Armen Sarkissian renuncia a la presidencia de Armenia

Este domingo 23 de enero,  Armen Sarkissian anunciaba la presentación de su renuncia como presidente de Armenia, a la que había llegado hacia cuatro años, en marzo de 2018.

Por Angelo Nero

“A principios de la década de 1990, con grandes cambios geopolíticos, nuestro pueblo tuvo la mayor oportunidad de establecer su propio Estado independiente. Nuestra misión no era reemplazar una bandera por otra, sino construir un país que garantizara la seguridad, el progreso y la prosperidad de los armenios siglos después. Subrayo que el significado principal de la existencia de un Estado independiente es la capacidad de asumir y asumir responsabilidades, cuando nos damos cuenta de que solo nosotros, como un solo cuerpo, somos constructores de nuestras propias victorias, culpables de nuestras propias derrotas.“

Con estas palabras comenzaba el mensaje dirigido a la nación, este domingo 23 de enero, en el que Armen Sarkissian anunciaba la presentación de su renuncia como presidente de Armenia, a la que había llegado hacia cuatro años, en marzo de 2018, a propuesta del presidente saliente, Serzh Sargsián, que había estado diez años en el puesto, y que dimitió tras las protestas callejeras de la “revolución de terciopelo”, que aupó a Nikol Pashinyan al cargo de primer ministro, en mayo de ese mismo año.

“Puede surgir la pregunta, ¿por qué no renuncié en ese momento? La respuesta es obvia, por la responsabilidad que asumí como Presidente de la República. Me vi obligado a hacer todo lo que estuviera a mi alcance para evitar una mayor profundización de la división interna, posibles enfrentamientos, que podrían tener consecuencias extremadamente negativas. Traté de usar el prestigio y las conexiones ganadas a través de mis muchos años de trabajo y usar mi potencial político y económico internacional para construir un Estado fuerte y estable. Nuevamente, puede surgir la pregunta de por qué el Presidente no influyó en los eventos políticos que nos llevaron a la actual crisis nacional. La razón es obvia nuevamente: la falta de herramientas apropiadas, herramientas con las que cualquier funcionario estatal está dotado de un solo documento: la Constitución. Las raíces de algunos de nuestros problemas potenciales están ocultas en la ley básica actual.” Continuó Armen Sarkissian en su mensaje a la nación, explicando algunas de las causas de su renuncia, en las que no oculta sus desavenencias con el actual primer ministro, cargo que él también ocupó brevemente, entre 1996 y 1997, siendo nombrado después como embajador en el Reino Unido, donde permaneció desde 1998 hasta 2018.

La dimisión de Sarkissian no oculta las profundas diferencias y tensiones generadas entre la presidencia y gobierno de Nikol Pashinyan, al que llegó a pedir que abandonara el cargo, en noviembre de 2020, tras la derrota de la guerra de Artsakh, y que en marzo de 2021 se opuso a ratificar ceses como el del jefe del Estado Mayor del Ejército, Onik Gasparián, tras la denuncia de Pashinyan de un intento de golpe de estado. Lo que puso de manifiesto la fractura entre las élites políticas que dirigen el destino de este pequeño estado del Cáucaso, constantemente amenazado por sus vecinos, Turquía y Azerbayán.

“Somos una república parlamentaria con formato, pero no con contenido. El propósito de mi propuesta no era pasar de una forma de gobierno a otra (parlamentario a semipresidencial o presidencial), sino crear un sistema estatal basado en frenos y contrapesos. Sin él, es difícil hablar de logros significativos, porque el progreso, el éxito, solo se puede lograr en las condiciones de un sistema predecible y armonioso. Me alegro de que se haya creado una comisión de reformas constitucionales, por lo que doy las gracias al Gobierno. Espero que eventualmente se lleven a cabo los cambios constitucionales, el próximo presidente y la institución presidencial puedan trabajar en un ambiente más equilibrado y coordinado”. Continuaba el mensaje del presidente dimisionario, cuyas funciones asumirá, de forma interina, el presidente de la Asamblea Nacional, Alen Simonyan,  hasta que el Parlamento, donde Pashinyan tiene una holgada mayoría, elija a un nuevo Presidente en los siguientes 35 días, en una sesión extraordinaria.

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