Palabras de Fidel Castro en la velada de Homenaje al Che

Por Daniel Seixo

El 18 de octubre de 1967, apenas transcurridos nueve días de la muerte del Comandante Che Guevara, Fidel Castro pronuncia durante una Velada Solemne en Memoria del Comandante caído, efectuada en una Plaza de la Revolución a rebosar, unas palabras que pasarán a la historia:

«Si queremos expresar cómo aspiramos que sean nuestros combatientes revolucionarios, nuestros militantes, nuestros hombres, debemos decir sin vacilación de ninguna índole:  ¡Que sean como el Che!  Si queremos expresar cómo queremos que sean los hombres de las futuras generaciones, debemos decir:  ¡Que sean como el Che!  Si queremos decir cómo deseamos que se eduquen nuestros niños, debemos decir sin vacilación:  ¡Queremos que se eduquen en el espíritu del Che!  Si queremos un modelo de hombre, un modelo de hombre que no pertenece a este tiempo, un modelo de hombre que pertenece al futuro, ¡de corazón digo que ese modelo sin una sola mancha en su conducta, sin una sola mancha en su actitud, sin una sola mancha en su actuación, ese modelo es el Che!  Si queremos expresar cómo deseamos que sean nuestros hijos, debemos decir con todo el corazón de vehementes revolucionarios:  ¡Queremos que sean como el Che! 

Che se ha convertido en un modelo de hombre no solo para nuestro pueblo, sino para cualquier pueblo de América Latina.  Che llevó a su más alta expresión el estoicismo revolucionario, el espíritu de sacrificio revolucionario, la combatividad del revolucionario, el espíritu de trabajo del revolucionario, y Che llevó las ideas del marxismo-leninismo a su expresión más fresca, más pura, más revolucionaria. 

¡Ningún hombre como él en estos tiempos ha llevado a su nivel más alto el espíritu internacionalista proletario! 

Y cuando se hable de internacionalista proletario, y cuando se busque un ejemplo de internacionalista proletario, ¡ese ejemplo, por encima de cualquier otro ejemplo, es el ejemplo del Che!  En su mente y en su corazón habían desaparecido las banderas, los prejuicios, los chovinismos, los egoísmos, ¡y su sangre generosa estaba dispuesto a verterla por la suerte de cualquier pueblo, por la causa de cualquier pueblo, y dispuesto a verterla espontáneamente, y dispuesto a verterla instantáneamente! 

Y así, sangre suya fue vertida en esta tierra cuando lo hirieron en diversos combates; sangre suya por la redención de los explotados y los oprimidos, de los humildes y los pobres, se derramó en Bolivia.  ¡Esa sangre se derramó por todos los explotados, por todos los oprimidos; esa sangre se derramó por todos los pueblos de América y se derramó por Viet Nam, porque él allá, combatiendo contra las oligarquías, combatiendo contra el imperialismo, sabía que brindaba a Viet Nam la más alta expresión de su solidaridad!

Es por eso, compañeros y compañeras de la Revolución, que nosotros debemos mirar con firmeza el porvenir y con decisión; es por eso que debemos mirar con optimismo el porvenir.  ¡Y buscaremos siempre en el ejemplo del Che la inspiración, la inspiración en la lucha, la inspiración en la tenacidad, la inspiración en la intransigencia frente al enemigo y la inspiración en el sentimiento internacionalista!

Es por eso que nosotros, en la noche de hoy, después de este impresionante acto, después de esta increíble —por su magnitud, por su disciplina y por su devoción— muestra multitudinaria de reconocimiento, que demuestra cómo este es un pueblo sensible, que demuestra cómo este es un pueblo agradecido, que demuestra cómo este pueblo sabe honrar la memoria de los valientes que caen en el combate, que demuestra cómo este pueblo sabe reconocer a los que le sirven, que demuestra cómo este pueblo se solidariza con la lucha revolucionaria, cómo este pueblo levanta y mantendrá siempre en alto y cada vez más en alto las banderas revolucionarias y los principios revolucionarios; hoy, en estos instantes de recuerdo, elevemos nuestro pensamiento y, con optimismo en el futuro, con optimismo absoluto en la victoria definitiva de los pueblos, le digamos al Che, y con él a los héroes que combatieron y cayeron junto a él:  ¡Hasta la victoria siempre! 

¡Patria o Muerte! 

¡Venceremos!»

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