Por su prestigio, Telesforo se situó al frente de HB, y en las primeras elecciones generales de 1979 fue candidato diputado en el Congreso, como ya lo fuera en 1933.
Por Angelo Nero
La editorial Txalaparta, junto a la Fundación Olaso Dorrea, reeditaron este año una antología de artículos, canciones, entrevistas, poemas y discursos de Telesforo Monzón, publicada un año después de su muerte, bajo el título de “Herri baten oihua”, y ahora como “La voz del pueblo”. Este político y escritor vasco es, quizás, el hilo más fuerte y visible entre el abertzalismo de principios de siglo, que consiguió el primer Gobierno Vasco y luchó por la República, y el de los ochenta, cuya expresión política más representativa fue Herri Batasuna, de la que formaría parte de su Mesa Nacional.
Telesforo Monzón fue un personaje incómodo y rebelde hasta su muerte y más allá, como lo siguen siendo sus escritos, prueba de ello es que a su muerte, el 9 de marzo de 1981, en Baiona, su cuerpo fue secuestrado, para evitar un homenaje popular al paso de su féretro, y trasladado en una tanqueta de la policía española en un trayecto secreto. Pero no pudieron impedir que fuera objeto de una despedida multitudinaria en su entierro, tres días después en Bergara.
Telesforo nació en la Torre de Olaso, en Bergara, habitada por sus ancestros desde el siglo XVI, el primer día de noviembre del cuarto año del siglo XX. Por sus orígenes aristocráticos bien podría haberse alineado en las filas de la derecha, como mucho en el carlismo, pero en 1930 se afilió al Partido Nacionalista Vasco, conservando el sentimiento jelkide hasta su muerte, aunque siempre fue muy crítico, especialmente durante la transición, con la deriva del PNV.
Tras unos años en Madrid, donde cursó la carrera de derecho, aunque no la finalizó, regresó a Euskadi, y fue elegido concejal en su pueblo natal, en las elecciones municipales de 1931, que provocarían la llegada de la Segunda República.
Destacó pronto en el partido por su brillante oratoria, y al año siguiente era nombrado presidente del PNV en Gipuzkoa, para convertirse, en 1933, en miembro del máximo órgano jelkide, el Euzkadi Buru Batzar.
El fulgurante ascenso en la dirección del partido nacionalista, le llevó a ser candidato por Gipuzkoa a las elecciones generales de ese mismo año, y fue elegido diputado en las Cortes Republicanas, permaneciendo en ellas durante el bienio radical-cedista de derechas, hasta enero de 1936.
El 27 de junio de 1936, tras el alzamiento militar de los generales africanistas, se constituyó la Junta de Defensa de Gipuzkioa, presidida por el socialista Miguel Amilibia, y Monzón, como delegado del PNV, es nombrado comisario de Orden Público. Poco después se constituyó, en el Santuario de Loloya, en Azpeita, el Euzko Gudarostea, el Ejército Vasco, en el que participan varias organizaciones abertzales, y también es nombrado uno de sus principales dirigentes. Aunque el embrión del Euzko Gudarostea lo formarían los 25 batallones del PNV, y otras fuerzas abertzales como ANV, Jagi-Jagi o ELA-STV, también se unieron a él batallones del PSE-UGT, JSU, EPK-PCE, CNT e IR.
Con la formación del Gobierno Vasco, presidido por su buen amigo José Antonio Aguirre, el 7 de octubre de 1936, Telesforo fue nombrado consejero de Gobernación y Seguridad Ciudadana, y durante su mandato creó la Ertzaña, con mil efectivos, cuatrocientos de los cuales eran policías motorizados, evitando que se tomaran represalias políticas en la retaguardia. Adaptó también la administración local y provincial, y organizó la defensa del país.
Tras la derrota y la rendición de Ejército Vasco a las tropas italianas en Santoña, se trasladó a Ginebra, en representación del gobierno vasco en el exilio, para realizar gestiones en la Sociedad de Naciones a favor de los presos vascos. También desde Francia intercedió ante las autoridades galas para la liberación o el reagrupamiento de los confinados vascos en los campos de concentración.
Con la ocupación alemana de Francia viajó a México, con el resto del gobierno vasco, del que formó parte hasta 1953, cuando lo abandonó disconforme con su política de alianzas con el republicanismo español. A pesar de ello siguió manteniendo su militancia jelkide, muestra de ello es que la capilla ardiente del lendakari Agurri, se instaló en Meandre Berri, la casa en la que vivió Monzón al finalizar la segunda guerra mundial, en Donibane Lohizune, en Iparralde.
Con la nueva oleada de exiliados, tras la aparición de la lucha armada de ETA, a la que Monzón siempre consideró continuadora del Euzko Gudarostea, fundó, en 1969, la asociación Anai Artea, con el objetivo de acoger refugiados que huían de la represión española. En 1970 se declaró partidario de un frente nacional, que acogiera desde el PNV al pujante movimiento abertzale, y fue impulsor de la Cumbre de Txiberta, para acordar una toma de postura común frente a las elecciones generales de 1977, pero fracasó. No pudo regresar al sur de Euskalherria, Hegoalde, hasta un mes después.
Agotada la vía del frente nacional, Monzón se volcó en la Mesa de Alsasua, que se constituyó en agosto de 1977, en torno a la Alternativa KAS, y al año siguiente participaría en la fundación de la coalición Herri Batasuna, donde participaron partidos históricos como Acción Nacionalista Vasca, ANV, -fundada en 1930 y disuelta por el juez Baltasar Garzón en 2008-, y nuevas formaciones como HASI, ESB y LAIA.
Tras fracasar en Txiberta su intento de lograr un Frente Nacional Vasco; desde su regreso a España en el verano de 1977 y durante la Legislatura Constituyente (1977-1979), Monzón se convirtió en el aglutinante de un movimiento político que se iría gestando en torno a su figura y el apoyo a la actividad de ETA (militar) y la Alternativa KAS. Su popularidad es inmensa y sus canciones de lucha «Itziarren semea», «Batasuna», «Lepoan hartu», «Bai euskarari», etc. sirven de música de fondo de la transición política en tierra vasca. Por su prestigio, Telesforo se situó al frente de HB, y en las primeras elecciones generales de 1979 fue candidato diputado en el Congreso, como ya lo fuera en 1933. En plena campaña fue encarcelado en la prisión de Nanclares de Oca, por “apología del terrorismo”, pero tuvo que ser liberado cuando salió elegido, consiguiendo la coalición 170.000 votos, aunque por acuerdo de la Mesa Nacional de HB no llegó a acudir al Congreso Español.
En marzo de 1980 también fue elegido diputado en el parlamento vasco, en las primeras elecciones autonómicas, en la candidatura de Herri Batasuna, aunque el deterioro de su salud tampoco le permitió acudir. Hasta el final siguió fiel a sus ideales defendiendo las libertades nacionales de su pueblo.
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