
Entrevistamos al director y guionista Marcos Nine, autor de documentales como “Pensando en Soledad”, “A fábrica”, “O premio da rubia”, “Aarón” (Premio Mestre Mateo 2009 a la mejor obra experimental), “Manuscritos pompeianos”, o “Radiografía dun autor de tebeos”. Hablamos con él a propósito de su última película, “La virgen roja”.
Por Angelo Nero
Aurora Rodríguez concibió a su hija, Hildegart, como una obra perfecta, y cuando su creación, después de superar sus expectativas, quiso emanciparse, rebelándose contra su madre, esta la mató, en un hecho que causaría una honda conmoción social en la época. El director Marcos Nine indaga en la vida de estas dos mujeres, dibujando, además, un buen fresco de un tiempo marcado por profundas transformaciones sociales, culturales y políticas.
“La virgen roja” es un mosaico de imágenes, realizado a través de fragmentos de películas que, con un ritmo muy acertado, va intercalando entrevistas e ilustraciones, para ofrecer un relato poliédrico muy bien hilado sobre Aurora, Hildegart y el tiempo que les tocó vivir. ¿Cómo fue ese trabajo de documentación previa, la elección de los fragmentos de películas que aparecen en tu film, y el montaje posterior, y como se articula todo esto en un guión, para dar coherencia al relato?
La documentación es, como siempre, mucha lectura. Libros sobre la figura de Aurora Rodríguez, las obras de Hildegart, textos sobre la época, etc, y con eso armas lo que sería el relato general del film. A partir de ahí está el “como lo contamos”, y en ese caso no es tanto una elección previa de los fragmentos de películas sino que lo que hago es imaginar que tipo de imágenes me podrían ayudar a contar el relato escrito y comenzar una búsqueda que va por partes que podrían equivales a episodios dentro del film. Dividí la película en 12 episodios, mientras montaba el episodio 1 había personas que me buscaban imágenes para el 2, y así sucesivamente. Lo mágico de todo esto es que ninguna imagen de ningún episodio es excluyente, por tanto cuando estás en el episodio 10 ya cuentas con imágenes de los 9 anteriores y lo que provoca que la película se vaya transformando a medida que se va haciendo.
Esta historia despertó el interés cinematográfico de gente tan diversa como Fernando Fernán Gómez, que dirigió en 1977 “Mi hija Hildegart”, o más recientemente Paula Ortiz, con Alba Planas y Nawja Nimri como protagonistas en “Hildegart”, así como dio pie para numerosas obras literarias con autoras como Carmen Domingo, Almudena Grandes o Fernando Arrabal. ¿Con tantas visiones sobre estas dos mujeres, cual fue el aspecto donde quisiste poner el foco para tu particular visión en “La virgen roja”?
El foco está en Aurora y el contexto histórico que rodea a Aurora. Hay que pensar que a través de su vida podemos pasar desde el nacimiento del movimiento obrero hasta la guerra civil, que a través de Aurora podemos introducirnos en las primeras teorías sobre el control de la natalidad, el peso del pensamiento religioso como mecanismo de control de la sociedad, y ya con Hildegart, en algunas de las primeras publicaciones sobre sexualidad que se realizan en España. Es decir, es una figura que condensa en su experiencia vital, una de las épocas más trascendentes de la historia.
Para poner en contexto la historia, hay un elemento esencial en la película que está formado por las entrevistas a Guillermo Escrigas, Rosa Cal, Fernando Agrasar, Xavier Castro, Guillermo Rendueles y Lola Ferreiro, ¿por qué era importante incluir estas voces en la película? Y se que, por la pandemia, quedaron algunas que tenías pensado incluir sin recoger, ¿cuáles eran?
Digamos que existen dos tipos de voces diferentes en el film, de una banda expertos que conocen las figuras que de Aurora e Hildegart de manera global por sus investigaciones, como es el caso de Guillermo Rendueles, que a través de su “Manuscrito encontrado en Cienpozuelos” realiza un certero perfil psicológico de la figura de Aurora Rodríguez, o de Rosa Cal que investigó la genealogía familiar de Aurora, y otras voces que se circunscriben a ámbitos concretos ya sea desde el punto de vista histórico, filosófico o social. La pandemia impidió que las voces fueran algunas más. Fue una pena no poder contar con Carmen Domínguez, autora de “Mi querida hija Hildegart”, y que nos encantaría no solo conocer su visión, si no contraponerla con otras opiniones como la de Escrigas, Lola Ferreiro, el propio Rendueles, etc. Y después también echamos en falta poder hablar con Almudena Grandes y que nos hablase de su acercamiento a Aurora a través de la ficción.
También es importante, a nivel narrativo, tanto el dialogo entre María Vázquez y Nerea Barros, que interpretan a Hildegart y a Aurora, como el papel de Antonio Durán, Morris, como narrador y conductor del relato, ¿de donde surge ese diálogo? ¿de que fuentes?, y ¿cómo es de necesaria la figura del narrador para estructurar toda esta historia?
Los diálogos entre Aurora y Hildegart no fueron inventados, parten de fuentes escritas. Cuando hay un diálogo directo entre las dos está sacado de la obra de Eduardo de Guzmán, lo que equivale a decir que son sacados de la boca de Aurora, ya que fue ella quien hizo posible que esas conversaciones llegasen hasta nosotros. Es importante señalar que gran parte de lo que sabemos de esta historia viene filtrado por la propia voz de Aurora. Fuera de eso, hay momentos en que ponemos en boca de María Vázquez textos escritos por Hildegart, tanto en prensa como en algunos de sus libros y que nos ayudan a entender las líneas básicas del pensamiento de Hildegart. En cuanto al narrador, siempre fue un recurso que me gustó, en el fondo pensaba en la película como una especie de cuento gótico, y si pienso en Mary Shelley la veo a ella narrando, supongo que tiene que ver algo con eso.

Otro de los elementos que dinamizan mucho la película, y ayudan a comprender la historia, es la ilustración, ¿fue la utilización de esta la forma de cubrir la falta de imágenes de Aurora y de Hildegart, y de mostrar la evolución de los personajes en el tiempo?
Las ilustraciones son en gran medida una línea temporal encubierta. No solo me permiten visitar los momentos claves de la vida, esencialmente de Aurora, porque es la que hila todo el relato, si no que nos ubican temporalmente cuando vemos las edades de nuestras protagonistas en las ilustraciones.
En la película se hace hincapié en la idea de la eugenesia, una filosofía social que tuvo un cierto eco en la época, y que degeneró en España en psiquiatras como Vallejo-Nágera, y que también sirvió en Alemania para asentar las bases racistas del nazismo. ¿Cuál era la idea que tenía Aurora sobre la eugenesia y que la diferenciaba de esa idea que sirvió de doctrina para la “solución final”?
Es difícil de explicar la idea que tenía Aurora sobre la eugenesia. No se puede entender sin el contexto. En la época existe un problema en cuanto al crecimiento poblacional en relación a los recursos existentes que son necesarios para la vida, lo que hace que surjan toda una serie de teorías que tienen que ver con la mejora de la sociedad. Existen las primeras teorías sobre el control de la natalidad, pero también existe la idea de que la forma de mejorar la sociedad es a partir de la unión de los hombres y mujeres más “aptos”, y que por transmisión genética los hijos de estos serían “seres humanos mejorados”, y aunque hoy nos parezca una barbaridad, este era el pensamiento dominante. Después Aurora era defensora de la eugenesia, pero en realidad Aurora era una mujer de su tiempo pese a todos los condicionantes por ser mujer, y en la busca de un idealizado cambio social decide emprender un plan eugenésico y llevarlo hasta sus últimas consecuencias. Creo que esta es la clave.
Hildegart también tuvo una intensa, aunque corta, actividad política, primero en el PSOE de Pablo Iglesias, y después en el Partido Radical Republicano, ¿podría considerarse entonces una revolucionaria?
Fue educada para eso. En realidad lo complicado para Hildegart debería ser pensar en una clave distinta a la revolucionaria. Le meten en la cabeza desde niña que fue concebida para redimir a las mujeres y a la clase obrera, imagino que debe ser una gran carga para una niña pero, ¿cómo vas a pensar?, ¿cómo vas a actuar?, ¿cómo te vas a expresar? Si tu misión es la revolución.

El Ferrol que conoció Aurora también era un hervidero del movimiento obrero, y ella que hacía hincapié en la educación, promovió iniciativas como el falasterio, ¿cuál era el ambiente social en Ferrol en aquella época? Y ¿en que consistían esas instituciones?
Ferrol tenía que ser un sitio complejo. Con la perspectiva de hoy no es fácil entender la magnitud de lo que significó la creación de los astilleros para la armada. Hay que pensar que eso provoca un éxodo enorme de las zonas del interior hacia Ferrol, y que allí confluyen, una población fundamentalmente obrera, que crece de marera desproporcionada en muy poco tiempo, los militares, los marinos que llegan a puerto desde cualquier parte del mundo, y un poder religioso muy arraigado en el tejido social, con lo cual si era un lugar propicio para el florecimiento de nuevas ideas por la confluencia de gentes de origen tan diversa, pero también era un lugar donde existía pobreza, donde la explotación laboral era una constante, había hambre, y donde todo esto derivó en ideas políticas que demandaban más derechos para los trabajadores.
En cuanto al falasterio, es una idea que parte de la búsqueda de un ordenamiento social más justo en el que se promueve la ruptura de la unidad familiar convencional, que se considera como el germen de la perpetuación de la desigualdad. Y lo que plantea es una unidad colectiva. Un grupo de mujeres y de hombres que residirían en un espacio colectivo en el cual se repartiría de manera equitativa los trabajos y los beneficios. La educación de los hijos no correría a cargo de los padres y madres, si no que se haría de manera colectiva para educarlos en la idea del común.
La música tenía un papel destacado en la educación ideal de Aurora, como demostró con su primera creación, Pepito Arriola, pero también en tu película es adecuado destacarla, ¿cómo se creo la banda sonora de “La virgen roja” y quien fue el encargado de crearla?
La música original la compuso Arturo Kress, un magnífico compositor, que ya estuvo nombrado a los Goya por “El bosque animado”. Después hay mucho de Pepito Arriola que yo llevaba escuchando desde la fase de escritura, creo que hay secuencias que ya estaban escritas con la música en la cabeza. Y después hay otras piezas que fui escogiendo sobre la marcha. La elección de la Canción de Solveig de la Sinfonía Peer Gynt, fue muy importante porque sabes que la canción que escoges para el momento clave acaba siendo la canción de película.
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