El país nórdico ha experimentado un proceso de acumulación de riqueza en pocas manos y niveles récord de desigualdad social.
Por Redacción NR | 7/05/2024
Durante muchos años Suecia tenía fama de ser un lugar admirable con un amplio estado del bienestar. El país nórdico se había convertido en un símbolo de la gestión socialdemócrata. Una especie de capitalismo de ‘rostro humano’ con un estado del bienestar fuerte del que los gurús del liberalismo sacaban pecho y ponían como ejemplo. Pero la dinámica natural del capitalismo y las estadísticas han terminado deshinchando ese globo, tirando por el suelo el sueño social-liberal sueco.
Durante los últimos treinta años, lapso de tiempo en el que todo han sido elogios, Suecia ha experimentado un incremento considerable de multimillonarios. Mientras que en el año 1996, en el país había sólo 28 personas super ricas (más de 90 millones de dólares de patrimonio), en 2021 la cifra de millonarios ha subido hasta 542. Según el periódico Aftonbladet, estas 542 personas acaparan la riqueza equivalente al 70 por ciento del PIB sueco. Una barbaridad.
¿Y cómo se ha dado este fenómeno? Pues resulta que a pesar de la propaganda liberal, desde los años noventa, tanto socialdemócratas como conservadores han llevado a cabo políticas económicas favorables para los ricos. En la década de los 2000, eliminaron los impuestos sobre la riqueza y la herencia. Las tasas impositivas sobre el dinero obtenido con acciones y los pagos a los accionistas de las empresas son mucho más bajas que los impuestos sobre los salarios. A esto hay que sumar que en los últimos veinte años se ha generado una burbuja inmobiliaria de la que los ricos se han beneficiado a través de la especulación en la compra-venta de propiedades.
Según datos de la Agencia Sueca de Estadística, la brecha entre ricos y pobres se ha disparado hasta el punto de alcanzar cifras récord nunca antes vistas. Si se tienen en cuenta los últimos cinco años, se trata del país de la OCDE donde más ha crecido la desigualdad social. Para hacernos una idea de la gravedad del asunto, Suecia ocupa actualmente el puesto 15 en desigualdad en el ránking mundial.
Y en ese ‘paraíso’ liberal, mientras unos pocos acaparan la riqueza, cada vez más trabajadores se ven golpeados por la pobreza. En los últimos veinte años la tasa de pobreza en Suecia se ha duplicado, pasando del 7 al 14 por ciento.
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