Los talysh: una nación sin Estado del mar Caspio

 

El éxito nacionalista talysh también sería breve, pues al llegar al poder en Azerbaiyán Heydar Aliyev y al no conseguir ningún apoyo externo significativo, la República Autónoma Talysh-Mughan se suprimiría con violencia.  

Por Manuel Férez / Jerónimomx

El pueblo talysh, de origen indoeuropeo, es una de las naciones sin Estado del Cáucaso e Irán. También conocidos como tolişi, talushon, talyshi, talesh, talishi, entre otras denominaciones que otros pueblos y naciones les han atribuido, los talysh tienen su casa ancestral en las planicies y montañas cercanas al mar Caspio y suman entre medio millón a dos millones de personas.

Como con otras minorías étnicas del Cáucaso es difícil establecer un número exacto de talysh; se calcula que 155 mil personas pertenecen a este pueblo. En 1926 el censo soviético hablaba de 77,039 talysh, pero a partir de 1959 fueron contabilizados como “azerbaiyanos”. Un indicador más confiable son las estadísticas relativas a la lengua materna que marcaba 10,500 personas para ese mismo año de 1959. Mientras tanto en Irán se reportaban cien mil talysh para 1983. Además de residir en Azerbaiyán e Irán, hay talysh en Kazajistán y Rusia.

Los talysh han llamado la atención en las últimas meses al recrudecerse el conflicto entre Armenia y Azerbaiyán por la zona de Nagorno Karabaj. Algunos portales noticiosos de la zona acusaban al gobierno azerbaiyano de utilizar a algunas minorías como lezgis y talysh en las líneas de combate más arriesgadas. Si bien la mayoría de esas noticias se encuadran en la guerra de desinformación y propaganda que tanto Yerevan, Bakú y Stepanakert libran en los medios locales e internacionales, me parece importante hacer una reflexión sobre esta minoría nativa del Cáucaso y poco conocida en el mundo hispanohablante.

Las regiones de Lankaran, Astara y Rezvanshahr, pertenecientes a la provincia de Gilan en la actual República islámica de Irán, forman el Talyshstan, la zona de mayor concentración de talysh que, como ya he mencionado, forma el hogar ancestral talysh desde hace miles de años. Talyshstan cayó bajo el control de las fuerzas árabe-musulmanas invasoras en el año 641 d. C. y desde ese momento se iniciaría un gradual proceso de conversión del pueblo talysh al islam.

Hay muy poca investigación académica sobre los talysh aunque se cree que sus ancestros fueron personas aborígenes asentadas en la región del Cáucaso hace muchos siglos. Pese a que la región talysh perteneció a diferentes reinos y kanatos hasta que fue controlada por Persia, la identidad talysh se mantuvo.

La cultura talysh resulta hoy ser un sincretismo entre elementos persas, túrquicos y caucásicos entre los cuales hay tradiciones propias de los talysh que han sobrevivido y forman parte de su identidad nacional. Un tópico interesante de  los talysh es sus altos índices de alfabetismo a pesar de ser un pueblo rural.

El idioma materno talysh, conocido como tolişi, pertenece al grupo de idiomas iranios del noroeste y tiene relación con la lengua de los tatians, ghilanis y masanderanis que también residen en el norte de Irán. Durante muchos siglos el idioma talysh fue solo hablado y no escrito aunque llegaba a utilizar alfabetos como el árabe para escribirse. En la actualidad el idioma talysh es reconocido oficialmente por el gobierno de Azerbaiyán y es enseñado a los niños, junto al idioma azerbaiyano, en las escuelas con alumnos talysh.

Los talysh son abrumadoramente musulmanes chiitas, si bien hay algunos pequeños subgrupos suníes en una veintena de pueblos talysh de las regiones de Astarinski y Mahal. En su sistema de creencias religiosas hay creencias y prácticas preislámicas entre las que sobresale su veneración por árboles y tumbas. Un ejemplo de esto es el roble sagrado ubicado en Mashkhan, una aldea talysh del actual Azerbaiyán, y hacia donde se dirigen peregrinos talysh de zonas remotas a rezar bajo sus ramas. Hay otros robles sagrados ubicados en las villas de Razi y Pmadi. La costumbre es adornar los robles sagrados con cintas de colores.

Los talysh creen que el mundo está poblado por espíritus buenos y malos, los cuales interactúan con los humanos de manera cotidiana. Entre los espíritus peligrosos sobresale Alazhan, la mujer roja, que es una amenaza mortal para las mujeres embarazadas y los recién nacidos. Alazhan es retratada por los talysh como una mujer negra de ojos sobresalientes y pechos enormes que coloca sobre sus hombros. El lbro de John Colarusso Nart Sagas from the Caucasus relata esta y otras leyendas originarias de la zona caucásica.

Durante los siglos XI y XIII los talysh fueron masacrados por tribus túrquicas invasoras que se asentaron de modo gradual en el actual Azerbaiyán. Toda la región del Cáucaso resentiría las invasiones mongolas de los siglos XIII y XIV. Los talysh serían víctimas de la devastación mongola que empobrecería a los pueblos y naciones caucásicas durante muchos años. Cuando los persas conquistaron la región talysh en 1592 se encontraron con un pueblo pobre y atrasado al que sometieron y oprimieron.

Para el año 1747 se estableció un kanato talysh independiente que lograría sobrevivir hasta el final de la Guerra Ruso-Persa de 1826 a 1828 cuando las fuerzas rusas victoriosas disolvieron el kanato que, aún hoy, sigue jugando un rol importante en la identidad nacional e historia de los talysh. Los tratados de Gulistan y de Turkmenchay delinearon, sin consentimiento de los pueblos y naciones del Cáucaso, la frontera entre Rusia y Persia. Los talysh del sur, controlados por Persia, se rebelaron en 1905 hartos del abandono y corrupción de los gobernantes enviados a la zona. La rebelión duraría varios años e incluso la Unión Soviética la apoyaría en 1920 aunque los soviéticos retirarían ese apoyo pronto al pactar con los persas algunas concesiones en materia petrolera.

Durante el periodo soviético los talysh experimentaron presiones por parte de la República Soviética de Azerbaiyán que tenía como objetivo unificar a las minorías en una sola nación azerbaiyana y fueron designados como un grupo étnico del pueblo azerbaiyano.

Como ya dije, a partir de 1959 los censos oficiales de Azerbaiyán no mencionaban a los talysh. Política similar a la practicada en Irán que en esa época declaraba que no había minorías étnicas sino grupos tribales iranios.

Hay que destacar que durante el periodo soviético la región de los talysh fue agrícolamente la segunda más activa solo por detrás de la región del mar Negro. Productos como el té, los cítricos, el laurel, las papas, los tomates y el tabaco se exportaban a ciudades soviéticas. La economía de la zona talysh estaba muy ligada a Bakú, pues durante el siglo XIX muchos talysh emigrarían para trabajar en los proyectos petroleros de Bakú y en la pesca del Caspio.

Siguiendo una política de asimilación a la cultura azerí fomentada por las políticas soviéticas, los talysh, junto a otras minorías étnicas, desaparecerían de los censos oficiales por décadas. Con el colapso del sistema soviético en 1991 se presentó un renacimiento del sentimiento nacional talysh y para 1993 sus líderes nacionalistas declararon la independencia y la creación de la República Autónoma Talysh-Murgan, misma que fue suprimida violentamente por las fuerzas militares de Azerbaiyán aunque el sentimiento nacional talysh continúa vivo y latente.

La República Autónoma Talysh-Murgan tuvo una muy breve existencia, pues lograría sobrevivir de junio a agosto de 1993. Incluía los distritos administrativos de Lankaran, Lerik, Astara, Masally e Yardymli, misma región que había constituido un kanato en la antigüedad.

La proclamación de la república autónoma se dio en un clima de confusión política en Azerbaiyán, dado que en junio de 1993 se registró una rebelión militar contra el entonces presidente Abulfaz Elchibey dirigida por el coronel Surat Huseynov. Lo anterior lo aprovechó el también coronel Alikram Hummatov, quien lideró a los nacionalistas talysh en la proclamación de la nueva república. El éxito nacionalista talysh también sería breve, pues al llegar al poder en Azerbaiyán Heydar Aliyev y al no conseguir ningún apoyo externo significativo, la República Autónoma Talysh-Mughan se suprimiría con violencia.

Alikram Hummatov huiría a Lankaran aunque poco después sería arrestado y sentenciado a muerte aunque se le conmutó dicha pena por cadena perpetua. En 2004 Hummatov sería perdonado y saldría de prisión cuando Azerbaiyán se vería presionado por el Consejo de Europa por la existencia de presos políticos en el país.

Hay un debate sobre las políticas implementadas por el gobierno de Azerbaiyán hacia minorías como los kurdos, tats, talysh y lezgins, ya que de acuerdo con algunos especialistas el país ha establecido medidas destinadas a una integración forzada, sin embargo, el propio Consejo de Europa, tan crítico con el gobierno de Bakú en aspectos como la libertad de expresión, reconoció en 2003 que el país ha realizado importantes esfuerzos para implementar las recomendaciones que la Convención Europea sobre minorías ha establecido, en especial aquellas destinadas a proteger y promocionar las culturas minoritarias y su reconocimiento en la historia nacional de Azerbaiyán.

No obstante, aún hay obstáculos y desafíos para los talysh en Azerbaiyán. El mismo Consejo de Europa en sus reportes posteriores al 2003 observa atrasos en la implementación de legislación relativa a la enseñanza y preservación de la lengua materna. El Consejo de Europa ve que las lenguas minoritarias de Azerbaiyán reciben cada vez menos espacio en los medios de comunicación y los medios electrónicos además de mostrar preocupación sobre el estado de la educación escolar de las lenguas minoritarias.

Los talysh, junto a otras naciones minoritarias del Cáucaso, siguen siendo desconocidos para los estudios académicos en América Latina. Sería muy interesante establecer estudios comparativos entre estas naciones caucásicas y las naciones nativas americanas con las cuales comparten ciertas características históricas, así como procesos de rebelión y sometimiento a un poder central.

Manuel Férez es Profesor de Medio Oriente y Cáucaso, Universidad Alberto Hurtado de Santiago de Chile. Compilador de cinco obras académicas sobre Medio Oriente, entre las que destaca Estos son los kurdos, análisis de una nación (Porrúa, 2014). Ha realizado estancias de investigación en Israel, Palestina, Turquía y Azerbaiján.

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