Huelga general

            Por Juanjo Peris

 

“ Trabajadores: la guerra de clases ha comenzado. Ayer, frente a la fábrica McCormik, se fusiló a los obreros. ¡Su sangre pide venganza!


¿Quién podrá dudar ya que los chacales que nos gobiernas están ávidos de sangre trabajadora?. Pero los trabajadores no son un rebaño de carneros. ¡Al terror blanco respondamos con terror rojo! Es preferible la muerte que la miseria. 


Si se fusila a los trabajadores respondamos de tal manera que los amos lo recuerden por mucho tiempo. 


Es la necesidad que nos hace gritar: ¡A las armas!


Ayer, las mujeres y los hijos de los pobres lloraban a sus maridos y a sus padres fusilados, en tanto que en los palacios de los ricos se llenaban vasos de vino costosos y se bebía a la salud de los bandidos del orden… 


¡Secad vuestras lágrimas, los que sufrís!


¡Tened coraje, esclavos! ¡Levantaos! ”    

Este fue el texto por el cual el periodista Adolph Fischer fue condenado a la horca tras denunciar los seis asesinatos por parte de la policía a los trabajadores de la fábrica de maquinaria agrícola.Los trabajadores se encontraban en huelga desde el 16 de Febrero del mismo año reivindicando la jornada laboral de ocho horas que ya había sido proclama mediante la ley Ingersoll por el presidente de los EEUU Andrew Johnson.

Los Estados Unidos de América se veían envueltos en miles de revueltas por parte de la clase trabajadora, muchos en huelga desde el día 1 de Mayo. La jornada laboral había sido reducida de las dieciocho horas a ocho. La guerra estaba en la calle, en cada fábrica. Una de las claves de la revuelta de la fábrica Hellmans fue debido a que los esquiroles seguían realizando los tunos de 18 horas, impidiendo al resto de trabajadores a conseguir esta gran victoria que ya se empezaba a conquistar en muchas fábricas americanas con tan solo los preavisos de huelga.

La prensa generalista estadounidense tomaba partido, iniciaba la campaña pro empresarios y calificaba a los manifestantes de terroristas, y al movimiento de indignante e irrespetuoso, un total delirio de lunáticos. Manifestaron que esas reivindicaciones era lo mismo que pedir un salario a cambio de no cumplir ni hora de trabajo.

Este primero de Mayo habrán pasado 135 años de aquella revolución, porque si, es una revolución, y las cosas se deben llamar por su nombre para no andarnos en errores. Ciento treinta y cinco años después la guerra sigue declarada, los obreros siguen muriendo en los andamios y ahora la pobreza normalizada se le llama hora extra sin cobrar. Así el empresario puede convertir a sus anchas la jornada laboral de ocho en dieciocho tranquilamente. La lucha de clases sigue viva, pero la clase dominante sigue ganando la batalla. Gobiernos alineados con la COE y los medios de comunicación en prime time señalando a trabajadores cuales objetivos militares sin ninguna piedad. Montajes policiales para encerrar a obreros.

El primero de Mayo necesita dejar a un lado su día festivo y empezar a ser de nuevo el día que marque la revolución, las revoluciones persisten, pero las fuerzas se desvanecen al tiempo que te despiden por reclamar una paga.

Este uno de Mayo, los estibadores estaremos en la forma que la pandemia nos deje, para reclamar nuestros derechos, que no privilegios que hay tras cada reivindicación. Cada derecho  conseguido no ha sido gratis, deja muchas heridas y secuelas atrás, muchas batallas vividas y que vivir.

Este uno de Mayo saldremos a la calle por nuestra compañera Manoli Montalvá, una compañera de 55 años que el 8 de Abril recibía una sentencia que la obliga a volver al trabajo como estibadora tras pasar mas de cinco años acompañada de un cáncer tras otro. Trece operaciones a sus espaldas, (y las que todavía le quedan), que le han privado del músculo pectoral derecho dónde le cabe un puño en el mismo hueco, entumecimiento de manos y brazos con reducción de fuerza y pérdida de movilidad. Extirpación de glándula mamaria izquierda, diversas cicatrices, entre ellas una de una operación abdominal para quitarle un músculo y ponérselo en el pectoral. Extirpación de útero, matriz y ovarios, depresión…

Ha pasado los últimos ocho meses de excedencia voluntaria, corriendo con los gastos de su bolsillo, pero un juzgado la obliga a volver a su trabajo como estibadora y deniega su jubilación. Por ella, y por otros muchos, estaremos el primero de Mayo.

Otro ataque de clase, esto no va de estibadores, de oficinistas, de barrenderos. Esto es lucha de clases, donde la clase baja sigue perdiendo una guerra que nos está dejando mas que cicatrices que solo una revolución podrá sanar. Necesitamos nuestro tiempo, nuestro espacio, nuestro lugar en el mundo, y ese, no es arrodillados ante los pies del amo, que se enriquece día a día a costa de nuestros riñones.

Reescribamos nuestra propia historia, vayamos a la huelga general. Como siempre digo, nuestra mera existencia es pura resistencia, hazlo tuyo. ¡Ni un paso atrás!

3 Comments

  1. Ni un paso atrás…dejemos de ser clientes del capital para ser ciudadanos dignos…Por Manoli y por todos los trabajadores que viven en precariedad …..Si nos paramos se pondrán nerbiosos

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