“The league of gentlemen”, se sitúa en un pueblo ficticio del norte de Inglaterra, (realmente se rodó en Hadfield, al este de Manchester), un lugar aislado donde los vecinos tienen su “aquel”, que vamos descubriendo a golpe de gag bizarro.
Por Angelo Nero
Allá por el comienzo de siglo, pensamos que no, pero ya llovió, llego a las pantallas de la TVG, una sitcom británica, “The league of gentlemen”, que en nuestro país tuvieron el acierto de titular como “Cabaleiros con aquel”. Si, como fue mi caso, viviste el momento mágico de ver el primer capítulo en el día de su primera emisión, ya sabes de lo que hablo: o quedaste en shock y tu sensibilidad no te permitió ver más episodios, o, como yo, quedaste atrapado con las historias de los habitantes de Royston Vasey, y desde entonces la situaste, merecidamente en el lugar de las “series de culto”.
Los camaleónicos Reece Shearsmith y Steve Pemberton, creadores y actores principales de la series, junto a Mark Gatiss, interpretaban a casi el noventa por ciento de los setenta personajes de la serie, hombre y mujeres, al que hay que sumar a Jeremy Dyson, también guionista y que actuaba ocasionalmente. En esta comedia negra, con un humor ciertamente escatológico y bastante surrealista, se recogía la mejor herencia de los Monty Python, más ácidos e irreverentes si cabe, y también más políticamente incorrectos, en la línea torcida de otras comedias británicas que emitió la TVG, “The Young Ones”, en 1987, titulada aquí como “Os novos”, y que fue todo un espacio de culto de toda mi generación, como fue para la siguiente, la de mi sobrino, la aparición del “Xabarín Club”, en 1994.
“The league of gentlemen”, se sitúa en un pueblo ficticio del norte de Inglaterra, (realmente se rodó en Hadfield, al este de Manchester), un lugar aislado donde los vecinos tienen su “aquel”, que vamos descubriendo a golpe de gag bizarro:
Tubbs y Edward, son los dueños de nariz porcina de una tienda local, algo aislada de la villa y poco visitada, que se sienten amenazados por todo lo foráneo (Edward convence a su mujer de que no hay mundo más allá de Royston Vasey, y Tubbs piensa que todos quieren robarles o abusar de ella), e intentan impedir la construcción de una carretera que proyecta atravesar el valle, llegando a hacer bastantes burradas para impedirlo, como quemar en sacrificio a un policía, o embrear a dos obreros y atarlos a un poste.
Harvey Denton está obsesionado con la masturbación y con los sapos mágicos, y con su mujer Val tienen la costumbre de beber orines por la mañana. Sus hijas, Chloe y Radclyffe, están inspiradas en las niñas de The Shining, y su sobrino, Benjamín, recién llegado de Londres, parece ser la única persona normal de la serie.
El carnicero, Hilary Briss, vende carne picada de origen sospechosa, special stuff, a solo unos pocos clientes, que crea una extraña adición a los que la consumen, y causa hemorragias nasales como efecto secundario. Vinnie Wythenshaw e Rennie Calver, dos señoras mayores que trabajan en una tienda benéfica, con manías muy extravagantes y extraordinariamente lentas en cualquier venta o donación.
También están en esta galería de personajes bizarros, Herr Lipp, el profesor alemán aficionado a jugar al futbol y a echarle la caña a sus alumnos; el veterinario Matthew Chinnery, un hombre bien intencionado que está bajo una maldición que hace que mate accidentalmente a todos los animales que pasan por su consulta; Bernice Woodal, la vicaria alcohólica, amargada y siempre de mal humor, que no cree en la Biblia ni en Dios, y usa su puesto para molestar a toda la comunidad, para acabar siendo la alcaldesa de Royston Vasey, y uno de mis preferidos, Papa Lazarou, que dirige el Pandemonium Carnival, y desposa mujeres a la fuerza por todo el pueblo, para encerrarlas junto a los animales de su circo.
La galería de personajes de esta comedia negra es impresionante, tanto como la imaginación de sus creadores, entre los que destacan Reece Shearsmith y Steve Pemberton, satirizando a una sociedad británica muy conservadora, y celosa de sus tradiciones, y con una peculiar política social, reflejada en Pauline Campbell-Jones, la profesora de formación para parados, que intenta por todos los medios que no consigan trabajo, para no perder el suyo.
El éxito de la serie fue tal que, después de acabar la tercera temporada, pusieron el broche de oro con la película The League of Gentlemen: Apocalypse”, donde contaron con la presencia de actores como Michael Sheen o Simon Pegg, explotando su humor salvaje hasta el clímax de un especial de Navidad no apto para estómagos sensibles.
Reece Shearsmith e Steve Pemberton subieron la apuesta en 2009 con la serie “Psychoville”, una comedia negra con ambiente de thriller, en la que cinco personajes, situados en diferentes partes de Inglaterra, eran chantajeados por un misterioso individuo mediante una carta con el mensaje: “Se lo que hiciste”. En la serie, Shearsmith interpreta a un hombre-niño, asesino en serie perturbado y obsesivo, sociópata de conocimientos enciclopédicos que mantiene una relación casi incestuosa con su madre, Maureen.
Pemberton da vida a Osacar Lomax, un millonario ciego que recolecta animales de peluche para encerrarlos en una habitación que denomina “Holy of Holies”. También aparece un viejo conocido de “Cabaleiros con aquel”, Mark Gatiss, en un pequeño papel. Como curiosidad la serie recibe el título que tuvo en Japón y Corea “The league of gentlemen”, otro guiño más a la continuidad de asociación de “The league of gentlemen”, Shearsmith & Pemberton.
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