Economía de Nobel

 Goldin estudia las causas y llega a la conclusión de que el matrimonio es una de las causas de la desigualdad y que la aparición de la píldora anticonceptiva supuso que las mujeres podían planificar mejor su futuro y fue determinante a la hora de planificar sus opciones educativas y profesionales.

Por Mari Ángeles Castellanos

En 2023 el que se conoce como el Nobel de Economía se ha otorgado a Claudia Goldin

por haber avanzado en nuestra comprensión de los resultados de las mujeres en el mercado laboral.

Desde la organización de los premios apuntan que Claudia Goldin proporcionó el primer relato completo de los ingresos de las mujeres y su participación en el mercado laboral a lo largo de los siglos. Su investigación revela las causas del cambio, así como las principales fuentes de la brecha de género.

Goldin ha demostrado que la mayor parte de esta diferencia de ingresos se da ahora entre hombres y mujeres en la misma ocupación, y que surge en gran medida con el nacimiento del primer hijo.

Comprender el papel de la mujer en el trabajo es importante para la sociedad. Gracias a la innovadora investigación de Claudia Goldin, ahora sabemos mucho más sobre los factores subyacentes y qué barreras habrá que superar en el futuro, ..

afirma Jakob Svensson, presidente del Comité del Premio de Ciencias Económicas.

Sin duda saber lo que ocurre para acabar con las desigualdades es fundamental y para ello el análisis de los datos y de lo que ha ocurrido a lo largo de la historia es imprescindible, por tanto, que se reconozca este esfuerzo, es positivo.

Goldin se convierte en la tercera mujer en recibir este premio, aunque es la primera que lo recibe en solitario.

Respecto a las que le precedieron en este premio la primera fue Elinor Ostrom en 2009 «por su análisis de la gobernanza económica, especialmente los bienes comunes». Ostrom mostraba las reglas que compartían los casos de éxito en la gestión de los bienes comunes que no deja de ser una forma alternativa de organización económica y que cuenta con siglos de existencia y de casos de éxito. En el comunicado que acompañó a la concesión del Nobel se destacaba que Elinor Ostrom desafía la creencia convencional de que la propiedad común está mal administrada y debe ser regulada por las autoridades centrales o privatizada.

La privatización de lo común con la excusa de la ineficiencia de la gestión compartida ha sido un instrumento capitalista basado en falsedades que tienen como objetivo justificar la privatización de aquello que pertenecía a una comunidad, por tanto, más extractivismo capitalista frente a otra forma de gestionar que no tiene su epicentro en el individualismo y sí en alcanzar beneficios individuales y colectivos desde una colaboración comunitaria que se ha demostrado posible y eficiente.

En una economía feminista el bien común frente a la apropiación individual es importante, entre otras cosas porque la construcción del individualismo tal y como señala la profesora Almudena Hernando es una ficción moderna que oculta todo el trabajo invisible e imprescindible de cuidados que realizan las mujeres y toda la parte más relacional que es mantenida también por las mujeres.

Esther Duflo es la segunda mujer que recibió el Nobel de Economía, en su caso en 2019 y fue galardonada por «por su enfoque experimental para aliviar la pobreza global».

Esther Duflo trabaja sobre la idea de aplicar rigor científico a las políticas sociales, haciendo pruebas controladas y aleatorias con políticas sociales para así determinar si funcionan o no.

Aliviar la pobreza es sin duda importante para la economía feminista y hay que señalar que una realidad indiscutible es la feminización de la pobreza que tiene entre sus causas las peores condiciones laborales que sufren las mujeres y aquí es donde los trabajos de la nueva Nobel de Economía tratan de arrojar luz.

Los campos de trabajo de las tres premiadas son importantes para avanzar en una economía más feminista.

Respecto a los trabajos de Claudia Goldin, una de sus primeras observaciones señala que las tasas de empleo de las mujeres a menudo habían sido expresadas incorrectamente en los datos existentes infravalorando su participación en el empleo, otro de los aspectos que desvela en sus estudios es que antes del auge de la industrialización en el siglo XIX,  las  mujeres  tenían  más  probabilidades de participar en la fuerza laboral.

La industrialización supuso encerrar a las mujeres en sus hogares, por un lado porque  tal y como apunta Goldin hizo mucho más difícil poder trabajar desde casa y así compatibilizar empleo y cuidados del hogar, pero también porque la industrialización necesitaba desvincular aún más a los hombres de las tareas de cuidados al tiempo que necesitaba que estos cuidados se prestaran porque sin ellos no habría nadie disponible para trabajar y todas estas tareas recaen de forma exclusiva e invisible en las mujeres.

Goldin demostró que la participación histórica de las mujeres en la fuerza laboral estadounidense tiene forma de U entre el siglo XVIII y el siglo XX y dado que el crecimiento económico fue constante en este espacio temporal Goldin demuestra que no existe una asociación históricamente consistente entre la participación de las mujeres en el mercado laboral y el crecimiento económico.

Esta forma de U no es exclusiva de Estados Unidos y lo que demuestra es que la igualdad no se alcanza simplemente con el crecimiento económico capitalista de los últimos siglos.

Además de estudiar lo que ocurre, Goldin estudia las causas y llega a la conclusión de que el matrimonio es una de las causas de la desigualdad y que la aparición de la píldora anticonceptiva supuso que las mujeres podían planificar mejor su futuro y fue determinante a la hora de planificar sus opciones educativas y profesionales.

Otro de los aspectos analizados por la Premio Nobel es la brecha salarial y demostró que los empleadores tienden a beneficiar a los empleados con carreras largas e ininterrumpidas y aquí entra en juego la paternidad y la maternidad.

En un artículo de 2010 junto a otros autores demuestran que en las etapas iniciales de la vida laboral las diferencias salariales entre hombres y mujeres son pequeñas pero estas aumentan cuando llega el primer hijo, los ingresos caen entre las mujeres y no aumentan al mismo ritmo que lo hacen los de los hombres incluso si tienen la misma educación y formación.

Concluyo con algún dato en este sentido en España, en este caso de empleo, según los datos publicados por el INE la tasa de empleo de los hombres sin hijos es del 85,3% y la de las mujeres el 76,9%, con la llegada del primer hijo sube la tasa de los hombres hasta el 91% y baja la de las mujeres hasta el 72,4%.

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