Pappé nos recuerda que el sionismo no nació en Palestina, sino en las élites políticas e intelectuales de Europa y que fueron los precursores cristianos del sionismo, especialmente en el Reino Unido, quienes sentaron las bases ideológicas para justificar el despojo colonial.
Los socialistas consideraban que el sufragismo, denominado como movimiento femenino burgués, rechazaba la aprobación de una legislación protectora en favor de las obreras.
Las autoridades temieron la popularidad de Liebknecht y le detuvieron y encarcelaron en 1916, a partir de su participación en una manifestación antibélica.