En la Edad de Oro del periodismo basura

No cabe duda que el periodismo basura está viviendo su “Edad de Oro”. No es nuevo, siempre existió, pero nunca tuvo tanto eco en los medios que buscaban ser el “Cuarto poder”, aunque nunca lo fueron.

Por Iñaki Alrui | 3/12/2023

Habrá algunos compas que se enfaden conmigo, sé que será solo un poquito, por hacerme eco de una inmunda nota publicada el jueves 30 de noviembre en un diario InMundo, artículo reproducido después por otros medios de la corte, artículo que ni si quiera citaré para no dar más pábulo a tal inmundicia, quien quiera que lo busque, es fácil. Todo se centra en menoscabar, más aún ¡si se puede!, los derechos del periodista español detenido en Polonia, Pablo González.

El “periodista” escribe toda una serie de burdas acusaciones sin dar ni una sola fuente (fiable), solo vuelve a repetir una fuente supuestamente rusa de la que ya hemos tenido que hablar y desmentir en anteriores ocasiones. En el mismo estilo de lo que está haciendo el gobierno polaco o el ministro Albares, acusar sin decir de qué y por qué, en esta ocasión además el “periodista” le da un tufillo rosa que se salta todos los principios del periodismo.

La acusación de que Pablo González trabaja para los servicios de inteligencia rusos no es nueva, es la que pesa desde el principio por parte del gobierno polaco, y de la que seguimos esperando alguna prueba o acusación firme para poder valorar.

En cualquier caso, para un proceso judicial son irrelevantes todas las basuras que cuenta este “periodista”. Lo que reclama la familia y el grupo de apoyo es que el JUICIO EN LOS TRIBUNALES se celebre lo antes posible. No un “juicio mediático”, que es irrelevante porque lo que opinen los medios —especialmente los medios del estercolero mass-media— no va a ninguna parte. Sino un juicio real en los tribunales polacos.

Obviamente, cuando no se tienen pruebas reales se prefiere que el juicio sea mediático. En cambio Pablo González, su familia y quienes le apoyan lo que reclaman es el juicio real, pues tienen la certeza de que no se podrá presentar nada en su contra.

Esa es la diferencia: reclamar un juicio en los tribunales con luz y taquígrafos, o limitarse a enfangar la opinión pública porque no se tienen pruebas reales.

Volviendo al artículo basura. No se quién es un tal “Serguei Turbin” que nombran como agente ruso y el cual parece ser la nueva inspiración para acusar a Pablo González; el “periodista” nos habla de un grupo de “piratas informáticos” que se colaron en la base de datos de reserva de billetes de avión de la entidad Sirena-Travel y hackearon los datos de la compañía, donde aparecen unos billetes de un viaje que compartieron hace años… ¡Puf! Me pierdo, pero se agradecería que publicara los datos, el medio, el enlace a ese hackeo de los mencionados “piratas”, aunque tampoco anclaría mucho, viendo la forma en que el Inmundo artículo pretende demostrarnos que “Serguei Turbin”, quien no sabemos si existe, es un oficial de inteligencia ruso.

Para demostrar que este señor es un agente de la GRU nos dicen que la dirección postal de “Serguei Turbin” coincide exactamente con la de la Academia Militar del Ministerio de Defensa, pero lo mejor viene ahora: “En esos años se mudó a otra zona donde al menos dos agentes de Inteligencia vivían en casas vecinas”, o sea que sus vecinos también eran espías (advertencia: ¡Vigile a sus vecinos! Usted puede ser culpable). Una vez más no hay fuente de procedencia de los datos, pero en el relato ya nos ha colado a un peligroso agente ruso… como todo lo ruso en la actualidad: peligroso y culpable.

Por fin en la siguiente parte del relato aparecen dos fuentes: Agentsvo y Fundación Boris Nemtsov, recordando que ya publicaron acusaciones contra Pablo González. Bien repitamos lo que ya dijimos sobre estas fuentes y sus publicaciones en Mayo de este año:

“¿Cuál es la fuente del artículo en ruso? Una agencia estadounidense que financia a disidentes rusos, pero que lanza la noticia en ruso para despistar. Se llama Proyect Media y publicaba en Rusia a periodistas opositores a Putin. Desde 2021 cerraron en Rusia, pero siguen actuando desde el exterior. En su apartado Quienes somos detallan sus objetivos: “La agencia escribe noticias sobre lo que están haciendo mal las autoridades rusas”.

¿De qué le acusan en la “noticia”? De espiar a Zhanna Nemtsova y el círculo de disidentes rusos. Ni una sola mención a Polonia ni a la guerra de Ucrania que estaba cubriendo Pablo.

¿En qué fuentes se basa la “noticia”? En una fuente anónima de la Fundación Boris Nemtsov, ese mismo círculo de disidentes supuestamente espiado.

Es decir: no es una noticia de un medio ruso, como se está publicando. Es una agencia estadounidense que dice que unos disidentes rusos afirman que las autoridades polacas tienen pruebas de que Pablo González les estaba espiando a ellos. Fango.

Volvemos a la inMunda nota y de nuevo, al igual que las fangosas notas de mayo, citan los mensajes e informes supuestamente encontrados en los dispositivos de Pablo, en poder de las autoridades polacas. Pero la fuente no es la justicia polaca, sino “alguien” de la Fundación Boris Nemtsov. Aquí debo decir que la familia, las amistades y grupos de apoyo estamos ansiosos por que la justicia polaca formule sus acusaciones, las que sean, para poder organizar la defensa por fin. Vamos para dos años y todo sigue en el aire, sin ninguna base de rigor.

La nota inMunda prosigue con mucha “paja”, dicho con cariño, pero en la misma línea y ya siendo un calco de la misma que publicó en mayo la susodicha agencia Agentsvo.

Algún dato más me atrevo a destacar, digno de premio Pulitzer, como el detalle de que la madre de Pablo González le diera sus apellidos españoles una vez divorciada y situando su residencia en España, “desapareciendo así la ‘pista rusa’ más evidente”, ¡vaya! Sí que viene de lejos el tema si tenemos en cuenta que Pablo tenía diez años entonces, ¿ya andaba ocultando pruebas? Insisto: digno de premio Pulitzer.

Pablo González, a pesar de los ataques es un representante del periodismo independiente que se posiciona frente al periodismo de pesebre que se ejerce en los mass media, como por ejemplo el inMundo. La verdad por delante.

A pesar de este “periodismo basura”, a pesar de todas las acusaciones, no estaría de más un recordatorio hacia el cumplimiento de los derechos humanos del detenido. Pues recordamos a quienes lo obvian que los derechos humanos y las garantías procesales se aplican por igual a todas las personas, sean inocentes o culpables de las acusaciones. Cualquier persona encarcelada, sea en prisión preventiva como es el caso o en prisión firme tras condena, tiene sus derechos en la Europa que se precia de garantista. Sin embargo, en el artículo basura no hay una sola mención a la negación de comunicaciones con la familia (su hijo pequeño, de ocho años, lleva casi dos años sin poder siquiera hablar por teléfono con su padre, con las consecuencias psicológicas asociadas), al aislamiento durante 23 horas en una celda sin luz natural o a la vergonzosa actuación diplomática del estado español que no se ha interesado, a día de hoy, por la situación de la familia o por seguir las recomendaciones del comisario de justicia de la Unión Europea, Didier Reynders, quien recomendó que pasara la prisión preventiva a espera de juicio en su país de origen, y no en un país extranjero, como indica la legislación europea.

Pero lo anterior puede ser mucho pedir para quienes practican el periodismo acusador, con datos tergiversados o directamente inventados, que no aportan pruebas, que practican los dictados ministeriales de corporativismo mafioso… Se trata de culpar y denigrar a la víctima, en este caso Pablo González, cuestionándolo constantemente todo sin ningún sentido: su profesión, sus estudios, su edad, su vida. Se trata de una campaña de difamación constante realizada desde el “poder” para generar una mala imagen en la sociedad (“¡Algo habrá hecho!”) y a la que, como si no tuviéramos bastante con reivindicar los negados derechos, tenemos que andar respondiendo como si fuera necesario defender la presunción de inocencia en esta sociedad.

P.S.: Para quitar el inmundo sabor del periodismo basura, vuelvo a recomendar leer las palabras sinceras y honradas de la esposa de Pablo González en la entrevista que tuve la oportunidad de realizar: Oihana Goiriena “La prórroga es otro golpe más”


Iñaki Alrui es miembro de El Garaje Ediciones y colaborador del Colectivo La Comuna. También es Editor del medio digital LoQueSomos.org.

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