Los comunistas austriacos obtuvieron casi un 20% en las elecciones municipales de Salzburgo. Esto demuestra que un partido de izquierdas que represente de forma creíble los intereses de la población trabajadora puede tener éxito en todas partes.
Por Adam Baltner | 23/03/2024
El domingo 10 de marzo, toda Austria miraba con expectativa a Salzburgo, donde se inauguraba el «super año electoral 2024» con las elecciones municipales y a la alcaldía. A escala nacional, el partido de extrema derecha Partido de la Libertad de Austria (Freiheitliche Partei Österreichs, FPÖ) lidera todas las encuestas casi ininterrumpidamente desde hace año y medio. Muchos esperan un giro significativo a la derecha en 2024 y quizá incluso un canciller del FPÖ. Sin embargo, el partido que más tiene que celebrar tras el primer capítulo del año de las superelecciones claramente no es el FPÖ.
Con el 23,1% de los votos en las elecciones municipales de Salzburgo, el KPÖ Plus —Alianza entre el Partido Comunista de Austria (Kommunistische Partei Österreichs, KPÖ) y los Jóvenes Verdes (Young Greens)— consiguió multiplicar por seis su resultado de 3,7% en 2019. Esto lo convirtió en la segunda fuerza más importante en las elecciones municipales, por delante del conservador Partido Popular Austríaco (Österreichische Volkspartei, ÖVP), que obtuvo un 20,8%; los Verdes liberales de izquierda (12,7%), el FPÖ (10,8%) y varios partidos pequeños. Sólo el Partido Socialdemócrata de Austria (Sozialdemokratische Partei Österreichs, SPÖ) logró superar a los comunistas, con un 25,6%. Sin embargo, esta victoria se ve mermada por el hecho de que los socialdemócratas retrocedieron ligeramente en relación con lo obtenido en 2019.
En Salzburgo el alcalde no es elegido por el consejo municipal sino directamente por los ciudadanos de la ciudad el mismo día de las elecciones al consejo municipal. Y el KPÖ también quedó segundo en las elecciones a la alcaldía: con el 28% de los votos, el diputado comunista Kay-Michael Dankl quedó justo por detrás del socialdemócrata Bernhard Auinger, que logró el 29,4%.
Dado que ninguno de los candidatos superó el 50%, se celebrará una segunda vuelta el 24 de marzo. Es probable que Auinger tenga ventaja en este caso, ya que los votantes del campo conservador están más cerca del SPÖ que del KPÖ. Sin embargo, no hay que subestimar las posibilidades de Dankl, quien goza de una confianza muy alta, y del KPÖ, que ya ha demostrado en varias ocasiones que es capaz de ganar votos de todos los demás partidos y movilizar a los no votantes.
El KPÖ es ya una marca consolidada
Aunque el KPÖ puede alegrarse de su enorme aumento de votos, no es ninguna sorpresa. Al fin y al cabo, el partido experimentó dos auténticos avances en los últimos tres años. En otoño de 2021, a pesar de todas las expectativas, se convirtió en la fuerza más importante en las elecciones municipales de Graz y desde entonces gobierna en coalición con los Verdes y el SPÖ. En Graz, el partido sigue ganando popularidad en este papel, y su alcaldesa Elke Kahr —la única alcaldesa comunista de una gran ciudad europea— fue incluso declarada «mejor alcaldesa del mundo» en 2023.
El segundo avance se produjo en las elecciones estatales de Salzburgo en la primavera de 2023. A diferencia de Graz o la provincia de Estiria, donde al menos era un partido de oposición fuerte gracias a décadas de trabajo de base, el KPÖ solo tenía una figura política en toda la provincia de Salzburgo: un concejal de la ciudad de Salzburgo llamado Kay-Michael Dankl. No fue hasta 2019 cuando el entonces guía de museos de treinta años ganó un escaño en el Ayuntamiento de Salzburgo con el 3,7%. Su enfoque es muy similar al de Estiria: se centra en un puñado de cuestiones que afectan directamente a la vida cotidiana de los trabajadores. Entre ellos figura, sobre todo, la cuestión de la vivienda accesible.
Al mismo tiempo, el KPÖ está en contacto directo con sus votantes en ambas provincias, por ejemplo mediante sesiones periódicas de asesoramiento social. Esto permitió al partido mejorar su voto en las elecciones estatales de Salzburgo de 2023 del 0,4% al 11,7%. En la propia capital, los comunistas llegaron a obtener el 21,5%, quedando solo por detrás del ÖVP.
El KPÖ marca el tono de la campaña
Al igual que en la campaña electoral del año pasado, el KPÖ de Salzburgo volvió a centrarse principalmente en el tema de la vivienda, que ya es su marca política. Para iniciar la campaña, organizó el 27 de enero una protesta contra la inminente demolición de la Südtiroler Siedlung, en el distrito de Liefering, un gran complejo residencial de pisos de alquiler accesible y libre.
Mientras miembros del partido y residentes formaban una cadena humana alrededor de un edificio, Kay-Michael Dankl pronunció un discurso en el que criticó la falta de viviendas accesibles en Salzburgo. Allí planteó que ésta «no es una ley de la naturaleza» sino el resultado de la especulación inmobiliaria, fomentada por las políticas favorables a los inversores de los partidos establecidos.
Ni el partido gobernante ni los demás partidos de la oposición tuvieron nada sustancioso que decir en respuesta a esta acusación. En su lugar, declararon que el KPÖ era «populista» (como si este calificativo tuviera mucho significado para la mayoría de la gente) o intentaron atizar el miedo al espectro del comunismo (como si la gente debiera tener más miedo a esto que al aumento del costo de la vida, por ejemplo).
Sin embargo, siguiendo su receta de éxito de los últimos años, los Rojo Oscuro no se dejaron distraer de la cuestión real. Con un impresionante grado de disciplina en sus mensajes, siguieron centrándose en reivindicaciones como la introducción de un tope de alquileres y la ampliación de las viviendas sin ánimo de lucro. De este modo, dominaron el discurso político. Con la segunda vuelta electoral a la vuelta de la esquina, es probable que esta dinámica continúe durante otras dos semanas.
El KPÖ es una amenaza para la derecha
Es dudoso que los resultados de Salzburgo frenen el ascenso del FPÖ en las elecciones federales. Pero aunque el reciente éxito del KPÖ no pueda frenar por sí solo el avance de la derecha, sí da motivos para la esperanza.
Desde la guerra en Ucrania y la consiguiente explosión del coste de la vida, el FPÖ se ha mantenido en torno al 30% en las encuestas federales. Sin embargo, solo pudo mejorar su resultado en la ciudad de Salzburgo en algo más de un 2% respecto de 2019. Esto se debe a la extraordinaria fuerza del KPÖ, ya que, con la excepción de los comunistas, las cuotas de voto de todos los demás partidos se estancaron o se redujeron.
El éxito del KPÖ en Salzburgo demuestra que el justificado resentimiento de amplios sectores de la población hacia las políticas imperantes no tiene por qué desembocar necesariamente en resentimiento y reacción. De hecho, puede canalizarse en una dirección de solidaridad si los partidos abordan las preocupaciones de la gente y demuestran ser creíbles al hacerlo.
Básicamente, la construcción de esta credibilidad es un proceso a largo plazo: en Graz, el KPÖ no llegó al poder hasta treinta años después de la introducción de su modelo de base. Sin embargo, los recientes avances del partido en la provincia de Salzburgo y en su capital demuestran que el modelo de Graz también puede dar frutos mucho más rápidamente.
El KPÖ de Salzburgo se ha beneficiado sin duda de que sus camaradas de Graz gocen de altos índices de popularidad y atención. Sin embargo, el factor decisivo el domingo 10 fue el decidido equipo en torno a Kay-Michael Dankl, que organizó el trabajo comunitario del partido y llevó a cabo una campaña electoral muy profesional.
Una parte esencial de esta campaña fue la participación de miembros del partido de toda Austria como voluntarios a través de los llamados fines de semana de campaña, en los que ayudaron en mesas informativas, colocaron carteles y distribuyeron folletos por las calles. Si estos voluntarios siguen ahora consecuentemente el planteamiento de sus camaradas de Graz y Salzburgo en sus propias comunidades, el KPÖ ganará aún más posiciones en los próximos años, y así arrebatará el terreno a la derecha.
Este artículo fue publicado originalmente en Jacobinlat y traducido por Pedro Perucca.
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