que fulminar de la faz de la tierra todo lo que pueda cuestionar su relato sesgado de la historia. No niego que puedan tener ventaja al tener grandes apoyos, sobre todo mediáticos, pero a día de hoy la victoria no es de ellos, pues aunque parezca mentira, la batalla del relato está en el epicentro de la política. Y cuando la derecha política y mediática está todo el día intentando reescribir la historia con exabruptos, eso sólo se debe a que no han conseguido imponer su relato. Es por ello que cuando algunos dicen que en la pelea del relato el capitalismo nos gana de calle, habría que decir que aún queda partido.

La batalla del relato tiene una importancia transcendental para hacer acercar lo que fueron los años del franquismo a toda esa generación que no conoció la dictadura ni los años siguientes, pues muchos jóvenes en sus casas poco o nada habrán escuchado de lo que se vivió en aquella época y sus conocimientos provienen únicamente de los libros de texto que manejaron en su etapa estudiantil.

En este contexto de aportar testimonios, gracias a las diferentes asociaciones memorialistas están apareciendo publicaciones escritas, así como trabajos audiovisuales de gran valor por los testimonios que aportan. Recogen de primera mano las experiencias vividas por militantes antifranquistas anónimos, que no han sido mediáticos pues nunca ostentaron cargos políticos de relevancia.

Uno de esos trabajos fue presentado el pasado jueves en Euskal-Etxea de Madrid. Organizado por Madrileños por el Derecho a Decidir, la Asociación La Comuna (Asociación de presxs y represaliadxs por la dictadura franquista) y Euskal-Etxea de Madrid, se proyectó el documental “Hor egon ginen (Estuvimos ahí)”, con la presencia de su director, Iosu del Moral y de uno de sus protagonistas, Sabino Cuadra, en el que una docena de militantes antifranquistas dan testimonio de sus vivencias en la lucha antifranquista durante el periodo 1965-1975. Salvando algunas excepciones, como es el caso anteriormente mencionado de Sabino Cuadra y de Joxe Iriarte Bikila, las personas que participan en este documental fueron militantes de base, que relatan su experiencia política de esos años tocando diversos temas : la represión que se sufría en el Estado y en mayor medida en Euskal Herria (de los cinco estados de excepción que hubo durante el franquismo, tres de ellos sólo se aplicaron en Euskal Herria), la represión del euskera y lo que tuviese relación con la cultura vasca, la adquisición por parte de esos militantes de esa conciencia nacional y de clase, lo que suponía vivir en clandestinidad, la experiencia del paso por la cárcel, la violencia procedente del régimen y la respuesta a esta violencia, para finalizar con lo que les movió en esa época y les sigue moviendo a luchar por unos ideales.

El documental es producto de un análisis desde la subjetividad de esas personas jóvenes, y en algunos casos extremadamente jóvenes, que vivieron en primera persona el periodo 1965-1975, que tenían como objetivo derrocar la dictadura franquista para traer un régimen racialmente democrático sin ningún tipo de tutelas heredadas de la dictadura.

A lo largo del documental los entrevistados realizan una serie de reflexiones sobre ciertas cuestiones que tienen gran importancia para entender en los parámetros por donde iba dirigida su lucha. El entorno de la época era una sociedad cerrada y rancia donde el Estado y la Iglesia habían naturalizado la represión. A la falta de libertades que había en todo el Estado había que añadir ciertas características de la represión propias de Euskal Herria y que no se daban en el resto del Estado (prohibición del uso y aprendizaje del euskera), el autoritarismo existente en el ámbito laboral que se reflejaba en la explotación de la clase trabajadora, la violencia en la escuela, Todo ello empujó a estas personas a tomar un compromiso contra la dictadura. Toman el relevo de los que lucharon en la guerra y los años posteriores.

La procedencia de los militantes entrevistados es diversa, algunos procedentes de familias obreras pero otros de familias con un mejor acomodo social, sin embargo a todos ellos les unía la empatía con el débil, los valores de libertad e igualdad, la conciencia de clases que fueron forjando en sus primeras experiencias laborales y la defensa de su identidad , lengua, cultura.

En el documental se trata un tema que siempre es tabú, la violencia. Los intervinientes exponen que la falta de libertades y la represión existente durante el franquismo legitimaba la utilización de una violencia de respuesta. Sabino Cuadra aborda esta cuestión poniendo sobre la mesa una serie de violencias que son legales, entre las que se encuentran las amparadas en la legislación, teniendo el Estado el monopolio en el uso de la violencia. Existen otras violencias, como la violencia laboral, la violencia machista y hay otras violencias que pudiendo ser “consideradas en los mismos parámetros, pero son tachadas de terroristas”. Es aquí donde en se encuadra el debate sobre la utilización de la violencia tanto en el plano ético como político .

En el coloquio posterior a la proyección, el director, Iosu del Moral, manifestó que con este trabajo intentó reflejar la realidad de lo que fue la izquierda revolucionaria en Euskal Herria, un espectro político plural y totalmente diferenciada de la oposición que realizaron partidos como el PNV o PSOE. Es por ello que estos dos partidos no fueran tenidos en cuenta a la hora de la realización del documental. En el caso del PCE, si bien durante el franquismo sostuvo una lucha importante, en Euskal Herria en ningún momento tuvo el alcance y grado de oposición al régimen como el que desarrolló la izquierda revolucionaria vasca.

En el ámbito de las ausencias, en este trabajo se echa en falta una participación mayor de militantes de base de lo que fue la izquierda revolucionaria abertzale (organizaciones como ETA pm, ETA m, EHAS, LAIA LAB, LAK), que no tenía vínculos políticos con organizaciones del resto del Estado y que a través de sus organizaciones fueron las que tuvieron mayor grado de confrontación con los aparatos franquistas.

En el posterior coloquio, Sabino Cuadra expuso la impunidad de la que ha disfrutado el franquismo a lo largo de todos estos años en todos los estamentos del Estado y la sociedad: policía, ejército, judicatura, iglesia y oligarquía financiera y empresarial son ejemplos de grupos sociales que han sido controlados hasta día de hoy por elementos de extrema derecha.

Ese documental tiene el objetivo de hacer llegar a las personas más jóvenes como fue ese periodo (1965-1975), la respuesta al franquismo de la juventud vasca de la época, el compromiso militante que adquirían, como se vivía la militancia política, lo que ha supuesto en sus vidas esa experiencia vital y cómo la valoran a día de hoy después de tantas décadas. Y digo llegar a personas jóvenes porque ellas tienen que portar el testigo en la batalla del relato para poder defender la memoria de todas aquellas personas que lucharon contra la dictadura franquista y evitar el blanqueamiento de esta y en palabras de Iñaki Garmendia, uno de los protagonistas del documental, “si los jóvenes no se mueven no hay cambio posible, siempre son los jóvenes y en muchos casos los más jóvenes, como en su tiempo, los que mueven las cosas”.

Para finalizar, todo aquel que esté interesado en ver el documental, puede hacerlo pues está en abierto, de esa forma cada cual podrá obtener sus conclusiones.

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