El hecho de que salga mi militancia, mi pasado, me ha permitido explicar que ha habido varias generaciones en el País Vasco que lucharon contra la dictadura, y también en la transición, para conseguir ciertas libertades
Por Angelo Nero
El 17 de abril su nombre es portada de todos los medios de (des)información masivos, repitiendo una consigna que parecía haber salido del ministerio de información de Manuel Fraga, cuando todavía dirigía este país la momia de Mingorrubio… El Confidencial: “Detenido el productor de cine y ex aterra ‘Txepe’ Lara por enfrentarse a la policía en Lavapiés”; El País: “Detenido un productor y ex etarra de 75 años en Lavapiés acusado de quitarle la porra a un policía”; El Mundo: “Detenido en Lavapiés el antiguo miembro de ETA Jose María Larra ‘Txepe’ tras arrebatar la defensa a un policía: Te la voy a meter”; Europa Press: “Detenido en Lavapiés el productor de cine y antiguo miembro de ETA Txepe Lara tras quitar la porra a un agente”; El Español: “Detenido en Madrid el productor de cine y ex miembro de ETA José María «Txepe» Lara”. No había que leer nada más que este titular casi uniforme, para saber que Txepe Lara estaba ya condenado por los medios por su antigua militancia política.
Al poco tiempo varias personas me mandaron el vídeo sobre su detención, y las portadas de los diarios del régimen, que me habían parecido escandalosas, me parecieron indecentes. Así que me puse en contacto con los compañeros de La Comuna de presxs y represaliadxs por la dictadura franquista, a la que había pertenecido Txepe, que al día siguiente pusieron una nota en su página web: “Nuestro compañero Txepe Lara, agredido por la policía en Madrid por defender los derechos humanos”. No tardaron en darme su contacto. Txepe tampoco tardó en contestarme, pese a la presión que esa semana estaban ejerciendo los medios. Quedamos en hablar cuando pasara un poco el revuelo, para hablar no solo de este incidente, si no de cine, de medios de comunicación y de militancia.
Hola Txepe, lo primero que me gustaría preguntarte es, ¿como estás después de lo que, por lo que se ve en las imágenes, es un nuevo episodio de violencia policial, y, como valoras el tratamiento que ha tenido en los medios de comunicación?
Ya han pasado varias semanas. Yo estoy bien. En este tiempo pasas a no ser noticia, la gente se olvida, y como no miro las redes sociales, no estoy tampoco muy al día de lo que han podido decir. He dado seis o siete entrevistas a medios, y he intentado enterarme de como han sido las notas de prensa del ayuntamiento y de la policía. Como ha salido a relucir mi pasado político, que no me importa en absoluto, eso siempre lo he dicho, quería saber si alguien lo sacó, y los demás lo han copiado, o ha sido algo orquestado.
Yo vi a una persona que parecía que estaba mal, mientras era retenida, vi a alguien a quien le pegaban una hostia por la espalda, cuando se estaba retirando, y le increpé a la policía. Luego intenté que no me pegara con la porra. Eso pasó en quince segundos, como se ve en las imágenes, que hablan por si solas.
El hecho de que salga mi militancia, mi pasado, me ha permitido explicar que ha habido varias generaciones en el País Vasco que lucharon contra la dictadura, y también en la transición, para conseguir ciertas libertades. También señalar que hubo muchas ETA, con organizaciones, direcciones y objetivos muy distintos.
Te trataron de relacionar con una mesa informativa de Podemos, instalada cerca de donde sufriste la agresión policial, cuando en realidad estabas en un acto informativo sobre la lucha de las pensiones en Francia, en la que intervenía Nines Maestro. En cualquier caso, tenías todos los boletos para que la máquina del fango fabricase su propia versión de los hechos.
Esto no se como salió. Yo iba a un acto, como dices, informativo sobre las movilizaciones en Francia, a raíz del tema de las pensiones. Fui a las siete y media al Teatro Valle Inclán, donde iba a ser el acto, y todavía no había nadie, así que fui a la Plaza de Lavapiés, a unos 150 metros, donde había una mesa de Podemos, y estuve unos minutos hablando con ellos. No había más que cinco militantes de la organización, y hablamos de la unidad de la izquierda y de las pensiones, les informé del acto, por si querían pasarse. Ni había venido de Pamplona a un acto de Podemos, ni nada de lo que han dicho algunos medios.
Cuando me detiene la policía municipal, me lleva la policía nacional, y empiezan los trámites para entrar en el calabozo, pero como estaba ocupado nos llevaron a otras dependencias, bajo la jurisdicción de la policía municipal, que fue la que quedó vigilándonos, a mí y a los dos jóvenes magrebís que tuvieran el problema a la hora de identificarse. Estábamos en una sala abierta, entraban y salían policías, y nosotros hablamos de lo que había sucedido, quizás uno de ellos escuchó lo de la mesa de Podemos, porque lo sacaron desde un principio en los medios.
Por otra parte poco interés hubo por saber la suerte que corrieron los migrantes que fueron detenidos…
Yo en alguna entrevista ya señalé que me hubiera gustado saber, porque luego nos metieron en celdas separadas, ya no sabes nada de lo que ha pasado con ellos. El hecho de haber tanta repercusión de como la policía ha detenido a una persona, podría pensar que es un poco para llamar la atención de lo mal que hace las cosas la policía, porque los medios de comunicación no lo pueden decir. Pero si estas mostrando esas imágenes no es para decir lo bien que trabaja la policía, sino todo lo contrario.
Otra cosa es si esa persona ha sido militante de una determinada organización o no. Tampoco leí demasiado sobre esto. Leí el artículo de El País, porque después de publicarlo, basada en la nota de prensa de algún organismo, con la versión oficial, me llamaron, para decirme, mira la indecencia que han publicado. Esa misma tarde me llama una periodista de El País, preguntándome si quería dar mi versión, y les puse a caldo, no a ella, si no al periódico, porque me parecía muy mal que El País hubiera hecho esto, y la mujer, después de aguantar el chaparrón, escuchó mi versión. En El País publicaron finalmente también mi punto de vista, y es el único reportaje que he leído.
En 2019 recibiste el Premio Zinemira por tu trayectoria cinematográfica en el Festival de San Sebastián, que te reconoció como “una figura clave de la cinematografía vasca de las tres últimas décadas”, con más de 30 películas a tus espaldas. ¿El mundo del cine tiene memoria? ¿Has recibido muchas muestras de solidaridad tras tu detención?
He recibido algunas muestras de solidaridad, muchas no sé, algunas, también llamadas de mis amigos, se que había gente que quería hacer algo, porque tengo muchas amistades, y que no se ha hecho porque no es tan relevante. Lo que si es relevante es como la policía maltrata a un ciudadano, y la poca repulsa que genera esto en la sociedad, ante hechos como estos y algunos más graves, que no hace nada.
Cuatro días más tarde, la Asociación de Manteros de Lavapiés, junto con SOS Racismo, convocaron una manifestación en Lavapiés, y fue una convocatoria que tuvo mucho recorrido, yo mismo ayudé a difundirla, se la envié a mis conocidos. Y en la concentración había 130 personas. Ese día solo pasó por allí un coche de la policía nacional, y hubo un facha que estuvo incordiando, y se tuvo que marchar ante la respuesta que recibió de la gente.
Ha pasado eso en tu barrio, y estás molesto por la continua actitud de la policía a la hora de detener a la gente, y solo van 130 personas. Es el reflejo de la pocas ganas de protestar, de defender tus derechos, que tiene hoy en día la sociedad española.
Has producido, entre otras películas, “Alsasua, 1936”, de Helena Taberna, “Justino, un asesino de la tercera edad”, de La Cuadrilla, las primeras películas de Daniel Calparsoro, o “Aupa Etxebeste!”. ¿Le guardas un especial cariño a alguna de ellas?
No. Todas tienen su importancia, yo cuando he podido hacer una película la hice, ahora lo tengo más difícil, la situación ha cambiado por completo. Me puede interesar más el documental, como “Los caminos de la memoria”, o “El cielo gira”, aunque luego también hay relaciones personales entre la gente que trabaja ahi que molesta un poco el recuerdo. También una película funciona o no en base a determinados criterios, que igual tu poco puedes aportar, a no ser que tengas mucho dinero, y te gastes mucho en la distribución. Yo no he podido hacer eso, y he dejado que las películas se defiendan ellas solas. De todas las películas aprendes. Quizás a “Los años oscuros” le tenga un recuerdo especial, porque fue la primera que yo produje solo, porque anteriormente había participado en la coproducción de una película que hicimos entre los técnicos vascos que fue “El anónimo… ¡vaya papelón!”, que dirigió Alfonso Arandia. Salió de aquella asociación de técnicos que creamos en 1987, que empezó a defender que el dinero que daba el gobierno vasco sirviera para que la gente trabajara de una forma continuada en los rodajes.
Leí que cuando recogiste ese premio declaraste que la organización en la que militaste, ETA (pm), había invertido en “La fuga de Segovia”, de Imanol Uribe. La historia que rodea a esta película también podría servir para un buen guión, ¿no es cierto?
En principio, el gobierno vasco empieza a financiar el cine a raíz de la producción de “La fuga de Segovia” que produjo Ángel Amigo, con parte del dinero que aportó ETA (pm). Para conseguir financiación se consiguió convencer a señor Labayen, del gobierno vasco para que pusiera también dinero, 15 o 20 millones de pesetas. En aquel momento había gente que había hecho algún documental, alguna película, pero a raíz de que Ángel Amigo produce “La fuga de Segovia”, con esos apoyos, el gobierno vasco crea una línea de subvenciones para el cine vasco, a partir del 82. Con eso se empezaron a rodar cuatro películas al año.
Entonces también empieza a producir Inmanol Uribe, con una productora que monta con el director de fotografía Javier Aguirresarobe, de donde sale “La muerte de Mikel”. Y poco a poco se va creando una industria propia. Se van haciendo muchos cortos también. También hay una persona muy importante dentro del mundo vasco, aunque hizo su carrera en Madrid, y fue uno de los productores más importantes que tuvo el estado español que es Elías Querejeta, que produjo a directores vascos que estaban en Madrid como Víctor Erice. Los directores como Julio Medem o Alex de la Iglesia, muchos de estos venían de la Escuela de Cine de Madrid, y muchos empezaron en una colección de cortos que montó el gobierno vasco, Kimuak, ahí estaba también Montxo Armendariz. Ha costado que el Festival de cine de San Sebastián le de la importancia que merece al cine vasco, que ha tenido que ganar su importancia en base a la calidad de sus películas.
A mí me detuvieron en relación a la fuga de Segovia, en Madrid, porque estábamos intentando ayudar a los militantes de ETA V, a los de ETA (pm) y los troskistas de ETA VI, que habían conseguido hacer un túnel para salir, pero la policía tenía un topo, y jodió la fuga, nos detuvieron. Sobre este topo, Mikel Lejarza, el lobo, también se han hecho algunas películas. Eso ya está contado. No se puede contar más.
También en el festival de cine de San Sebastián declaraste “hay presos políticos en el estado español” y pusiste el foco en la dispersión y en el sufrimiento a sus familias. ¿Deberían estar los presos vascos en la calle, como pasó en Irlanda tras el proceso de paz?
La intervención estuvo centrada en cuatro aspectos. En la importancia que había tenido ETA, que no es una organización criminal que se dedicaba a matar a gente, sino que era un movimiento de lucha, que tenía la sociedad vasca en aquellos momentos, y que sirvió para que aparte de lo que hacía políticamente la organización, participase en actividades culturales, como el dinero con el que comenzó a hacerse cine vasco, con La fuga de Segovia, y también con El proceso de Burgos, ambas dirigidas por Inmanol Uribe. La importancia que tuvo en la participación en la cultura, sobretodo de ETA V, está ahí.
Otra parte del discurso, era que yo iba con una camiseta de “Stop desahucios”, y también llevaba el lazo amarillo por los presos catalanes, y aproveché aquel momento para recordar el sufrimiento de las familias de los presos políticos, sobretodo los vascos, aunque hay de más nacionalidades, y que el estado se ha preocupado mucho en castigar, al margen de los presos, a las familias, alejando a los presos a 800 o 1.000 kilómetros de sus casas.
Ese día también empezábamos un crowdfunding para un proyecto sobre los desahucios.
A mí la cárcel, en principio, me parece que te lo puedes merecer o no, y al estar en la cárcel te da tiempo para pensar en lo que has hecho, pero que tengas que estar 20 o 30 años ya es una pasada, y que a algunos presos en vez de esos años, que estén 14 o 16. Es que hay que ver si ha valido de algo que hayan estado en la cárcel. La legislación penitenciaria española obliga a que los presos estén lo más cerca posible de sus casas, por la reinserción.
Cuando estás militando, el paso por la cárcel es parte de esa militancia. Yo tuve suerte que solo pasé 13 meses, porque al poco se murió el dictador. La gente que militó en mi organización, en ETA (pm) y en otras, lo hizo por altruismo, allí nadie ha ganado dinero por hacer eso, y esos militantes que llevan 20 o 25 años en la cárcel creían que estaban haciendo lo mejor para el pueblo vasco, eso no quiere decir que la sociedad española tenga que aplaudirles por haber hecho eso, pero los grandes enemigos de la sociedad no son esos militantes, son otra gente, los crean diariamente la miseria. Los medios nos dicen que la gente cada vez es más pobre, pero la verdad es que cada vez pelean menos, salen menos a la calle a defender.
En 1975 te encierran tres meses en Carabanchel. En tu detención estuvo involucrado el policía infiltrado Mikel Lejarza, ¿como fue esa primera detención y tu paso por las cárceles franquistas? Por otra parte, y como gallego, me gustaría preguntarte por tu relación con Moncho Reboiras.
A Moncho lo conocí, junto con Pertur, aquí, en Madrid. Estuve con el un par de días, en una reunión que tuvimos en un piso de una gallega, cerca del Bernabeu. Yo les había pasado una cita, en un viaje que me habían mandado a Ferrol, y un par de meses más tarde, en mayo del 75, tuvimos esa reunión. A principios del 75 su organización, la UPG, había aprobado un acercamiento a organizaciones catalanas y vascas. En julio del 75 había un comando de ETA (pm) en Galicia, formado por dos personas, y que estaban dando cursillos a los gallegos de la UPG. Diez días después de me detuvieran a mí, detuvieron a este comando y mataron a Moncho Reboiras.
Una compañera de La Comuna comentó que cree que ese verano vio en Santiago a Billy el Niño, que la había torturado unos años atrás, y es muy posible que Billy el Niño tuviera que ver con la muerte de Moncho Reboiras. Cuando me enteré que iban a hacer un documental, me puse en contacto con el productor o el director, y les dije esta historia, y de hecho en el documental no sale nada, creo.
Militas ocho años ETA (pm), hasta su disolución en 1982, te exilias en Francia, y regresas en 1984, para organizar Euskadiko Ezkerra en Navarra, ¿como afrontaste ese paso hacia la militancia política legal? ¿Fue EE un experimento fallido que acabó siendo fagocitado por el PSE?
ETA militar se forma al salirse de la organización ETA (en octubre/noviembre del 74): que entonces mayoritariamente era ETA V, ya que todavía existían de una anterior escisión los troskos que crearon ETA VI y que en el 75 desaparecieron. Desde entonces existieron dos organizaciones diferentes con el nombre de ETA, los escindidos que añadieron el adjetivo Militar y los «originales» que para diferenciarse añadieron posteriormente político militar. En el otoño del 76 ETA político militar decide desdoblarse y crear un partido político que trabaje en las nuevas posibilidades que daba la llegada de la democracia. La mayoría de los militantes pasan al partido político y unos cuantos quedan en la organización. EIA Partido para la Revolución Vasca, que luego se amplia y forma Euskadiko Ezkerra y ETA político militar, Organización Armada para la Revolución Vasca. La organización se supeditada a las decisiones políticas que determinaba el partido.
Yo reivindicó que ETA se disolvió el 30 de setiembre de 1982 cuando hicimos la rueda de prensa a cara descubierta anunciando la disolución, luego lo que los «milis» siguieron haciendo es otra historia que creo tenía poco que ver con la historia de generaciones anteriores.
Al final de todo el proceso, que empieza a principios del 80 hasta el 82, con las treguas, escisiones, y se llega al acuerdo de disolver la organización armada, porque el partido político era el que tomaba las decisiones, en concreto Mario Onaindia y Kepa Aluestia. La mayoría de los militabamos en la organización seguimos trabajando políticamente en el partido, y a mí me mandaron a organizar el partido en Navarra, y ahí estuve durante un año. Posteriormente el PSOE lo hace muy bien, sabe infiltrarse en el partido, gente del partido también fue cambiando ideológicamente, y decidieron pasarse al PSOE. Hubo una asamblea, en la que ganaron los partidarios de pasarse al PSOE, por poco, y los que no queríamos, creamos otro partido pero no funcionó. Y yo ya me quedé independiente, y me dediqué a mi profesión.
Además de producir decenas de películas, también te has señalado por apostar por el cine documental, como “El camino de la memoria”, “El cielo gira”, “Aztarnak-Huellas”, ¿es por una cuestión de presupuesto, o de que realmente este género, aunque no sea tan popular, también ofrece muchas satisfacciones profesionales?
Lo primero es que yo no soy el autor. A mí me viene alguien con un proyecto y me dice ¿podríamos hacer esto? Y si se puede hacer y me gusta, voy con ello. Si que hay una película, que le había producido a Ramón Barea dos cortos, y había estado en un estreno de una obra suya que se llamaba “Pecata minuta”, me reí mucho y le dije: ¿que te parece si hacemos una película de esto? Es una de las pocas veces que yo he intentado hacer una película. El resto es la gente que se ha acercado, hemos conseguido el dinero y lo hemos hecho. Pero no son ideas mías, generalmente. Aunque yo hago la selección, y si no me gusta o no lo veo, pues no me meto.
Para terminar, me gustaría saber en que proyectos está metido ahora Txepe Lara.
Ahora en nada. Estoy intentando ayudar. Ha cambiado mucho la historia como productor. Cambiaron las cosas para la producción, y muchas veces no he leído bien el contrato y me han puteado. Y mi pasado político también ha pesado. Si me gustaría voy a hacer público que un conocido director de cine es un copión, y lo van a acusar de plagio.
Tenía un proyecto de un documental sobre mi padre, que era fotógrafo, y Manolete y Pepe Luís Vázquez le animaron, y fue reconocido en su momento, pero olvidado por la cultura fotográfica de este país, a pesar de que trabajó para el extranjero.
Honesto, correcto, y como siempre genial, tu conciencia nos hace sentirnos orgullosos de haber o
Partido militancia y ahora de ser tu amigo…