
Aparecieron rasgos ideológicos y simbologías políticas de corte fascista en diversos movimientos populistas, así como en algunos regímenes de corte autoritario o dictaduras militares
Por Eduardo Montagut
A partir de los años treinta se desarrollaron en América Latina algunos movimientos fascistas o afines al fascismo en claro mimetismo con los fascismos europeos, especialmente, según el modelo italiano, o el alemán, y también según la versión española, aunque por particularidades propias. Conviene tener en cuenta que las situaciones económicas, políticas y sociales latinoamericanas tenían muy poco que ver con las europeas, por lo que los paralelismos deben ser establecidos con muchas salvedades y precauciones. Aparecieron rasgos ideológicos y simbologías políticas de corte fascista en diversos movimientos populistas, así como en algunos regímenes de corte autoritario o dictaduras militares.
El principal movimiento cercano al fascismo fue el integralismo brasileño, que llegó a tener en 1937 centenares de miles de miembros o seguidores. El programa político del integralismo bebía de las fuentes de los programas del fascismo italiano y del nazismo alemán. Se critica al comunismo y al capitalismo, se defiende la creación de un estado fuerte libre de divisiones internas, sin partidos políticos, y superador de los conflictos entre las clases, intervención del estado en la economía, y la defensa de un acusado nacionalismo. El integralismo adquirió fuerza política en el clima de inestabilidad política de la década en el Brasil pero, en realidad, no supuso un grave peligro para Getulio Vargas que pudo desarticularlo después de un fracasado intento de tomar el poder.
En Chile el fascismo aparece en 1932 con el Movimiento Revolucionario Nacional-Socialista, o MNRS que en 1938 intentó dar un golpe pero con una pésima planificación y terminó en un rotundo fracaso; de hecho, sus participantes fueron masacrados por los carabineros. Pero es importante destacar que algunos veteranos del MNRS fundaron en el año 1970, justo en el momento de la victoria electoral de Salvador Allende, el Frente Nacionalista Patria y Libertad. Algunos de sus dirigentes entrarían en gobiernos de Pinochet.
En Bolivia se creó en el año 1937 la Falange Socialista Boliviana, tomando como modelo la Falange española. Siguió existiendo en el tiempo, ya que algunos de sus miembros entrarían en el gobierno del general Banzer que tomó el poder en 1971.
El fascismo influyó, en cierta medida, en el peronismo argentino, aunque la postura de Perón ante el Eje puede, también interpretarse como una reacción nacionalista frente a los Estados Unidos. En realidad, con el tiempo, los coqueteos ideológicos con el fascismo terminarían por desaparecer en el peronismo posterior.
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