Entrevista a Isidro Román (1ª parte): «Las Comisiones Obreras del 72 no son una estructura sindical, son una organización representativa de la clase obrera unitaria»

Desde un principio, meses después del Paro de Septiembre, se empezó a elaborar la historia de las movilizaciones del PCG-COs y es esa historia la que se volvió dominante.

por Angelo Nero

Isidro Román Lago es autor de una de las obras imprescindibles para conocer en profundidad la lucha proletaria en Vigo en los últimos años del franquismo, «Todos con Vigo!!! Movilización Obrera y Huelga General (1968-1972)».

En este libro se señala como origen del movimiento obrero la huelga de Vulcano en 1962. ¿Cuál fue el germen de aquella movilización que terminaría como un huracán en el Septiembre Rojo de 1972, en condiciones que no eran realmente propicias para la organización sindical?

Las huelgas de 1962 no son el origen del movimiento obrero, son la primera manifestación, tras la guerra civil de Vigo, de la capacidad de movilización y lucha que siguen teniendo los trabajadores. La movilización es un éxito tanto por la cantidad de trabajadores que participan (más de 15.000 trabajadores en total entre el 10 y el 17 de mayo) como por su extensión a toda la ciudad. Está organizada básicamente por cuadros del sindicalismo de antes de la guerra, de la CNT y jóvenes libertarios en unidad con elementos del PCE. Combina dos elementos, uno altamente movilizador, las condiciones específicas de los trabajadores en cada empresa, y el otro, la solidaridad con lo que está pasando en Asturias.

En ese momento comenzaban a surgir nuevas organizaciones como herramientas del proletariado, comenzando por las Comisiones Obreras, que diferencias, desde un principio, de la central sindical constituida en 1976, ¿cómo se articulaban esas primeras Comisiones Obreras? y ¿Eran, en realidad, algo tan diferente de lo que acabaría siendo CCOO?

Las Comisiones Obreras son estrictamente lo que su nombre indica, comisiones obreras con un objetivo, en un principio concreto, coyuntural, y por tanto temporal, por ejemplo negociar con la dirección de una empresa una prima para los trabajadores. Esto es una constante a lo largo de la historia del movimiento obrero, no es nada nuevo. Lo que sí introduce un cambio fundamental es que cuando estas Comisiones inician el camino de la estabilidad, dejan de responder a un objetivo inmediato.

Poco a poco, y directamente relacionado con los procesos de negociación de los convenios colectivos, desde mediados de los años 60 en Vigo, cada fábrica irá constituyendo su propia Comisión Obrera. Son por tanto organismos básicos y de unidad de clase. Así encontráis  cuadros de la CNT, militantes de la USO, o de la UPG, que son a su vez miembros del Comité Obrero de su fábrica. No hay contradicción porque las Comisiones Obreras no son una estructura sindical, son una “organización” de representación unitaria de la clase obrera. Es desde este punto de vista que debe situarse mi afirmación de que ese movimiento de las Comisiones Obreras es sustancialmente diferente del sindicato que fue fundado en 1976.

¿Es 1976 con la creación del sindicato el momento de la ruptura? Evidentemente no, no hay un momento concreto de ruptura, es un proceso donde se manifiestan todo tipo de tensiones internas en las que subyace en todas ellas lo mismo, la «institucionalización» de este nuevo modelo de práctica sindical, entendiendo por «institucionalización » su conversión de una especie de movimiento social a una organización formal: el avance en los distintos niveles de coordinación de estas Comisiones de Fábrica (coordinación local, nacional, estatal, coordinación sectorial…), la dotación de una infraestructura mínima para su actuación , el paulatino establecimiento de presupuestos político-ideológicos… Es en estos procesos donde se inicia la disputa por el control y donde comienzan las rupturas que les harán perder ese carácter de órgano unitario de representación de los trabajadores.

En 1961, desde “posiciones cristianas y a través de la JOC y la HOAC” creó la USO, ¿tuvo algún papel este sindicato en estas luchas protagonizadas por el proletariado vigués en los años sesenta y principios de los setenta? ¿Y los viejos sindicatos de la época republicana, conservaron alguna estructura en nuestra ciudad, o sólo tenían algunos militantes dispersos?

Como tal organización sindical, la USO no tuvo participación en el proceso de movilización de 1972 en Vigo. Participaron miembros de las Comisiones que se habían formado tanto en la HOAC como en la JOC, pero la USO como tal no tuvo presencia. El desarrollo de la USO en Vigo como organización es posterior. Tendrán cierto protagonismo en otra huelga paradigmática en Vigo, la huelga de Ascón de 1978.

Pero cuando hablamos de la USO, tenemos que distanciarnos de la visión que evoca su organización actual. La USO, que participó en la huelga de Ascón de 1978, es una organización socialista autogestionaria que, precisamente desde finales de los años 70, entró en una profunda crisis que provocó en Galicia, ya en 1980, la escisión del sector mayoritario, que pasó a denominarse Confederación de Sindicatos de Galicia (CSG). Esta nueva organización se fusionará en 1982 con INTG.

En cuanto a los sindicatos de preguerra, la UGT era absolutamente inexistente en la ciudad en 1972, y la CNT, aunque conservaba cierta estructura, la realidad es que no había conseguido reorganizarse tras el hundimiento y detenciones de la huelga de 1962. Aun así, hay presencia de cuadros anarcosindicalistas activos en las Comisiones, entre las que se destaca la Comisión Obrera de CENSA.

El papel dominante del PCE, desde la clandestinidad, en la lucha política y sindical es indiscutible, sin embargo, y a raíz de su política de Reconciliación Nacional, iniciada en 1956, se produjeron numerosas escisiones en el partido, mientras que en las naciones sin un estado en el que empiezan a aparecer fuerzas autóctonas dispuestas a arrebatarle la hegemonía, como en Galicia a la UPG. ¿Qué impacto tendrán en el desarrollo de las movilizaciones obreras en Vigo tanto el PCE como las nuevas organizaciones surgidas de él y las que serán el núcleo del nacionalismo?

La importancia del PCE es absolutamente capital desde finales de los años 60. Todos los procesos de movilización a partir de estas fechas no tienen sentido sin su presencia hasta por lo menos 1972. Incluso sus competidores más importantes en pleno 1972 provienen del propio partido. Los procesos de debate y escisión del PCG en Vigo son tardíos, las primeras noticias parecen situar el inicio del cuestionamiento de la política de Reconciliación Nacional en 1969 y curiosamente desde sectores obreros, no entre la juventud estudiantil que es más habitual. Las Juventudes Comunistas habían iniciado su propia crítica en 1970 y los dos grupos se fusionarían un año después. De su fusión nació la Organización Obrera, que rompió definitivamente con el PCG y las COs a principios de 1972.

Por otro lado, la UPG no era rival a estas alturas para el PCG y su presencia en el mundo del trabajo era muy pequeña, una célula en Barreras (dirigida por Moncho Reboiras) y otra en Citröen (que venía de la Galicia Socialista de Camilo Nogueira) y poco mas. Pero, es cierto que eran absolutamente conscientes de este hecho y estaban en proceso de crear un Frente de Trabajadores que les introduciría definitivamente en el mundo del trabajo, como lo fue años después.

En su libro dedica un apartado al contexto socioeconómico en el que se produce la movilización laboral ¿Cuál era ese contexto particular en la región de Vigo, que en estas décadas tuvo un especial desarrollo industrial?

Vigo es una ciudad que en realidad tiene un fuerte crecimiento económico que se refleja en la reducción de la población activa en el sector primario, en el crecimiento moderado del sector secundario y en el fuerte crecimiento del sector servicios entre 1960 y 1970. Hay una dato curioso hablando en cifras absolutas, lo digo anecdóticamente, pero refleja el carácter de la ciudad: En 10 años, entre 1960 y 1970, el sector primario perdió en Vigo 1.386 trabajadores, sin embargo, en los siguientes 21 años, entre 1970 y 1991, sólo perdió 380 trabajadores. Es decir, ni siquiera hoy somos una ciudad, ciudad, imagínense entonces. Esto hace que la composición de la clase sea algo peculiar, ya que existe un fuerte mantenimiento como actividad secundaria a la agricultura.

A esta característica “nuestra”, históricamente nuestra, hay que sumar el tipo de mano de obra que mayoritariamente atrae el desarrollo económico de la ciudad. Hablamos principalmente de la emigración pendular, es decir, trabajadores que vienen de todo el municipio, que trabajan en la ciudad y regresan a su lugar de origen cuando salen del trabajo. Y en cuanto a la emigración con desplazamiento hacia la ciudad de residencia, la realizan mayoritariamente mujeres que abastecerán al sector primario y la industria conservera.

A nivel industrial, destaca la instalación de Citröen a finales de los años 50 y el desarrollo del sector de la construcción naval vinculado a los grupos empresariales tradicionales de la ciudad, que serán los subsectores que más mano de obra emplearán.

Demográficamente, en la década de 1960-70 se produjo un crecimiento de prácticamente 50.000 habitantes que hay que calificar de espectacular. Pero este crecimiento da lugar a importantes deficiencias infraestructurales, entre las que destacan las deficiencias en la red de alcantarillado y de abastecimiento de agua potable. Deficiencias concentradas en las zonas de mayor densidad de población activa y casi inexistentes en las zonas «nobles» de la ciudad, lo que nos dice que en la ocupación del espacio urbano la condición de clase también es definitoria.

Aunque formalmente no existía en ese momento, CCOO intentó hacer propia la herencia de la lucha del 72, ya que de ella surgieron muchas de sus pinturas, es más adecuado rescatar otros nombres que también tuvieron su protagonismo, como Abelardo Collazo, ¿quiénes fueron los principales líderes de las movilizaciones obreras de principios de los setenta en Vigo?

Desde un principio, meses después del Paro de Septiembre, se empezó a elaborar la historia de las movilizaciones del PCG-COs y es esa historia la que se volvió dominante. La prisa por su preparación venía bien determinada por el carácter que el PCE-PCG quería dar al conflicto, un paro de carácter político ingerido dentro de su política de Reconciliación Nacional, por lo que urgía «hacerse» el único responsable de la propia poderosa movilización para incluirlo dentro de los “argumentos” a presentar para ganar reconocimiento como actor certificado en las hipotéticas negociaciones tras la caída del dictador.

Lo mismo sucede con la historia de los dirigentes obreros que participaron en la huelga. Casi todo el mundo conoce a los oficiales, los que reciben honores y entrevistas, y que efectivamente jugaron un papel fundamental (Waldino Varela, Carlos Barros, los hermanos Cameselle, Margarita de Álvarez…) Pero los demás, los que no entran en esa dominante narrativa fueron oscurecidos, en cierta medida borrados y su papel fue tanto o más importante para entender el proceso movilizador del 72 en Vigo. Entre ellos también podemos mencionar a muchos, Xose Anxo de Freire, Xaime Garrido de CENSA, Carmen Cayetano de Alvarez, Urbano Medraño de Vulcano, Anxo Guisande de Ascón…

Pero usted menciona a Abelardo Collazo en su pregunta. Para mí, Abelardo Collazo es fundamental en todo el proceso, las críticas que hace a la dirección de la PCG, sus propuestas de extender los conflictos laborales más allá de las propias fábricas, llevar la lucha a los barrios para involucrar a toda la ciudadanía… al hablar de Abelardo en general a todos les viene a la mente el tema de la violencia revolucionaria, de la lucha armada, pero creo que siendo importante para él (tan importante que lo llevó a perder la vida), están esos otros aportes que en 1972 fueron definiendo y permeando la toda la acción de los trabajadores.

Las luchas de 1972 fueron luchas colectivas de dirección coral, pero sí creo que hay que señalar y destacar a un trabajador en particular como símbolo de lucha, honestidad y constancia, y este no es otro que Ramón González Costas, Moncho de Barreras. Innovador en los repertorios de movilización utilizados desde mayo de 1972, es quien se dirige a los trabajadores de Citröen el primer día de huelga para inspirarlos y mostrarles la solidaridad de los trabajadores de Barreras; perseguido, exiliado y en muchos momentos de su vida, también abandonado. Seguro que considera excesivas estas palabras.

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