No hará falta que Donald Trump, Marine Le Pen o Santiago Abascal gobiernen en sus respectivos países si se normaliza y se va aceptando una visión ecofascista sobre la crisis climática.
Las comparaciones con el Holocausto pueden parecer un poco extremas. Pero los acontecimientos en Tigray recuerdan inquietantemente a la guerra civil nigeriana de 1967-1970.
Al-Sadr también ha sido un duro crítico de la corrupción generalizada en el país rico en petróleo desgarrado por décadas de guerra liderada por Estados Unidos y la subsiguiente violencia, con una infraestructura en ruinas, una mayoría empobrecida y falta de servicios básicos.
Si se involucrara en un conflicto militar contra China, los costos relacionados serían astronómicos. La guerra podría generar un colapso de los mercados financieros estadounidenses.
Aprincipios de julio, comenzó una huelga nacional que duró casi un mes y continúa su cauce (incierto) de conflictividad en la Mesa Única de Diálogo (MUD) frente al Gobierno nacional, poniendo en evidencia la multi-crisis que atraviesa el país más “próspero”.
Las indicaciones del examen forense y los testimonios de médicos cubanos que trataron a Chávez corroboran la relación causa-efecto entre la muerte del presidente venezolano y los desarrollos en el ámbito de las armas biológicas por parte de Washington.
Durante la última década del siglo XX y la primera del XXI, período de despliegue del nuevo patrón de acumulación neoliberal en Colombia, fueron los movimientos ambientales, los indígenas y los campesinos los principales catalizadores y articuladores de la batalla contra el modelo.