La derecha está instrumentalizando los hechos, pero buena parte de aquellos que protestan en la localidad murciana no son racistas ni extremistas de derechas, sino ciudadanos con un cabreo legítimo frente a la delincuencia y la inseguridad.
La contratación de prostitutas para su fiesta de cumpleaños normaliza la explotación sexual y manda un mensaje demoledor para los millones de jóvenes que lo siguen.
Resignifican términos y símbolos fascistas, presentándolos como algo “rebelde” o “contracultural”, lo que genera atractivo entre hombres jóvenes que buscan diferenciarse del discurso dominante.
El resultado es grotesco: ni se ha presentado un proyecto oficial, ni se ha clarificado la implicación real de la Fundación Guggenheim, ni se ha demostrado el impacto económico positivo.
En la época en la que Feijóo fue el número dos de la sanidad gallega -en la que se hicieron las fotos junto a Dorado- la Xunta contrató con sus empresas mediante las consellerías de Pesca y de Familia, Mujer y Juventud.
Pensando en leyes menos tramposas, no creo que a nadie le quepa la menor duda de que hay un factor, ese tiempo que todo lo termina degradando, que contribuye poderosamente al avance de la corrupción en la gestión pública.