Volney Conde-Pelayo y el marxismo en España

Conde-Pelayo nos explicaba que después de la Revolución de 1848 en París llegaron a Barcelona algunos ejemplares del Manifiesto Comunista, pero no estaban en castellano. Las teorías marxistas comenzaron a propagarse en España a través de algunos periódicos después de la fundación de la AIT en Londres en 1864.

Por Eduardo Montagut

Volney Conde-Pelayo publicó en 1931 el libro, Artículos marxistas: vida y teorías de Marx. Volney Conde-Pelayo Urraza (1889-1972) fue hijo del conocido como médico de los pobres de Portugalete. Ganó la plaza de bibliotecario de la Biblioteca Municipal de Bilbao, en cuya Agrupación Socialista ingresaría. En la guerra tuvo responsabilidades en relación con los Archivos, Bibliotecas y Bellas Artes en Euskadi, siendo perseguido y encerrado en distintos campos de concentración al terminar la guerra. Conde-Pelayo contribuyó con artículos en El Socialista. Pues bien, es nuestro aportar algunas cuestiones sobre la contribución de este bibliotecario socialista vasco a la difusión del marxismo en España. Conde-Pelayo siempre escribió artículos largos y sesudos sobre lo que le interesaba, y sobre su libro hizo lo propio en noviembre de 1929 en las páginas de El Socialista. No nos hemos podido sustraer a sus escritos, y en esta primera entrega vamos a publicar su aportación a la historia de la difusión de las obras de Marx en España hasta fines de los años veinte, con el fin de contribuir al conocimiento de esta materia para los interesados, a pesar de que es un tema que ya se ha tratado por la historiografía, como hemos resumido al final del artículo.

Conde-Pelayo nos explicaba que después de la Revolución de 1848 en París llegaron a Barcelona algunos ejemplares del Manifiesto Comunista, pero no estaban en castellano. Las teorías marxistas comenzaron a propagarse en España a través de algunos periódicos después de la fundación de la AIT en Londres en 1864. Uno de los primeros en propagar al marxismo en España habría sido José Mesa Leompart, al que Volney calificó de “obrero verdaderamente culto”. Por nuestra parte, debemos recordar que Mesa comenzó en el republicanismo, pero su experiencia de la Comuna le hizo acercarse al marxismo, del que, efectivamente, fue pionero de su introducción en España. Nuestro autor refiere, por su parte, que Mesa conoció y fue amigo de Marx y de Engels. Publicó una biografía de Marx para la traducción que publicó en 1891 de la Miseria de la Filosofía. Pero, además, Mesa tradujo al castellano, El 18 Brumario de Luis BonaparteEl señor VogtLa guerra civil en Francia, y el Manifiesto Comunista.

Otro de los difusores del marxismo en España habría sido Juan José Morato, el “verdadero historiador de las clases jornaleras”. Volney recordaba sus obras sobre la Historia del Arte de Imprimir, las Notas para la Historia de los modos de producción, y El Partido Socialista: génesis, doctrina, hombres, organización, desarrollo, acción y estado actual. En esa misma línea de autores que, sin traducir o divulgar las obras del marxismo, sí hablaban del mismo en sus obras, estaría Francisco Mora, con su Historia del Socialismo Obrero Español, y Matías Gómez Latorre, Del tiempo viejo.

Fuera de España había que citar al doctor y figura fundamental del socialismo argentino, Juan B. Justo, que en 1898 tradujo El Capital, aunque por cuestiones cronológicas sería obligado citar antes la traducción de Pablo Correa en 1886 del extracto que de esta obra había publicado el socialista francés Gabriel Deville dos años antes. Por otro lado, los Estudios Socialistas de este personaje se tradujeron al castellano a fines del siglo XIX y, al parecer, se difundieron mucho.

Rafael García Ormaechea tradujo al castellano a comienzos del siglo XX la edición francesa del Manifiesto Comunista. Esa edición había sido publicada por Andler, profesor en la Sorbona. En el año 1903, A. Ramírez Tomé tradujo del inglés, Revolución y Contrarrevolución en Alemania en 1848 de Marx. Posteriormente, Pablo Iglesias y Juan A. Meliá tradujeron el libro de Kautksy, La doctrina socialista. Conde-Pelayo recordaba que en esta obra del socialdemócrata alemán se defendía al marxismo de sus detractores. Por su parte, E. Díez-Retg tradujo al español el estudio de Marx titulado Precios, salarios y ganancias, y con Jacinto Barriel la Crítica de la Economía Política, también de Marx. Al parecer, hasta el momento la obra más extensa escrita por un autor español acera del marxismo era la de Pedro Pérez Díaz, publicada en el año 1910 con el título de El Socialismo. Fundamentos del sistema marxista. Trabajo y valor. Verdes Montenegro había traducido el Anti-Düring de Engels, y Eusebio Heras había hecho lo propio con el Origen de la Familia de Engels también. El socialista catalán Comaposada había realizado una traducción de la controversia entre Jaurès y Lafargue acerca del concepto de la Historia. Por fin, había que citar el folleto, “¿Qué es el socialismo?” de Fernando Lozano. Para Conde-Pelayo todas estas obras habían contribuido a dar a conocer el marxismo en España. Pero también había una labor periodística a través de las revistas de Madrid, Revista Socialista, Vida Socialista y Acción Socialista, aunque ya desaparecidas cuando publicó su extenso artículo. Pero había aportado artículos “doctrinales” de marxistas españoles y extranjeros habían reproducido textos de Marx. Y, por fin, había que citar la publicación del Discurso sobre el libre cambio en El Socialista en el año 1927.

Una vez que Conde-Pelayo expuso en la columna de El Socialista (era el prólogo de su libro, realmente) la bibliografía sobre el marxismo en España, se pasó a explicar algunas cuestiones relativas a lo que había pretendido con su libro Artículos marxistas: vida y teorías de Marx.

 Reconocía que un libro, por muy extenso que fuera, no podía ofrecer en sus páginas nada más que una pequeña parte de las ideas contenidas en las obras de un pensador. Por eso el libro se concretaba a exponer las principales teorías marxistas. El libro no era rico en documentación biográfica y crítica, era tan solo una recopilación de artículos publicados en prensa española y extranjera, siendo una recopilación incompleta de lo que Volney había publicado. Al parecer, no le había sido posible recoger todo lo que había publicado de Marx en periódicos y revistas, además de que algunos de sus escritos estaban sin traducir al español y se encontraban desperdigados en la prensa extranjera.

Volney afirmaba que al realizar la exposición de las teorías marxistas había procurado emplear la propia terminología de Marx, ampliando algunas veces su sentido con ejemplos no citados por el propio Marx con el fin de hacer más comprensible su pensamiento. Creía que todavía había puntos del marxismo que no habían sido divulgados ni tan siquiera por marxistas extranjeros. Esos puntos, nos avisaba, estarían tratados en varios de sus artículos.

Pero también había un segundo objetivo con la publicación, la de refutar los ataques de los adversarios de Marx, ya que, en muchos casos habían desfigurado las afirmaciones del pensador.

La importancia de Marx como hombre de acción y como teórico podría comprenderse leyendo las numerosas biografías que se habían realizado en casi todos los países europeos y americanos, pero suponía, en su opinión, una tarea ímproba. En este sentido, hizo un repaso exhaustivo sobre dichas biografías entre fines del siglo XIX y la época en la que escribía, un poco como prueba de lo que afirmaba, demostrando, una vez más, un complemento conocimiento bibliográfico.

Afirmaba, además, que no todos los biógrafos de Marx eran marxistas. Muchos negaban sus teorías, pero también era cierto que muy pocos no reconocían que era un gran investigador y un profundo pensador y filósofo, llegando a ser considerado por algunos como un economista superior a Adam Smith y David Ricardo. Volney reconocía que la lectura de las obras de Marx había sido una fuente de conocimientos completamente nueva, y que había hallado motivos suficientes para ser marxista.

El autor del libro confesaba que su obra no había sido resultado de un plan concebido de antemano, sino que había imperado el deseo de agrupar en un tomo artículos periodísticos en que estaban explicadas y defendidas las ideas de Marx. Había considerado la necesidad de una obra de ese género en España, cuando el marxismo tenía entre los profesores, y las clases media y alta verdaderos enemigos, aunque algunos lleguen a denominarse “socialistas evolucionistas”. Es más, muchos trabajadores, opinaba, defendían teorías de lucha que eran marxistas, aunque ellos mismos lo ignorasen. Así pues, este libro estaba hecho para los trabajadores especialmente. Le importaban muy poco las otras clases. Quería que los oprimidos supieran aprovechar en su propia defensa las enseñanzas de Marx, “tan abundantes en doctrina, tan ricas en hechos”.

Fuente y Bibliografía El Socialista, nº 6476 de 10 de noviembre de 1929.

Gasch,E. (1983): Marx a Espanya. Un estudi sobre la difusió de l’obra de Marx, 1869-1939, Barcelona, Universitat Autónoma.

Elorza, A. (1984): “El marxismo y el movimiento obrero español: ensayo de valoración”, en VV. AA., El marxismo en España, Madrid, FIM, pp. 143-166.

Ribas, P. (1984): “Alcance y límites de la difusión de las obras de Marx y Engels en España”, en VV. AA., El marxismo en España, Madrid, FIM, pp. 131-141.

Ribas, P. (1990): Aproximación a la historia del marxismo español (1869-1939), Madrid, Endymion.

Castillo, S., ed. (1998): Construyendo El Futuro. Correspondencia política (1870-1895), Madrid, Trotta.

Fernández Buey, Francisco (2015), Marxismo en España, red, Biblioteca Virtual Omegalfa.

Paradela López, David (19 de agosto de 2011). «»Un mundo que ganar»: la traducción del Manifiesto Comunista (y 2)». El Trujamán. Revista diaria de traducción.

Guerrero Jiménez, Diego, “150 años de “El Capital” de Marx: análisis de su difusión en España (1867-2017), con algunas consideraciones sobre su recepción”, en Política y Sociedad (UCM), (2018), páginas 873 y ss.

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