El reconocimiento de Artsaj por parte de Armenia es lo que se conoce como un reconocimiento de facto, no de jure; es decir, es un reconocimiento a través de los actos y no de una legislación.
Entrevistamos a Siranush Sargsyan, periodista armenia de Stepanakert, capital de la República de Artsakh, que desde este rincón del Cáucaso nos da las claves de un conflicto que se ha agravado con el bloqueo del Corredor de Lachín
En la actualidad, el Estado turco mantiene un férreo negacionismo. Reconocer el genocidio sería admitir que no solo no juzgaron a los culpables, sino que los premiaron con honores e incluso pensiones de por vida para ellos y sus familias.
Las tropas que envió Constantinopla no solo toleraron la violencia, sino que se unieron a la cacería que dejó como consecuencia más de 30.000 armenios masacrados.
una vez liquidados en masa, sus bienes fueron saqueados en beneficio del Imperio Otomano y de la soldadesca en general, ávida no sólo de sangre sino de todo tipo de rapiña.
Mientras los gobiernos británico y francés se golpeaban el pecho en público por la masacre de armenios, en secreto permitieron felizmente que continuara el genocidio.
A menudo oímos hablar de los huérfanos del Genocidio, pero rara vez hablamos de sus vidas y destinos. ¿Cómo terminaron en el orfanato? ¿Cómo fue su experiencia allí? .