Un 29 de mayo de 1981, en Madrid, Pedro Candela, de 75 años, fue golpeado de una forma brutal por un grupo de jóvenes ultraderechistas, cuando intentaba retirar un cartel de FN, de la puerta de su local.
Por Angelo Nero | 9/04/2025
Entre 1975 y 1985, la violencia de las bandas paramilitares de extrema derecha, con conexiones, en muchos casos probadas, con las cloacas del estado, fueron constantes. La hemeroteca está poblada de víctimas del terrorismo negro, que a través de grupos afines organizaciones como Fuerza Nueva, sembraban el terror en las calles de todo el estado español. Así ocurrió un 29 de mayo de 1981, en Madrid, donde un hombre de 75 años, fue golpeado de una forma brutal por un grupo de jóvenes ultraderechistas, cuando intentaba retirar un cartel de FN, de la puerta de su local. Así lo contaba el diario de la Transición, El País, en una columna fechada dos días después, y titulada Anciano en estado de coma tras ser golpeado por un grupo de «ultras». El artículo del diario del grupo PRISA, decía así:
“Pedro Candela Zoya, de 75 años, propietario de un pequeño y antiguo taller de bicicletas situado en la calle de Sagasta, número 29, se encuentra internado en La Paz en estado de coma, después de haber sido golpeado brutalmente por un grupo de jóvenes, presuntos miembros de Fuerza Nueva.
La agresión, que fue presenciada por su mujer, se produjo a la puerta de su establecimiento, el viernes pasado, en torno a las 19.30 horas, cuando el anciano procedía a retirar un cartel, firmado por Fuerza Nueva, que había sido colocado previamente por dos chicos y una chica de esta organización. Según ha podido reconstruir EL PAIS, con declaraciones de los dos testigos que presenciaron la salvaje agresión, los hechos se desarrollaron así: los tres últimos jóvenes citados estaban procediendo a colocar pequeños carteles de Fuerza Nueva (con una foto de Blas Piñar en cada uno) en las paredes de todos los edificios que forman la manzana donde está ubicado el taller de bicicletas, pertrechados con un cubo de plástico azul y cepillos. Dichos carteles -algunos de ellos eran pegados encima de otros que hacen publicidad de circos- llamaban a la asistencia a un acto a celebrar hoy, domingo, en Mota del Cuervo.
Cuando el anciano Pedro Candela, a quien acompañaba su mujer, creyó que los tres jóvenes que habían pegado los carteles en la fachada de su tienda se habían alejado, procedió a retirar algunos de ellos. En ese instante, otro grupo de tres o cuatro jóvenes se le acercaron y le dijeron: «¿No sabe usted que los carteles de Fuerza Nueva no se quitan?», para, a continuación, y sin que, al parecer, mediara discusión o forcejeo alguno -según las declaraciones de los testigos-, uno de aquéllos le propinara una fuerte patada en la cara mientras se hallaba agachado. Otro, de los jóvenes le golpeó a continuación también en la cabeza con una barra de hierro, cuando se hallaba en el suelo.
Según informaron ayer a EL PAIS en la dirección de la clínica de La Paz, Pedro Candela se encuentra internado en el servicio de neurocirugía del centro y se halla en estado de coma. El diagnóstico médico es un hematoma intraparenquimatoso, esto es, sangre abundante en los bajos del cerebro. Fuentes médicas consideraron que existía alguna posibilidad de que el enfermo pudiera salvar su vida, aunque, dada su edad, no quisieron hacer una previsión fiable.”
Un mes más tarde, el 3 de junio de 1981, el mismo diario madrileño traía una noticia sobre la agresión a Pedro Candela, con el siguiente titular Interpelación socialista sobre la agresión «ultra» a un anciano. La nota era la siguiente:
“El Partido Socialista Obrera Español (PSOE) interpelará al Gobierno sobre cuáles son los resultados de la Investigación que, supone. está en marcha en torno a la agresión por un grupo de presuntos militantes de Fuerza Nueva (FN) a un anciano de 75 años, cuando éste retiraba carteles que aquéllos habían colocado en la fachada de su establecimiento de bicicletas, situado en la calle de Sagasta, numero 29. el pasado viernes. A consecuencia de la agresión, Pedro Candela Zoya hubo de ser ingresado, en estado de coma, en la residencia de la Seguridad Social La Paz.En las preguntas que presentará el diputado socialista por Madrid, Juan Barranco, y que deberán ser respondidas en la Comisión de Interior del Congreso, el PSOE demanda también si estaba autorizado por el Gobierno Civil el mitin que se anunciaba en los carteles que retiraba el anciano (con una fotografía de Blas Piñar, los mismos llamaban a asistir a un acto a celebrar en Mota del Cuervo), si ha habido detenciones y, en caso afirmativo, qué afiliación política tienen los aprehendidos, y, finalmente, si el Gobierno tiene conocimiento de que en la zona donde se ha desarrollado este hecho se producen agresiones constantes a los ciudadanos que viven o transitan por allí.
El diputado socialista se refiere a la zona en la que está enclavada la calle de Mejía Lequerica, donde está ubicada la sede actual de Fuerza Nueva, y que los ultras han denominado en numerosas pintadas callejeras zona nacional.
En el texto previo a las preguntas antedichas, el diputado socialista señala que «curiosamente, ese mismo día (el domingo), los vecinos de Moratalaz pretendían celebrar un acto por la Constitución y la libertad, pero el gobernador civil de Madrid resolvió suspenderlo por razones de orden público».
Mejora el agredido
Por su parte, Pedro Candela Zoya, que salió del estado de coma el lunes último, sigue experimentando mejoría en su estado de salud, aunque los médicos que le atienden se muestran cautos, dada su avanzada edad. El anciano agredido abandonó la unidad de vigilancia intensiva. Según se publicó en EL PAIS del pasado mingo, un grupo de tres o cuatro jóvenes, presuntos miembros de la citada organización ultraderechista, le apalearon salvajemente después de advertirle que «los carteles de Fuerza Nueva no se quitan». Según testigos presenciales los agresores le propinaron un fuerte patada en la cabeza y, cuan do se hallaba en el suelo, le golpearon asimismo en la cabeza con un objeto de hierro, a consecuencia de lo cual hubo de ser intervenido quirúrgicamente en la misma noche del viernes pasado a vida muerte.”
Consultado el Boletín Oficial de las Cortes Generales, en su Primera Legislatura, del 27 de junio de 1981, se encuentra el registro de una pregunta parlamentarias sobre la agresión a Pedro Candela, al gobierno de la UCD, presidido por Leopoldo Calvo-Sotelo, registrada por los diputados madrileños del Grupo Socialista, Juan Barranco Gallardo -alcalde de Madrid entre 1986 y 1989-, José Acosta Cubero y Elena Vázquez Menéndez.
Las preguntas parlamentarias al gobierno fueron las siguientes: ¿Qué medidas policiales se han adoptado y cuáles son los resultados de la investigación, que suponemos se ordenó?,¿Han existido detenciones, y si las hubiera, cuál es la afiliación política de los agresores?, ¿Estaba autorizado por el Gobierno el mitin de Fuerza Nueva en Mota del Cuervo?, ¿Tiene conocimiento el Gobierno que en la zona donde se produjo este atentado, se constatan de forma permanente toda clase de agresiones e incidentes de claras connotaciones políticas?.
La respuesta, firmada por el Ministro de la Presidencia, el empresario Matías Rodríguez Inciarte, indican que “Las medidas policiales adoptadas condujeron a la detención del presunto autor, procediéndose a la realización de un registro en su domicilio y pasando, posteriormente, a disposición judicial por su posible participación en los hechos. Asimismo, fue detenida otra persona, que fue puesta también a disposición judicial. De las investigaciones practicadas se llegó al conocimiento del autor material de la agresión, a quien no se pudo detener en el primer momento porque abandonó su domicilio, pero fue localizado más tarde en el acuartelamiento de la Legión de Fuerteventura, lo que se comunicó, a los efectos procedentes, a la autoridad judicial el 27 de octubre de 1081. (…) Respecto a una de las preguntas concretas planteadas, se informa que Fuerza Nueva había solicitado autorización para celebrar, el 31 de mayo de 1981, un mitin en la plaza de Cervantes, de Mota del Cuervo (Cuenca). Este acto fue desautorizado por el Gobernador civil de la provincia por estimar que existían fundados motivos para presumir que podría alterarse la seguridad ciudadana, con peligro para personas y cosas, de acuerdo con lo establecido en el artículo 21 de la Constitución. Los organizadores celebraron el acto en un local cerrado, para lo cual no es necesaria autorización ni formalidad alguna.”
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