Adiós, mochila austriaca, adiós

Según los sindicatos, esta medida suponía «un cambio de calado sobre el modelo de protección al empleo en España, con seguras consecuencias negativas y muy dudosos y débiles resultados positivos”

Javier F. Ferrero

Pablo Iglesias, líder de Podemos y futuro vicepresidente en el gobierno de coalición, se ha impuesto a la futura vicepresidenta económica, Nadia Calviño, y ha logrado fulminar de la agenda socialista la polémica ‘mochila austriaca’, medida promovida por la actual ministra de Economía en funciones y cuya implantación gradual estaba prevista para 2020.

En el programa de la coalición progresista no aparece ni rastro de esta iniciativa que ya había hecho saltar chispas entre PSOE y Unidas Podemos a las puertas de las elecciones del pasado 10 de noviembre.

Esta medida consistía en eliminar la indemnización por despido y sustituirla por una aportación mensual desde la empresa a una cuenta a nombre del trabajador, que puede disponer de esas cantidades en caso de despido, de traslado o de necesitarlo para su formación, además de tener acceso al jubilarse. Se le llama mochila porque el asalariado no pierde ese dinero si cambia de trabajo, sino que mantiene la cuenta y solo cambia es el empresario que efectúa las aportaciones, y se apellida “austriaca” porque el modelo se implantó en ese país en 2003, con una cuantía mensual del 1,53% del salario. Viene a ser la capitalización previa de las indemnizaciones por unos eventuales despidos que pueden producirse o no.

Para UGT, esta medida “supondría un cambio de calado sobre el modelo de protección al empleo en España, con seguras consecuencias negativas y muy dudosos y débiles resultados positivos”, ya que no ataca “las verdaderas causas de la elevada temporalidad en nuestro país, que no tienen que ver con los costes del despido, sino con un elevado fraude en la contratación. Rebajaría las indemnizaciones que perciben las personas trabajadoras que pierdan su empleo”. El sindicato llama la atención sobre uno de los eventuales efectos perversos del modelo: “castiga a las empresas que no despiden” al aumentar sus costes laborales con esas aportaciones y “premia a las que recurren con mayor frecuencia al despido (al rebajar su importe y facilitar financieramente el mismo)”, además de entrañar el riesgo de provocar “un aumento del número de despidos y de la rotación laboral, al eliminar todo efecto disuasorio de la indemnización”.

La liquidación de esta medida es uno de los grandes logros de Podemos en la negociación del programa económico con el PSOE que han pilotado la ministra de Hacienda María Jesús Montero del lado socialista y el secretario de Acción de Gobierno de Podemos Pablo Echenique por la parte de la formación morada. Una victoria importante para Pablo Iglesias, habida cuenta de las reticencias que ha manifestado frente al ideario liberal de Calviño.

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