Entrevista a Hayk Ghazaryán: “Turquía y Azerbaiyán gastan muchos millones en comprar periodistas y políticos europeos”

En cuanto al transcurso de la Segunda Guerra de Artsaj, yo estoy convencido que todo estaba ya decidido entre el trío de regímenes autoritarios: Turquía, Rusia y Azerbaiyán.

Por Angelo Nero

Hayk Ghazaryán nació, hace treinta y tres años, en Vanadzor, la tercera ciudad de Armenia, donde el general Tovmas Nazarbekian hizo retroceder a las tropas del ejército turco, en 1918, en la batalla de Karakilisa. Hayk lleva ya dos décadas viviendo en Madrid, donde ocupa el puesto de consejero estratégico de la Asociación de Jóvenes Profesionales de Madrid (AGBU YP Madrid), que forma parte de la  Unión General de Benevolencia Armenia. UGAB (AGBU en inglés) es la organización sin fines de lucro más grande e importante de la comunidad armenia mundial. La organización fue fundada hace más de un siglo, a raíz del comienzo de los ataques otomanos que derivaron en el Genocidio de 1915. Es imposible mencionar a un armenio, por joven que sea este, sin remontarse en sus orígenes, en su historia, en su memoria colectiva, así que hablaremos con Hayk sobre el presente incierto, pero también sobre el pasado que duele, y sobre el futuro que le espera a su pueblo.

La primera pregunta parece obligada, pues creo que es necesario hablar de la AGBU, de su importante labor en la diáspora, ¿Cuál es la historia de la asociación, y que actividades realiza concretamente en España? ¿Encuentra algún tipo de colaboración por parte de las administraciones de este país?

AGBU es la mayor organización sin ánimo de lucro de la comunidad armenia y está presente en más de 30 países. Se fundó en 1906 en El Cairo a raíz de los ataques a la comunidad armenia a manos de los turcos, teniendo como objetivo preservar la cultura armenia. YP (Young Professionals), una rama de AGBU, además intenta reunir a los jóvenes profesionales armenios de diferentes ciudades y facilitar también los contactos profesionales entre ellos.

Llevamos poco tiempo en España. YP Madrid se fundó en 2019 y la pandemia nos perjudicó, como a todos. Aun así, hemos realizado varios eventos culturales y de networking. También estamos muy activos a la hora de dar visibilidad a lo que está pasando en el Cáucaso y luchamos contra las injusticias que sufre el pueblo armenio.

En cuanto a las colaboraciones, todavía no hemos tenido la oportunidad. Pero somos una asociación de reciente creación y esperamos poder colaborar con diferentes administraciones en el futuro próximo.

España todavía no ha reconocido el Genocidio Armenio, a pesar de que son muchos los países de la Unión Europea  -Alemania, Francia, Italia…-, así como Rusia, Argentina, Uruguay o Canadá, incluso el Vaticano, si lo han condenado. La Comisión de Exteriores del Congreso ha rechazado hasta en tres ocasiones, la última en 2018 promovida por ERC, las mociones presentadas en este sentido, aunque si hay 5 comunidades autónomas: Aragón, Cataluña, País Vasco, Navarra y Baleares, que si lo han reconocido, así como numerosos municipios. ¿A qué crees que se debe que el estado español se niegue a reconocer y a condenar un Genocidio en el que murieron un millón y medio de armenios?

Lo puedo explicar con una palabra: negocios. Hay más de 600 empresas españolas que tienen miles de millones de euros invertidos en Turquía. La venta de armas a este país también supone mucho dinero. Por otra parte,  España cree que Turquía es un apoyo importante para conseguir un peso geopolítico del que carece ahora.

Para mí, como un ciudadano español, es triste ver que los intereses económicos o políticos se anteponen a la justicia y a los derechos humanos.

En la invasión de Artsakh por parte de Azerbaiyán, en plena pandemia mundial y a las puertas de las elecciones americanas, hubo muy poca información en los medios de comunicación españoles, cuando no un posicionamiento a favor del agresor, por corresponsales que escribían desde Bakú o Ankara. Hemos llegado a escuchar a un tertuliano en RNE diciendo que Artsakh era prácticamente un protectorado ruso, lleno de bases de la Federación. ¿Cómo habéis vivido este conflicto en la diáspora, a través de esa información sesgada o ambigua que se servía a través de las agencias?

Los 44 días que duró la guerra fueron los peores de mi vida. No he podido dormir ni una noche. Toda la diáspora sufrió mucho. Lo que más dolía eran las mentiras de la mayoría de los medios de comunicación o directamente el apagón informativo. Pero bueno, a parte de los motivos anteriormente mencionados, Turquía y Azerbaiyán gastan muchos millones en comprar periodistas y políticos europeos. Solo puedo dar las gracias a Nueva Revolución por ser de los pocos medios que ha contado la verdad.

Me consta que la comunidad armenia ha realizado alguna manifestación en contra de la agresión turco-azerí en Madrid, con la participación del actor y escritor Hovik Keuchkerian, y el violinista Ara Malikian, e incluso llegasteis a cortar la autopista AP-7 en el paso fronterizo de La Jonquera, pidiendo al gobierno español que interrumpiera la venta de armas a Turquía y que alzara su voz para pedir el fin de la guerra. ¿Cuál fue la respuesta que encontrasteis, tanto en la ciudadanía española como en las autoridades?

Sí, hicimos todo lo posible para que se hablara del tema  y que se parara esa invasión. Por lo general la gente no tenía ni idea de lo que estaba pasando. Algunos nos mostraban su apoyo. Gracias a la ayuda de algunos diputados, a los que estamos muy agradecidos, se han aprobaron Proposiciones No de Ley en el Congreso para parar las hostilidades. Sin embargo, no hubo ningún mensaje oficial de condena a los agresores.

También hubo, aunque el conflicto se desatara entre Armenia y Azerbaiyán, un cierto pulso entre Rusia y Turquía. Fue muy polémico el derribo de un helicóptero ruso Mi-24 en Najicheván, sin que Moscú reaccionara de forma contundente. ¿Se han sentido los armenios abandonados por Rusia, que se suponía su aliado natural? ¿Crees que Turquía está intentando penetrar en el área de influencia rusa, ante la debilidad que muestra el gobierno de Putin en conflictos como el de Artsakh?

La tensión entre Turquía y Rusia es hasta cierto punto y en determinados aspectos. En cuanto a Artsaj y a Armenia, nos hemos dado cuenta que estos países colaboran. Aunque todavía hay algunos armenios que se siguen autoengañando, pensando que Rusia es un país amigo, la realidad es que los intereses de Armenia y de Rusia no coinciden y la intención final de Rusia es convertir a Armenia en una de sus provincias. Lo irónico de la situación es que Occidente no ayuda a Armenia, considerándolo como aliado de Rusia, cuando Armenia es rehén de Rusia. Por una parte no recibe ningún tipo de apoyo desde Rusia y por otra parte tiene las manos atadas para buscar alternativas. A esto hay que añadir que los agentes prorusos están constantemente desestabilizando el país desde dentro.

Azerbaiyán ha vuelto a atacar recientemente el territorio armenio, esta vez invadiendo las regiones de Syunik y Gegharkunik, pero prácticamente desde la firma de los acuerdos de paz, por los que Artsakh perdía dos tercios de su territorio, no ha dejado de provocar con ofensivas a pequeña escala. ¿Puede estar tanteando Azerbaiyán a la comunidad internacional, para lanzar un ataque a gran escala sobre Armenia?

El dictador de Bakú, al salir impune de sus crímenes, va a intentar arrancar lo máximo de Armenia. Tiene el beneplácito de Putin y las reacciones de la comunidad internacional dejan mucho que desear. A pesar de todo, el territorio soberano e internacionalmente reconocido de la República de Armenia no es lo mismo que el territorio no reconocido de la República de Artsaj. Esta vez Azerbaiyán lo tiene mucho más difícil conseguir sus objetivos y de justificarlos ante el mundo.

Con la Revolución de Terciopelo de 2018, Nikol Pashinyan generó una gran esperanza de cambio en el pueblo, y también una gran desconfianza en el Kremlin, que veía en el nuevo primer ministro un giro hacia Occidente. ¿La tardía respuesta de Rusia en la guerra de Nagorno Karabakh, cuando ya se había perdido Shushi y las tropas azeríes avanzaban hacia Stepanakert, puede ser interpretada como un castigo al gobierno de Pashinyan?

Esa es la interpretación que nos venden desde Moscú. Es evidente que Nikol Pashinyan cometió muchos errores diplomáticos desde el principio. Sin embargo,  el supuesto castigo a Pashinyan simplemente sirvió a Putin de excusa. Desde los principios de los años 2000, cuando Rusia otra vez empezó a enfrentarse a Occidente, empezó el acercamiento con Turquía y Azerbaiyán. Los intereses de Armenia y de Rusia se empezaron a alejar cada vez más. La misma excusa también la usaron cuando el anterior presidente, Serzh Sargsián,  intentó acercarse a Europa. Lo que es un hecho es que Rusia ha estado armando a Azerbaiyán desde mucho antes de que Nikol Pashinyan llegara al poder.

En cuanto al transcurso de la Segunda Guerra de Artsaj, yo estoy convencido que todo estaba ya decidido entre el trío de regímenes autoritarios: Turquía, Rusia y Azerbaiyán. Lo reconocen incluso muchos analistas rusos. Este desenlace era la única manera de que Azerbaiyán consiguiera todos esos territorios y de que Rusia obtuviera el permiso para meter a sus «fuerzas de paz» en Artsaj.  La segunda parte del plan consiste en dar un «corredor» a Azerbaiyán, que lo uniría con Najichevan, que estaría controlado por Rusia. Así Rusia conseguiría el control de Artsaj, de Syunik y luego de toda Armenia. Turquía y Azerbaiyán alcanzarían su sueño panturquista de unir todos los territorios de habla túrquica. También tendrían más cerca su otro sueño: la destrucción total de Armenia.

A muchos de los que hemos seguido la actualidad política armenia en estos últimos años, nos ha sorprendido que, después de la capitulación en Artsakh, después de las grandes manifestaciones y de la ocupación del Parlamento Armenio, y de algunas decisiones impopulares del gobierno, Pashinyan haya revalidado su liderazgo en la últimas elecciones, cuando las encuestas daban un resultado más apretado. ¿Qué balance haces tú de todo este proceso?

A priori es muy sorprendente que alguien que pierde una guerra de esa forma sea reelegido con mayoría absoluta. Yo no conozco ningún otro caso. Pero aquí hay que ver quién era el principal rival de Pashinyan. Ese era Robert Kocharyan. Durante la presidencia de este en Armenia reinaba la cleptocracia. Hubo muchos asesinatos políticos.  Robert Kocharyan fue quien sacó a Artsaj de la mesa de negociaciones, quien primero propuso la idea del «corredor» como posible intercambio territorial con Artsaj y firmó un documento de reconocimiento de la integridad territorial de Azerbaiyán poco después de haber sido «elegido» como presidente. Por otra parte, no ofrecía ninguna salida viable de la situación, sólo más servidumbre a Rusia. Criticaba la firma de la capitulación pero no prometía que lo va a anular. También es sospechosa la fuente de su riqueza personal, que se estima en miles de millones de euros. Los que han tenido dinero, tradicionalmente han podido comprar y a los votantes y los resultados de las encuestas.

La gente de la calle piensa que a Robert Kocharyan le da igual Armenia, que solo quiere volver para salvar su riqueza y de vengarse de Nikol Pashinyan.

En pocas palabras, si hubiera una alternativa real que no supusiera vuelta al pasado, Pashinyan ya estaría fuera.

Tras las tensiones derivadas de la guerra, la crisis económica, los efectos de la pandemia y la incerteza de las relaciones con Rusia, ¿En qué situación se encuentra la sociedad armenia, sobretodo esa juventud que ha tenido que ir al frente, o que ha tenido que abandonar el país, para sumarse a la diáspora?

La situación es muy difícil. Por una parte la gente se siente abandonada y traicionada por el mundo. Por otra parte salen a la luz las cualidades que han permitido a este pueblo sobrevivir a todo tipo de calamidades durante miles de años. Su capacidad de resiliencia, su voluntad inquebrantable, sus ganas de vivir y de prosperar hacen creer que también se superará este reto que pone ante ellos la historia. En este proceso va a tener un papel muy importante la juventud, que no quiere repetir los errores de sus padres y quiere conseguir un progreso real en el país.

Los armenios fueron expulsados de la Armenia Occidental por los otomanos, más tarde de Najichevan, y ahora de gran parte de Nagorno Karabakh, en lo que parece un plan turco para la expulsión definitiva del pueblo armenio de sus tierras o para su exterminio. Algo parecido a lo que sucede con los kurdos, dentro de Turquía han sido perseguidos, sus pueblos arrasados, su cultura silenciada, y desde hace un tiempo también los han atacado fuera de las fronteras turcas, en el norte de Siria. ¿Hay algún lazo que una a los pueblos armenio y kurdo –sabemos de un batallón Armenio que combate en Rojava- o solo están unidos en la desgracia de estar en medio del proyecto panturiano de Erdogan?

No me consta ningún tipo de relación entre kurdos y armenios. La propaganda turco-azerí intenta vender al mundo que miembros del PKK lucharon del lado armenio, lo que es completamente falso, a diferencia de la participación de terroristas sirios del lado de Azerbaiyán.

Desconozco lo del batallón armenio. En todo caso estaría compuesto por armenios que viven en Irak o Siria, sin ningún tipo de relación con la República de Armenia. Lamentablemente, los kurdos han sido usados por los turcos para cometer el genocidio contra los armenios y ahora son también víctimas de los crímenes de estos.

Por último, me gustaría que nos recomendaras, para acercarnos a la rica cultura armenia, un libro, una película y un cantante o grupo musical.

Es difícil recomendar solo uno.

En cuanto a los libros, en «Heridas del viento» Virginia Mendoza indaga en la esencia del pueblo armenio. Cualquier libro de Hovhannes Tumanyan, uno de los escritores armenios más grandes de la historia, es muy recomendable.

«El color de la granada» de Sergei Parajanov es una de las obras maestras del cine armenio. También son muy buenas películas «Mayrig» (Madre) de Henri Verneuil y «La promesa» de Terry George.

Como grupos destacaría a Reincarnation y a Nemra. Buenos cantantes hay muchos.

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