Mi condena

"El mejor truco del Diablo fue convencer al mundo de que no existía, pero sabemos que no se ha ido." 
The Usual Suspects 

"Al Fascismo no se le discute, se le destruye."
Buenaventura Durruti

Querido lector:

Se me pide una condena y por tanto, permíteme que abochornado por la escasa calidad del típico sainete previo al mitin que el presidente de Vox, Santiago Abascal, ha ofrecido en esta ocasión en Sestao, me preocupe por su pobre puesta en escena y la decadente calidad del espectáculo político general en el estado español y os diga por ello que nuestra estrella, tan feliz hasta hoy, está amenazada seriamente por nuestros propios errores. 

No permitamos pues que la falsa apariencia de neutralidad y el buenísimo no correspondido por parte de quienes clara y abiertamente se han situado al frente del discurso fascista, frene nuestra fuerza, no permitamos que nuestra confianza en la inexistente humanidad de quienes ven en nosotros únicamente un enemigo a batir, logre frenar la acción antifascista directa. Aquella que desde la militancia y en los barrios, supone el muro de contención más directo contra la amenaza fascista. El pueblo vasco ha dado sobrada muestra en numerosas ocasiones de su actitud frente al fascismo y lo sucedido en Sestao, no supone sino una muestra más del profundo carácter antifascista y la activa militancia política de gran parte de la población de Euskal Herria, vecinos y vecinas, militantes, compañeros de trabajo y de estudios, diversas vidas y diversos motivos tras cada uno de los rostros de quienes ante la visita de la formación de Santiago Abascal, han decidido mostrar su rechazo firme y contundente al discurso del odio, la provocación y la discriminación. 

Ante todo la verdad, y la verdad es mi señor que nosotros perdimos la batalla contra el fascismo, la perdimos abandonados a nuestra suerte por las democracias burguesas occidentales que pese a su supuesta neutralidad, tomaron claro partido en la Guerra Civil española al permitir la participación del ejército fascista italiano y las tropas de Hitler  por parte del bando sublevado. Perdimos la guerra y perdimos una nueva oportunidad de confrontar al fascismo cuando no supimos presentar batalla a la herencia franquista durante la transición y es por eso que todavía hoy, soportamos en nuestras propias carnes los claros tics antidemocráticos de nuestra política y a una timorata izquierda. Perdimos la batalla contra el fascismo cuando no supimos tejer alianzas internacionales contra el sistema capitalista y nos avergonzamos de nuestras luchas y de nuestra identidad, para abrazar las corrientes políticas procedentes precisamente de los países que en su momento nos abandonaron. Y la perdimos muy especialmente, cuando decidimos que política y barricadas eran ya incompatibles.

No se trata por tanto la lucha antifascista que hoy tratamos de un intento por ganar batallas pasadas, ni de nostalgia o meros actos de reivindicación de algo ya únicamente propio de la historia. No, a lo que aquí me refiero, por lo que aquí se pide mi condena, son actos de ferviente actualidad. Es sin lugar a dudas, una nueva etapa del desafío fascista lo que desde la izquierda enfrentamos y no temo por ello asegurar que las posturas que en Sestao se confrontaban a una y otra orilla del cordón policial, eran una vez más la de fascistas contra antifascistas.

Señor  concluyamos, que ya es tiempo.

Yo Condeno al partido de Santiago Abascal y a su propia persona por ejercer la estrategia de la provocación, acudiendo a poblaciones claramente contrarias a sus postulados políticos sin la más mínima intención de convencer, sino únicamente con el deseo de provocar incidentes con los que aumentar la presión política y sus posibles apoyos electorales por la vía de la confrontación.   

Condeno a los dirigentes de Vox por hacer un uso deleznable e intolerable del pueblo vasco, buscando la criminalización del mismo con el único objetivo de lograr recabar votos en sus feudos tradicionales en otros puntos de la península.

Condeno a Rocío de Meer por su esperpéntico espectáculo en una tierra que sabe bien lo que es la violencia y la verdadera sangre derramada y que por ello jamás recibirá de buen agrado a aquellos que una y otra vez lanzan soflamas al ejército en busca de un posible golpe de estado.

Condeno de nuevo a la señora Rocío de Meer por cambiar su versión sobre lo sucedido en Sestao sobre la marcha y hacer de la supuesta agresión que denuncia en redes sociales y ante la prensa, pero de momento no ante las autoridades, un espectáculo de confrontación en busca de un posible crecimiento del odio que le otorgue meros réditos electoralistas.

Condeno a su vez a la prensa servil con el fascismo, aquella que indiferentemente en Altsatsu o en Sestao, se sitúa contra el pueblo y sin profundizar en la búsqueda de pruebas o contrastar las diferentes versiones, lanza todo su peso sin justicia alguna contra la parte más débil en sus titulares

Y por último: yo condeno a toda esa progresía burguesa de falso antifascismo de triángulo rojo en redes sociales, que puntualmente reniega del antifascismo directo cuando ante la amenaza ultra y la represión policial, demuestran ser los únicos que verdaderamente dan la cara. No solo condeno a ese falso progresismo, sino que reniego de cualquier relación política con ellos.

En cuanto a las personas a quienes condeno, debo decir que ni las conozco ni las he visto nunca, ni siento por ellas más que el profundo desprecio que a todo antifascista le provocan las posturas reaccionarias. Las considero por tanto fuera de toda lógica política y el acto que realizo aquí, no es más que un medio para intentar llamar la atención sobre el tremendo error de considerar al fascismo un interlocutor válido y digno de solidaridad..

Solo un sentimiento me mueve, solo deseo que la luz se haga, y lo imploro en nombre de la humanidad, que ha sufrido tanto y que tiene derecho a ser feliz. Mi ardiente protesta no es más que un grito de mi alma, un deseo para que quienes hoy se lamentan por el triste y fingido llanto del fascismo en Sestao, no tengan nunca que vivir en sus propias carnes el efecto de su llegada al poder. La única vía para impedirlo es la de un antifascismo activo y combativo.

Todavía hay tiempo para reaccionar. Así lo espero.

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