Poesía de Javier DG
Por las calles que ahondan
nuestros pueblos y ciudades,
una mujer de cualquier edad
camina de puntillas por la orilla.
Camina sin aparente prisa
(visto desde fuera),
desde dentro, impulsan sus pasos
la angustia y el miedo.
Alguien ya contó las horas
hasta el final de los tiempos.
Alguien ya sabe que,
tras vivir a la sombra del encierro,
la reinserción es frágil instrumento
si no va acompañada de medios.
Alguien ya avisó de un final
próximo y siniestro.
Sin Educación para la igualdad
no saldremos
del *mostrenco patriarcal.
Si se regula en permanente lucha
contra el viento, no habrá salida
del infierno.
El aire fresco debería abrir caminos.
Sin embargo, los castillos de números
con sus cifras y estadísticas
dicen lo contrario a lo previsto:
-819 (millones) de euros en 2018
inyectados en armamento.
-67.000 (denuncias) el mismo año,
por agresiones machistas del macho
ibérico y cerebro de estiércol.
-200 (millones) de euros
(a repartir en 5 años) para dotar
un Pacto contra la Violencia de Género.
Un pacto vacío, un pacto yermo
y (de)valuado frente al gasto
consumido en armamento, gasto
(de)generado entre lobbies y gobiernos
para comprobar in situ
quien tiene el falo más grande
en el lecho de los presupuestos.
Mientras tanto, mujer, vive,
camina alerta y atenta al crujido de una rama
que sesga la noche oscura
en la senda de tus pisadas.
*Ignorante o tardo en discurrir o aprender (RAE)
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