Odessa: un ejemplo de la corrupción estructural que azota Ucrania

La organización ‘Iniciativa Global contra el Crimen Organizado Transnacional’ publicó un extenso informe que alerta sobre la existencia de un gran ecosistema de corrupción en Odessa.

Por Redacción NR

Como indica ‘Iniciativa Global’, la ciudad portuaria de Odessa, considerada la ‘Joya del Mar Negro’, es la puerta de entrada por la que se realiza la mayor parte del comercio entre Ucrania y el mundo.

Para hacernos una idea de su importancia, antes de la guerra, a través del puerto de Odessa, se exportaba el 10% del mercado mundial de trigo y más del 50% del mercado de aceite de girasol, junto con exportaciones de fertilizantes, metales y productos químicos. Pero Odessa tiene una cara oscura: también es uno de los principales puntos de tráfico de drogas, armamento, contrabando y prostitución, y presenta altos niveles de corrupción en la industria de la construcción. Un nido de mafias y crimen organizado que solo se vio interrumpido durante el período comunista, cuando Ucrania era una República Socialista soviética (1922-1991). A partir de los años noventa, con la progresiva restauración del capitalismo y la economía de libre mercado, el crimen organizado entró de nuevo con fuerza en la ciudad y ha dominado el panorama hasta la actualidad. En 1998, el entonces primer ministro ucraniano Valery Pustovoitenko describió a Odessa como “la ciudad más infestada de crimen del país”.

Sin embargo, la publicación de ‘Iniciativa Global’ señala que la intervención militar rusa en Ucrania ‘ha asestado un duro golpe al crimen organizado en Odessa’ debido al toque de queda implantado y al patrullaje constante que desde entonces se ejerce. Un hecho que ha generado una caída drástica de las tasas de criminalidad. Por otro lado, el bloqueo naval ruso, que ha hecho caer un 60% el volumen de negocios total de carga, ha cortado los flujos de contrabando y drogas, y también la afluencia de turismo de lujo. Las playas de Odessa, los restaurantes y las discotecas atraían a millones de turistas tanto locales como internacionales cada año acompañados también de demanda de prostitución y consumo de drogas.

Mafia y supuesto ‘patriotismo’

En el informe, se describe un fenómeno curioso que tiene que ver con las mafias. Antes de la guerra, los grupos criminales no hacían distinción entre nacionalidades y convivían con relativa calma. Con el estallido bélico, se produjo una exaltación “patriótica” y una separación entre la mafia de carácter ‘pro-rusa’ y la mafia ‘pro-ucraniana’. Desde las autoridades ucranianas, donde previamente había una especie de pacto con los grupos criminales sin distinción de nacionalidad, se lanzó una persecución y se presionó para que los criminales rusos abandonaran la ciudad. Esto hizo que buena parte de los miembros de la mafia rusa abandonara la ciudad, mientras que la ucraniana tomó una postura ‘hiperpatriótica’.

Pescar en río revuelto

Bajo este nuevo panorama, el Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU), ha aprovechado el contexto para controlar el crimen organizado pero, al mismo tiempo, ha supuesto una oportunidad de oro para que algunos elementos corruptos de la seguridad ucraniana se lucren con el cobro de comisiones ilegales en torno al corredor de cereales y a la exportación de otro tipo de materias a través del Río Danubio, usado como vía alternativa a raíz del bloqueo naval ruso.

Es importante destacar que con la llegada de la guerra, el régimen de Kiev ha otorgado amplios poderes al SBU mediante los artículos 109, 110 y 111 del Código Penal. Con este amplio mandato, el SBU ha emergido como el autoridad única en la ciudad, superando incluso a la policía.

Ecosistema corrupto

Según recoge el informe de ‘Iniciativa Global’, la percepción generalizada de la población en Odessa era la existencia de un ecosistema de corrupción de alto nivel que facilitaba el lucrativo mercado de la construcción y el contrabando de drogas en cantidades industriales, así como delitos financieros y corrupción dentro de los organismos estatales. Junto a la mafia ucraniana, en la ciudad convivían grupos criminales rusos, chinos, vietnamitas, azerbaiyanos, chechenos, sirios, turcos y georgianos.

Una forma común de corrupción en Odessa implica la concesión de permisos en la industria de la construcción. La construcción es extremadamente lucrativa en la ciudad, y el sector inmobiliario tiene los precios más elevados solo después de Kiev. Sin embargo, obtener permisos de construcción es prácticamente imposible en Odessa sin recurrir al soborno de funcionarios.

Uno de los casos de corrupción más notorios tiene que ver con Gennadiy Trujánov, ex alcalde de Odessa. El mandatario llegó a la alcaldía tras el movimiento Maidán en 2014, con un discurso populista y mafioso, convirtiendo a la ciudad en su feudo privado, hasta el punto de conceder contratos municipales y tierras a sus propias empresas.

Otra muestra del grado de putrefacción: extraoficialmente, cada complejo de playa en Odessa paga 1.000 dólares al mes en forma de comisiones ilegales. Con más de cien complejos en toda la ciudad, esto equivale a más de 1,2 millones de dólares al año. Una auténtica barbaridad.

Como se muestra en el documento, existe una arquitectura corrupta, una especie de crimen ‘legalizado’ en el que funcionarios corruptos, principalmente del SBU y de la Aduana Estatal, posibilitan contrabando de todo tipo a través de sobornos.

Sin embargo, y a pesar de lo que podría parecer, el verdadero poder en Odessa reside muy lejos, en la capital del país, Kiev. El comercio de drogas en el puerto de Odessa, cuyo valor, según una fuente, asciende a 10.000 millones de dólares, estaría supuestamente coordinado por funcionarios de alto rango, generalmente en el ámbito policial, con protección contra figuras políticas de peso, en conjunto con socios internacionales y funcionarios locales en el propio puerto.

Otro tipología de corrupción tiene que ver con el reclutamiento de combatientes para el frente de guerra. Como en otras zonas del oeste de Ucrania, el contrabando de reclutas es un nuevo mercado ilícito, tanto a lo largo de la frontera con Moldavia cerca de Odessa y en los cruces fronterizos moldavos y rumanos.

Tal vez el mayor esquema de corrupción reportado en Odessa y otros puertos del Mar Negro tiene que ver con el caso de 10 altos funcionarios que participaron en un plan en el que se exportó 1 millón de toneladas de cereales a través de una serie de empresas intermediarias (y en su mayoría ficticias) entre agosto y septiembre de 2022. Esta trama le supuso una pérdida al estado de 5.200 millones de grivnas en impuestos.

Un futuro oscuro

Se cree que con el fin de la guerra, el crimen organizado repunte de forma considerable por el regreso de las mafias y también por la conformación de nuevos grupos criminales conformados por ex soldados con trastorno de estrés postraumático y con adicción a la bebida y otro tipo de drogas. Estos veteranos de guerra podrían buscar un enriquecimiento rápido en caso de no tener salidas laborales en empresas de seguridad privadas o bien por problemas de reinserción en la sociedad. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), una cuarta parte de la población corre el riesgo de padecer un trastorno de salud mental relacionado con el conflicto. Los expertos aseguran que el desafío de la reintegración será particularmente grave en los casos de excombatientes. Un panorama que se muestra muy complejo a la hora de gestionar el ecosistema del crimen organizado en el país.


Documento íntegro: Port in a storm: Organized crime in Odesa since the Russian invasion 

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