Entrevista a Xavier Rius Sant, periodista especializado en extrema derecha, sobre la crisis interna de Vox.
Por Arnau Lleonart | Vilaweb
El martes, 8 de agosto, el portavoz de Vox en el congreso español, Iván Espinosa de los Monteros, hizo pública una crisis interna en el partido ultra al dejar por sorpresa todos los cargos. Muchos analistas políticos lo han leído como fruto de una lucha ideológica, como una batalla que los ultracatólicos de Vox habían ganado por inclinar el partido hacia sus postulados, y no hacia el ultraliberalismo, tal y como hubiera querido Espinosa de los Monteros. Para ver qué ocurre dentro de Vox, hemos hablado con uno de los catalanes que está más al acecho de lo que se cuece, Xavier Rius Sant, que nos dibuja una situación diferente: no es una lucha de las ideas, es una lucha por el poder. Espinosa de los Monteros se va después de haber sido apartado para no comulgar con el partido piramidal y autoritario que se ha conformado en estos últimos tiempos.
¿Qué debemos interpretar de la salida de Espinosa de los Monteros?
Su salida estaba cantada después de los cambios que ha habido este último año. Hace dos meses, Espinosa de los Monteros se encontró como diputados del sector llamado liberal económico, como Rubén Manso y Víctor Sancho del Real, que le eran leales, eran apartados de las listas. Además, le sacaron del Comité de Acción Política. Vox no funciona como un partido normal, es una estructura piramidal y lo es cada vez más.
¿ Cómo se estructura?
Vox tiene el Comité Ejecutivo, pero se creó el Comité de Acción Política, que se reunía todos los lunes. Era formado por el presidente, Abascal; el secretario general, Ortega Smith; el portavoz en el congreso, Espinosa de los Monteros; un representante de Comunicación, que era Kiko Méndez-Monasterio, que es quien de joven agredió a Pablo Iglesias en la universidad por una pancarta de Pinochet; el director general de Política Municipal y Parlamentaria, y el de Política de Gobierno, que desde que Vox entra en el gobierno de Castilla y León decía qué hacer. Cuando Vox no logra entrar en el gobierno de Andalucía, ambas direcciones generales las asume Jorge Buxadé. Hace dos meses, existe un cambio y el Comité de Acción Política pasan a conformarlo el presidente, el secretario general, y aquellos que ellos deciden. Aquí ya han sacado a la Ortega Smith de secretario general, lo es Ignacio Garriga. Y Buxadé sabemos que está, porque es el portavoz que hace las ruedas de prensa los lunes. Funcionan como una secta. Además, existen más tensiones internas.
¿ Cuáles?
Vox no tiene estructuras autonómicas. No hay presidente de Vox de Andalucía ni de Cataluña, se ahorran gastos y varones territoriales. El dinero de los parlamentos autonómicos y de los ayuntamientos debía ingresarse en una cuenta de Ortega Smith en Madrid. Con ese dinero se nombraban a los comisarios políticos, que decían a los cargos electos qué debían votar. Era una forma de funcionar que hizo que casi la mitad de concejales se fueran de Vox el pasado mandato. Macarena Olona lo criticó cuando se marchó. Y hay más cambios: se suprimen las primarias para nombrar a los candidatos. Los candidatos se nombran desde Madrid. Todos ellos, también los de las municipales. Una secta.
¿ Todo el poder se concentra en Abascal?
En la asamblea de Vox de 2020 se aprobaron unos nuevos estatutos, por los que el presidente y la ejecutiva de Vox deben presentarse con unos avales que deben reunir en diez días. Dado que los militantes no tienen el censo de afiliados, es imposible conseguirlos. Entonces, se dice que si sólo existe una candidatura, será proclamada sin votar. Además, existe otra cosa, que es la Fundación Disenso. Se traspasan cinco millones de los parlamentos autonómicos. Los estatutos de la fundación no dicen que el presidente de Vox será el presidente de Disenso, sino que el presidente vitalicio será Santiago Abascal Conde.
¿ Vitalicio?
No dice que, como la fundación es de Vox, su presidente honorífico será el presidente de Vox en ese momento; dice que el presidente vitalicio es Santiago Abascal Conde.
Según me explica, en Vox hay más una lucha de poder que ideológica, como han dicho los diarios de Madrid.
No puede decirse que haya ganado el sector falangista y han perdido los ultraliberales, porque, de hecho, Ortega Smith era falangista. Sino que el sector de Buxadé se ha apoderado del partido, porque a Ortega Smith se le han cargado.
¿ Por qué se le cargan?
Ortega Smith y Rocío Monasterio se han convertido en irrelevantes. En las últimas elecciones autonómicas, Monasterio bajó a diez diputados y Ayuso tuvo mayoría absoluta. Y Ortega Smith, también, con Almeida con mayoría absoluta en el Ayuntamiento de Madrid. Les han apartado el sector de Buxadé y Garriga, el sector más franquista y anticatalán, que es el que les hace mayores. A diferencia de Le Pen y Meloni, cuyos enemigos son principales agentes de fuera –los inmigrantes y Bruselas–, Vox los tiene en casa: los independentistas. Buxadé y Garriga son los que lideran el partido, mientras que Abascal hace esto de no meterse en política que Franco decía a sus ministros.
Pero , con Cataluña, Espinosa de los Monteros no es una voz discrepante.
Pero funcionan como una secta. Buxadé hizo un libro llamado Soberanía en el que dice que el sistema autonómico y de partidos y una sociedad irreligiosa han desarraigado al hombre español de las instituciones que le son propias. Si rechazas el estado autonómico y de partidos, reivindicas la democracia orgánica de Franco. Reivindica la participación a través del municipio, familia y sindicato, y una sociedad religiosa. Considera que el hombre que no es religioso tiene una infelicidad existencial y quiere consumirlo para ser más feliz. Garriga siempre dice que durante estos cuarenta y cinco años, los progresos han tomado la libertad de los españoles. Son dos personas que hacen una reivindicación del franquismo y, además, son del Opus.
¿Qué es lo que hace que rechacen Espinosa de los Monteros?
Cuando Olona pliega, hace un año, la única muestra de empatía con ella es de Espinosa. Aquí ya decidieron que sería el siguiente en caer. El martes, a las nueve de la mañana, lo único que le hizo un mensaje de apoyo fue Ortega Smith, Abascal y Buxadé lo hicieron juntos al mediodía. Y si miras el pitido de Ortega Smith, remarca que lamenta las razones que han causado su dimisión. Es decir, le han hecho la vida imposible. Funcionan como una secta, y Espinosa no compartía esa deriva autoritaria. Era un ultraliberal conservador, podría ser un político del Partido Republicano de Estados Unidos o del Partido Conservador británico. Pero no compartía lo que hace Vox en el ámbito interno y que quiere aplicar a la sociedad: suprimir primarias, el líder no se vota, el Comité de Acción Política lo forma quien decimos nosotros y no damos explicaciones… No es una discusión de falangistas que quieren dar subsidios contra ultraliberales que quieren bajar impuestos, sino por cómo funciona Vox.
Como ha plegado después de haberse descartado Vox para entrar en el gobierno español , se ha dicho que ha dado el paso cuando ha visto que no podía ser ministro. ¿Es así?
Es posible. Si Vox hubiera entrado en el gobierno, habría tenido un sitio. En vez de hacer autocrítica por los malos resultados, en vez de pensar si lo que dijo Abascal que harían crecer el conflicto con Catalunya les había dado votos o los había tomado, han apartado a la gente que los criticaba. También hay algo: Iván Espinosa de los Monteros, hijo de un mayor de España ex-presidente de Iberia, no necesita la política para vivir. Ahora dice tener dos ofertas empresariales muy importantes.
La campaña electoral del 23-J estuvo muy marcada por Vox, que tuvo un perfil duro, por ejemplo con la pancarta en Madrid que lanzaba a la basura la bandera LGBTI, el feminismo, una estelada, la bandera comunista y el logotipo de los objetivos de la Agenda 2030 de Naciones Unidas. ¿Quién impuso ese perfil tan agresivo y por qué?
Buxadé y Garriga, que se creían elegidos para salvar a España, marcan esta línea tan dura. Una línea con la idea de derogar, encarcelar y suprimir. En cambio, Espinosa de los Monteros agradeció la relación cordial y de respeto que ha tenido siempre con Meritxell Batet. Buxadé y Garriga se creen elegidos para salvar a España del desastre.
¿Le interesa más la batalla cultural que hacer un discurso electoral posibilista?
El resumen es que Vox es un caos, y te pongo un ejemplo. El candidato de Vox en Aínsa, un pueblo de Aragón, fue suspendido de militancia durante seis meses por criticar este descontrol. Pero, aun así, le ponen en la lista electoral porque en Madrid no sabían que estaba suspendido. La moción de censura de Tamames la deciden Fernando Sánchez Dragó, Kiko Méndez-Monasterio, Abascal y no sé quién más. Querían un De Gaulle que salvara a España. Muchos no lo veían claro, pero como el Comité Ejecutivo se reúne cada dos meses, lo decide todo el Comité de Acción Política, y no puedes contradecirlo… La gente como Espinosa de los Monteros quiere un partido que mejor funcione y que deje de buscar enemigos interiores.
¿ Puede Vox desaparecer como Ciudadanos?
Creo que no, aunque creo que puede bajar muchos votos. España era una excepción cuando era un país europeo sin ultraderecha. Hay que ser conscientes de que Ciutadans era el liberalismo, que existe en muchos lugares y es legítimo, pero en España ya está dentro del PP o Convergència. Además, el partido era sobre todo monotemático con Cataluña. Pero, en esto, el electorado debía elegir entre votar a Arrimadas u Ortega Smith. Y elegían el segundo, que es quien llevó a los líderes independentistas a la cárcel. Ciudadanos murió de éxito. Tuvo opciones de ser clave en las investiduras y no supo jugar bien sus cartas. Querían hacer el sorpasso en el PP.
¿Qué cree qué puede ocurrir si hay una repetición de las elecciones?
Depende, si hay repeticiones de elecciones porque Pedro Sánchez dice que pudo ceder a las peticiones de Junts, pero no ha querido, creo que puede favorecerle. También creo que si hay repetición de elecciones, Vox descenderá en votos. Habrá mucho voto útil en el PP. Hay que contar que Vox tenía 3.800.000 votos hace tres años y medio, y ha bajado a 3.000.000. Perdió una sexta parte de los votos, pero, en realidad, perdió más de la tercera parte de los diputados porque en muchas provincias de 5 o 6 diputados, le faltaron 10.000 votos para tener representación. Esto puede favorecer al PP y que Vox aún se hunda más. También habrá que ver si en una posible repetición de elecciones, el PP asume el discurso de Vox. Y si lo hace con Ayuso de candidata. Esto aún les perjudicaría más.
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