Poesía crítica | Patrioterismo esclerótico

Por Javier DG

Nuestra patria, tan rupestre y literaria,

tan encastrada en los señoritos de la casta ganadera

y clerical,

tan aficionada a políticos de palabra vasta

y banderita de “su patria” en la muñeca.

Esa patria de marrón arcilla, paraíso de barraca

y reconciliación construida en cuelgamuros,

sobre cimientos podridos por dentro

          mientras por fuera, se pulen y pintan

                   (de azul, verde y naranja)

 

Nuestra patria, con sus amplias costas,

sus playas blancas y montañas verde hojalata,

nuestra patria,

se aferra a una tierra mojada y parda,

a un fino hilo de luz escarlata, a un niño yuntero,

a una gastronomía con estrellas de carretera,

aceituneros altivos entre olivos heridos,

a las parvas de trigo rubio y azada al hombro,

al contraste de los túmulos sin montaña,

a los verdes campos de golf

           sembrados en la frontera,

                  junto a una valla muy alta.

 

Vuestra patria, también sería la mía

si lo patriótico fuese

acceder al lugar más alto de ella

para dotar las nacionalidades que la forman

con los recursos naturales extraídos de la tierra,

del cielo azul por donde vuela el viento,

de los ríos y afluentes que empujan los sedimentos

hacia la ribera de esta patria nuestra,

tan meseta, tan multicolor, tan solidaria,

           tan diversa y expoliada

                      durante los años del miedo.

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