La manifestación congregó a unas veinte mil personas, afiliadas a unas cincuenta organizaciones. Se estrenó un “Himno del Trabajo”, y se crearon comités con el fin de hacer propaganda entre la clase obrera.
Por Eduardo Montagut
“Queremos arroz y trabajo para todos”
La historia contemporánea de China hasta el triunfo de Mao está marcada por tres hechos: la proclamación de la República en 1911, la guerra civil entre 1927 y 1949, y el enfrentamiento con el Japón. Pues bien, hemos encontrado un estudio del socialista catalán Antonio Fabra i Ribas, que analiza la celebración del primero de mayo en la China de los años veinte hasta justo el año en el que comienza la guerra civil, y que nos parece harto interesante divulgar. Fabra fue uno de los socialistas en España que más conocían el panorama internacional, y, como es sabido, estrechamente vinculado con la OIT.
El artículo, en cuestión, fue publicado en El Socialista en el número correspondiente al primero de mayo de 1927. Fabra consideraba que conocer cómo se había desarrollado el primero de mayo en China era una cuestión importante, habida cuenta de la situación del país, y que preocupaba claramente en el contexto internacional, ya que estaríamos en los prolegómenos del choque frontal entre el Kuomitang y los comunistas. Pero, además, el interés derivaba, precisamente, del creciente papel de los obreros en China.
Al parecer, fue en 1920 cuando comenzaron las manifestaciones del primero de mayo en las grandes ciudades, como Pekín, Cantón y Sanghai. Esas manifestaciones fueron acompañadas de mítines. Al parecer, se adhirieron los estudiantes y hasta las cámaras de comercio. La reivindicación principal se condensaba en la proclama “Queremos arroz y trabajo para todos”, aunque también se reivindicó la jornada de las ocho horas de trabajo, además de la creación de una asociación de todos los trabajadores. Los actos solían terminar con el grito de “abajo el capitalismo”. Estas demandas se recogían en los manifiestos y proclamas que, además, siempre según Fabra, insertaban noticias breves sobre el primero de mayo en los países occidentales, y los fines de la organización obrera.
A partir de ese año siguieron celebrándose las manifestaciones del primero de mayo. La manifestación del año 1924 en Sanghai fue muy destacada. Asistió Adelaide Anderson, una activista británica fundamental en favor de los derechos de los trabajadores, siendo una de las primeras inspectoras de trabajo de la Historia. Precisamente, en esos años estaba en esta ciudad china dedicada a la defensa de los niños trabajadores. Anderson no dejaría de preocuparse por la situación social china, ya que regresaría en 1931, preocupada en Nanking por los trabajadores de las fábricas.
Pero también asistieron a aquel primero de mayo de 1924 en Sanghai, Bunji Suzuqui, presidente de la Federación General del Trabajo del Japón, y uno de los líderes del partido Kuomitang, formación política que, según Fabra, era muy popular en el sur chino.
La manifestación congregó a unas veinte mil personas, afiliadas a unas cincuenta organizaciones. Se estrenó un “Himno del Trabajo”, y se crearon comités con el fin de hacer propaganda entre la clase obrera.
Pero la situación se fue haciendo más complicada porque, como reconoce el propio Fabra, la celebración del año 1926 fue menos importante. Las manifestaciones no fueron tan multitudinarias, y se prohibieron muchas de ellas por las autoridades locales porque ya estaba comenzando a ser importante la agitación política. Fabra terminaba afirmando que no sabría qué pasaría en la celebración del año 1927, aunque confiaba en el triunfo de las reivindicaciones obreras.
Sobre Fabra, además del Diccionario Biográfico del Socialismo Español, podemos consultar: M.T. MARTÍNEZ DE SAS, «Antonio Fabra Ribas, un socialista políticamente incorrecto», en Boletín de la Real Academia de la Historia. – T CCV, C III (2008), pp. 345 a 392.
Se el primero en comentar