Por JavierDG

Gemidos de la patria, como de parto,
como un poste de madera noble,
de los antiguos, desnudo de cables.
Como la tela de una bandera rasgada
de tanto ondear lejos de casa.
Primero fue el lugar donde se rompió
la comunidad. Después, la noria gigante
y el sonoro alunizaje de cartón piedra.
En la tierra, al este, un Partido sin democracia
y al oeste, un mercado de dominación severa.
Monarcas del expolio perpetuados en el tiempo.
Patriotas escondiendo su beneficio
en el paraíso de los ciegos.
Gemidos de la patria refulgen
a la luz argentina de Cayetana.
Educar patriotas de rancio abolengo
y odio a lo abstracto es tarea fácil.
Difícil, sin embargo, prohibirse
el acceso al odio primero
nacido de la mentira y el miedo.
Difícil tarea, pero piedra angular
donde edificar la convivencia.
En el presente, masas yuxtapuestas
con banderas adornando la muñeca.
*El título ha sido expropiado a Ernesto Cardenal de uno de sus versos
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