Mientras el campesinado se ha limitado a interrumpir el tráfico por carretera, el Gobierno estatal se ha limitado a mirar, pero la represión ha sido feroz cuando han protestado ante el centro logístico de Mercadona, una de las empresas que conforma el oligopolio de la distribución alimentaria que está asfixiando la economía del medio rural andaluz.
Por Nación Andaluza
En las últimas semanas las movilizaciones del sector agrario se han intensificado en toda Europa, debido a la crisis del sector y por las políticas agrarias de la Unión Europea, que son seguidas al pie de la letra por el Estado español y en nuestro país por el gobiernillo subalterno de la Junta.
Algunos de los motivos por los que el sector se está movilizando son: la falta de precios justos por sus productos para alcanzar una mínima rentabilidad; la subida de los costes de producción; la excesiva burocracia y las rígidas condiciones de las normas agrarias; los recortes en las ayudas; o la competencia desleal de países como Ucrania o Marruecos, entre otros muchos.
Andalucía no es ajena a esta problemática: nuestro país es considerado la huerta de Europa y según las palabras del presidente de la Junta, Moreno Bonilla, genera alimentos para 500 millones de personas. Sin embargo, está siendo especialmente castigado con una PAC en la que no tiene voz ni voto puesto que interviene el Estado español o el Tratado de Libre Comercio con Ucrania, así como recortes como en subida de precios
La represión policial contra las agricultoras andaluzas – que prácticamente no ha existido los primeros días- se ha ensañado cuando señalan al oligopolio de la alimentación como uno de los responsables y beneficiados de esta situación. Mientras el campesinado se ha limitado a interrumpir el tráfico por carretera, el Gobierno estatal se ha limitado a mirar, pero la represión ha sido feroz cuando han protestado ante el centro logístico de Mercadona, una de las empresas que conforma el oligopolio de la distribución alimentaria que está asfixiando la economía del medio rural andaluz.
El Estado español, como espacio de acumulación de capital, ha sido un instrumento del capital especulativo para facilitar la apropiación de recursos y la explotación de sus “compatriotas”. El patriotismo de bandera en los balcones, cuando se analiza desde los beneficios empresariales de los “patriotas”, se puede ver su verdadero rostro: el de la explotación más brutal.
Ante estas movilizaciones Nación Andaluza quiere manifestar:
1º Somos el primer país en productos de agricultura ecológica y las producciones del sector agroganadero, constituyen un tercio de nuestras exportaciones por valor superior a los 10.000 millones de euros anuales. El aceite de oliva y las frutas y hortalizas concentran en torno a las dos terceras partes de la producción del sector. El peso productivo del sector agroganadero andaluz en el mercado europeo debería situar al campesinado andaluz en una situación privilegiada para controlar los precios de sus productos. Pero en el modo de producción capitalista ocurre todo lo contrario.
2º Para Nación Andaluza la situación no es nueva en el campo andaluz, aunque ahora se exprese de otra forma. Los precios bajos de los productos agroalimentarios, la nueva PAC y las trabas burocráticas son una cara de la moneda. La otra son las enormes ganancias de las grandes empresas intermediarias asociadas a la distribución y comercialización que están controlando cada vez mayor cuota de mercado de envasado y comercialización. Los gigantes del agronegocio (Bayer, Syngenta, John Deere…) mantienen al campesinado andaluz presionado por un lado con los costes crecientes de los insumos que necesitan para los cultivos y, por otro lado, con los bajos precios que pagan por el aceite de oliva DCOOP, Mercadona, Carrefour, DIA, etc. Para ellos todo es ganancia.
3º La militancia de Nación Andaluza tenemos muy claro que, bajo las reivindicaciones justas del pequeño campesinado, están actuando otros actores como la mediana y gran burguesía agraria andaluza. Actores que incluso son responsables directos de la situación actual del campo andaluz. No nos satisfacen, ni mucho menos, la variada composición social ni la formulación de las reivindicaciones que sostienen movilizaciones campesinas, pero ello no nos impide manifestar nuestra solidaridad hacia el pequeño campesinado y sus justas reivindicaciones. Por encima de otras consideraciones está el hecho objetivo del perjuicio que a pequeños y medianos agricultores está provocando las políticas de la UE y su lacayo Estado español.
4º El acceso a la propiedad de la tierra es un problema en nuestro país, como siempre lo ha sido. Los grandes fondos de inversión cada vez están más interesados en las tierras de cultivo andaluzas. En los últimos años, se ha multiplicado por 10 el número de fondos buitre y especuladores que compran terrenos agrícolas. El precio de la tierra en el mercado capitalista lo han aumentado con sus operaciones fondos buitres como el estadounidense Nuveen o el canadiense PSP (Climate Asset Management) además de especuladores andaluces como el grupo Persán. Buscan propiedades grandes (de más de 200 hectáreas) en regadío aptas para cultivos leñosos de alta rentabilidad (frutos secos, olivar o frutas tropicales) para la instalación de huertos solares o campos de molinos eólicos, agotando y contaminando las tierras hasta dejarlas inservibles.
5º El hundimiento de los precios agrarios, vinculado a los efectos de la nueva PAC y a los terratenientes, manifiesta una de las características del capitalismo en su actual etapa senil: la concentración de la producción formando monopolios a costa de arruinar a los pequeños productores. Si los precios agrarios siguen siendo cautivos de las grandes empresas del sector, decenas de pequeñas cooperativas y miles de familias tendrán que tirar la toalla y se verán absorbidas por los monopolios.
Nación Andaluza está con el campesinado andaluz en su lucha, pero consideramos necesario ir más allá del reclamo parcial contra la PAC, sobre los precios y los costes de producción. Será el propio desarrollo de la lucha de los agricultores el que irá decantando posiciones y nuestra obligación como revolucionarias andaluzas es – en nuestra parquedad organizativa- incidir en la agudización de las contradicciones del campo en un sentido emancipador del Pueblo Trabajador Andaluz. Por ello planteamos al campo andaluz y sus organizaciones:
– El Pueblo Andaluz necesita derrotar el poder de los monopolios y las mafias de la comercialización, nacionalizando las grandes empresas transformadoras y comercializadoras para asumir los procesos de producción, distribución y comercialización del producto y poniéndolos bajo la gestión y control popular. Si, según algunos estudios, en el Estado español los alimentos se encarecen hasta un 875% desde que salen del campo hasta el supermercado, es este un eslabón débil e ilegítimo que hay que romper.
– Denunciamos la actitud de la Junta, del Estado español y la UE con su PAC que, como representantes de los intereses de la oligarquía, han impulsado los monopolios y sus políticas de hundimiento de precios y compra de producciones agrarias a terceros países, en detrimento de los intereses del pequeño campesinado andaluz.
– La reivindicación de unos precios justos no se puede disociar de la reivindicación de unas condiciones laborales y sociales dignas para el proletariado agrícola y de la necesidad de sustituir la explotación asalariada por el trabajo cooperativo.
– Reclamamos la necesidad de una Reforma Agraria y que las tierras ociosas en manos de bancos, fondos buitres y terratenientes se pongan a disposición de las trabajadoras en paro de nuestros pueblos, primando la diversificación productiva y la producción ecológica por encima de la agroindustria que envenena el medio ambiente.
Desde Nación Andaluza consideramos que el empobrecimiento de la sociedad agraria andaluza no puede superarse en el actual marco político institucional español. Solo con la instauración de una República Andaluza y el desarrollo de estas y otras medidas superaremos la división internacional capitalista del trabajo que nos aboca a ser colonia donde se produzcan alimentos baratos. Solo con nuestra liberación podremos determinar una verdadera política agraria que favorezca los intereses del pequeño campesino, del jornalero y en definitiva del pueblo trabajador andaluz.
¡Abajo los monopolios de la distribución alimentaria y la PAC!
¡Precios justos para el campo andaluz!
C. Permanente de la C.N. de Nación Andaluza.
Andalucía, 11 de febrero de 2024
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