Descubrir el Genocidio a través de los ojos de una niña es un grito inapelable a aquellos que, hasta ahora, ignoraban esa triste página de la historia contemporánea, que ahora ha vuelto a cobrar actualidad, con la reciente guerra de Artsakh.
Por Angelo Nero
Kevin Longman, un joven escritor norteamericano, investiga sobre el desconocido genocidio armenio para escribir un libro, y casualmente conoce a la señora Argopian, una de las pocas supervivientes que accede a rememorar su traumática huida de las hordas otomanas que exterminaron a su pueblo. A través de los recuerdos de la anciana, el joven escritor revive la infancia de Araxie y de su familia, en un pequeño pueblo armenio de Anatolia, donde vivían en paz hasta que los siniestros planes de limpieza étnica del gobierno de los Jóvenes Turcos, en plana descomposición del imperio otomano, alcanzan este lugar, arrebatándole la infancia y la vida de los suyos. En un particular viaje al corazón de la sombra de la humanidad, mientras el mundo mira hacia otro lado, Araxie perderá de golpe la inocencia, su infancia le será arrebatada, y será testigo de una de las más cruentas matanzas de la historia, más de dos millones de personas que serán exterminadas por la soga, por la sed o por el cuchillo, armenios como ella, pero también asirios, yazidís, griegos… En la historia de la pequeña Araxie nos encontraremos monstruos de una naturaleza equiparable a la de los nazis, pero también a héroes anónimos, que no dudaron en arriesgar su vida para salvar a sus hijos, a sus amigos y vecinos. Después de años de silencio, las heridas gritan, porque no han cicatrizado nunca, y como las de la señora Argopian necesitan que alguien escuche esos gritos, tal como hace Kevin, y de testimonio de ellos.
Esta es la línea argumental de la novela “Los hijos del Ararat”, del barcelonés Marc Morte Ustarroz, publicada en Ediciones Carena, uno de esos libros que no te dejan indemne, pues a través de sus páginas es imposible que no sufras con sus protagonistas, víctimas del Genocidio Armenio, y que no sientas en tu piel la desgracia de ese pueblo, al que la suerte, y la historia, le ha dado la espalda tantas veces. Mar Morte ha viajado a lo largo y ancho de nuestro planeta, en especial por el espacio que ocupaba la Unión Soviética y por Asia, publicando numerosos reportajes de viajes, sin pasar, como otros, de puntillas sobre los temas políticos, participando también en la redacción de numerosas guías turísticas sobre Japón, los países bálticos, China, o la Guía del Transiberiano. También publicó, con anterioridad a esta novela, el interesante “El Cáucaso. Entre leyendas y Kaláshnikov”, en la editorial Flor de Viento, un recorrido por Georgia, Armenia y Azerbaiyán, en el que Mar Morte “a través de reflexiones políticas va descubriendo lentamente el alma inquebrantable del Cáucaso, todo ello entremezclado con situaciones hilarantes”.
Descubrir el Genocidio a través de los ojos de una niña es un grito inapelable a aquellos que, hasta ahora, ignoraban esa triste página de la historia contemporánea, que ahora ha vuelto a cobrar actualidad, primero con la reciente guerra de Artsakh, en la que los gobiernos turco y azerí han vuelto a amenazar no solo a la población de Nagorno Karabakh, si no a la de toda Armenia, y segundo con el reconocimiento, tardío, pero reconocimiento al fin y al cabo, de un presidente de EEUU, Joe Biden: “Recordamos las vidas de todos los que murieron en el genocidio armenio de la era otomana y volvemos a comprometernos a evitar que tal atrocidad vuelva a ocurrir”, algo que ha enfurecido al autoritario presidente turco Recep Tayyip Erdoğan. Quizás la lectura de este libro ayudaría al presidente español, Pedro Sánchez, a alinearse, por una vez por una buena causa, con el amigo americano.
Artículo publicado en NR el 2 de mayo de 2021.
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