El bloque liberal que apoya al gobierno, encabezado por la Coalición Cívica del primer ministro, ha tenido unos resultados que llegan al 52% de los votos en estos comicios, frente al 34% del PiS, el partido ultraconservador que lidera el ex-primer ministro Jarosław Kaczyński.
Por Angelo Nero | 11/04/2024
Este domingo pasado, 7 de abril, se celebraron elecciones locales y provinciales en Polonia, unos comicios que servían para medir la temperatura política del país, después del vuelco en las elecciones generales de octubre de 2023, en el que se confirmó el fuerte desgaste del gobernante Ley y Justicia (Prawo i Sprawiedliwość,PiS), que perdió 41 diputados, aún siendo la fuerza más votada del parlamento, y el ascenso meteórico de la oposición de la Coalición Cívica (Koalicja Obywatelska,KO), que ganaron 23 escaños (157 frente a 194 del PiS), que logró sumar los apoyos de Lewica (La Izquierda) y Trzegia Droga (Tercera Vía) para nombrar primer ministro al liberal Donald Tusk, el líder de KO. Estas elecciones eran, además de una prueba para el gobierno de Tusk, que todavía no lleva ni seis meses en el poder, de calibrar el efecto de sus iniciativas al frente del país, también como la antesala de las elecciones europeas de junio, donde se teme que las fuerzas de derecha autoritaria, como el PiS, y de la ultraderecha, puedan tener un protagonismo importante.
El bloque liberal que apoya al gobierno, encabezado por la Coalición Cívica del primer ministro, ha tenido unos resultados que llegan al 52% de los votos en estos comicios, frente al 34% del PiS, el partido ultraconservador que lidera el ex-primer ministro Jarosław Kaczyński.
En la capital, Varsovia, Rafal Trzaskowski, de la Coalición Cívica, ha logrado su reelección en la primera vuelta, con un 57,4% de los votos, frente al candidato del PiS, Tobiasz Bocheński, que consiguió un 23%, y a la lista de Lewica, encabezada por Magdalena Biejat (que, como curiosidad, estudió en Granada y es traductora de español), que obtuvo un crecimiento notable, con un 13%.
En Lodz, la tercera ciudad más poblada de Polonia, tampoco fue necesaria una segunda vuelta, y Hanna Zdanowska, alcaldesa desde 2010, consiguió un nuevo mandato popular, en la lista de la Coalición Cívica apoyada por Lewica, con el 59,3% de los votos, mientras que la conservadora Agnieszka Wojciechowska, del PiS, se quedó en el 22,6% de los apoyos populares.
En Cracovia, la segunda ciudad en importancia del país, si habrá segunda vuelta, el 21 de abril, entre el candidato de la gubernamental Coalición Cívica, Aleksander Miszalski, apoyado por los socialdemócratas de Nowa Lewica, que consiguió un 37,2% de los sufragios, y Lukasz Gibala, el líder de la lista izquierdista apoyada por Lewica Razem -el Podemos polaco-, que logró un 26,8%, mientras que los ultraconservadores del PiS se quedaban en un exiguo 19,8%.
También habrá segunda vuelta en Breslavia, donde a la cabeza se ha situado el candidato de Lewica, Jacek Sutryk, con un 34% de los votos, bien es cierto que gracias al apoyo de la Coalición Cívica, mientras que su rival más próxima, y por lo tanto con la que competirá por la alcaldía de la ciudad, fue Izabela Bodnar, de Trzecia Droga, con un 29,8%, a la vez que los seguidores de Kaczyński han quedado fuera de la liza, al no lograr más que el 19%.
En las elecciones provinciales, la derecha autoritaria del PiS logra una victoria pírrica, con el 34,3%, frente al 30,6 de la Coalición Cívica de Tusk y de sus aliados, el centroderecha de Trzecia Droga sube hasta el 14,3% y la izquierda, Lewica, baja dos puntos, hasta el 6,3%, mientras que sube con fuerza la ultraderecha polaca de Konfederacja Wolność i Niepodległość, liderada por Janusz Korwin-Mikke, que pasa del 2,9% al 7,2%. La coalición que apoya al gobierno, formado por KO, Lewica y Trzecia Droga, se hacen con 10 de las 16 asambleas provinciales, recortando todavía más los espacios de poder del PiS, que gobernó durante una década el país.
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