Lo hemos logrado: el pueblo salva al pueblo

Jamás equipararemos a las víctimas con sus verdugos porque vamos a contar la historia tal y como ocurrió, no a moldearla al gusto de nadie

Por Isabel Ginés y Carlos Gonga

Lo hemos logrado. Como decía Antonio Machado, “en España lo mejor es el pueblo” y nosotros lo hemos comprobado. Llevamos bastante tiempo haciendo documentales sobre memoria histórica y rodeados de gente increíble, luchadora, sacrificada, sincera, elocuente y sin miedo a plantarle cara al fascismo. Es gente que ha plantado cara a quienes les negaban recuperar a sus familiares asesinadas y asesinados; personas que se han enfrentado a quienes negaban sus torturas, que han luchado contra viento y marea por obtener o recuperar lo que la sociedad les debe. Venimos de esta gente: de su apoyo, de sus consejos, de su ayuda. Venimos de su legado.

Se nos censuró un documental, el décimo que hacíamos. Lo precedían nueve documentales en los que trabajamos con Ayuntamientos y entidades provinciales o autonómicas que son un ejemplo de políticas, compromiso y esfuerzo. Hemos trabajado con alcaldes o alcaldesas que nos apoyaban, con concejales de Cultura o de Memoria Histórica que estuvieron a nuestro lado durante todo el proceso de cada uno de ellos. Hemos topado con alguna traba, faltaría más. En algunos lugares hemos recibido algún insulto por parte de espontáneos que no son pueblo sino lastre; simplemente por hacer nuestro trabajo, que es ayudar a contar la historia de las familias a quienes durante décadas intentaron acallar.

Nada de eso último importa ya: estuvimos en un túnel oscuro cuando nos cancelaron el contrato y se nos dijo a malos modos que no habría documental pero lo hemos logrado gracias a nuestra lucha y a la de todas y todos: todas estas familias represaliadas, muchas asociaciones memorialistas con sus numerosos miembros, todas las personas que luchan de una u otra manera por los derechos humanos, quienes reivindican los derechos de la sociedad respecto a la memoria histórica, encendieron miles de antorchas y nos guiaron hacia el final del túnel, hacia la luz, hacia el documental.

Fue duro pensar que tal vez estas historias no podrían salir a la luz cuando nos trataron de censurar y, ante nuestra negativa, nos cancelaron el desarrollo del documental y nos quitaron la financiación junto cuando íbamos a comenzar con él. Nos exigieron ser equidistantes y nosotros jamás lo seremos. Jamás equipararemos a las víctimas con sus verdugos porque nosotros vamos a contar la historia tal y como ocurrió, no a moldearla al gusto de nadie. Equiparar a la víctima violada, apaleada, vejada, torturada, rapada o fusilada con quien cometió el crimen y justificarlo con un desconsiderado “todos hicieron daño” es justificar la injustificable represión franquista: es demagogia. La represión franquista fue un genocidio y se debe contar, no aderezar ni suavizar.

En cualquier lugar o ante cualquier persona defendemos nuestra convicción de que la persona que quiere tratar un genocidio con equidistancia es porque no está implicada en la memoria histórica a nivel moral. Ostentar un cargo de responsabilidad del tipo que sea en materia de memoria histórica no está reñido con ignorar la responsabilidad democrática de garantizar los principios de verdad, justicia y reparación. La equiparación de quien tortura con quien sufre, de quien mata con quien muere, de verdugos con víctimas o del fascismo franquista con la represión franquista no garantiza la verdad: es una media verdad, es una declaración engañosa que incluye elementos verídicos y, por tanto, es también una mentira. A quien considera que el franquismo y sus decenas de miles de víctimas estaban al mismo nivel le importa una mierda la memoria histórica.

Volviendo al hilo de lo logrado, cancelaron todo, nos dejaron sin recursos y se volvió todo negro, no sabíamos qué hacer porque debíamos contar estas historias. Hijas e hijos, nietas y nietos tenían que contar su historia familiar pero quienes deberían haber tenido la responsabilidad democrática de apoyar a estas familias se echaron atrás. Vimos una salida: pedir al pueblo que nos ayudase con sus donaciones; pedir dinero para poder contar. El pueblo no nos falló en esos duros momentos: mucha gente donó su dinero y fue altavoz. Y lo siguen haciendo, lo siguen siendo. Nos abrumaron con sus palabras y sus donativos, con los que pudimos llegar al presupuesto que necesitábamos como mínimo para poder llevar a cabo la grabación del documental.

En mayo lo vimos todo perdido, en septiembre abrimos una campaña de donaciones y nada más lanzarla nos asombramos al ver tanto apoyo, tanto afecto y tantas muestras de cariño. Y es que lo mejor que tiene España es el pueblo, nuestro pueblo, la gente que lleva en las venas la reivindicación y la defensa de los derechos humanos, la lucha por contar la verdad y la defensa del antifascismo.

Lo hemos logrado, el documental se hará. Hicimos un llamamiento en redes y ahora tenemos nuestras historiar para contar, testimonios que antes ni sabíamos que existían, historiadores que acudieron para ayudarnos y, sobre todo, el apoyo de la gente, que nos ha ayudado a difundir la campaña y ha donado su dinero, costándole a muchas personas un esfuerzo, para que este documental sea una realidad; porque creen en la fuerza y la necesidad de la memoria histórica, porque creen en nosotros. La fraternidad, el respeto, el cariño y la determinación que hay en la memoria histórica es un ejemplo de lucha por la justicia social, es un colectivo que lucha unido por y para la verdad. Siempre hay lastres o personas que reman a contracorriente, que tratan de hundir tu barco si no lo pueden tripular, que se posicionan siempre al lado de quien más les cobija pero es una minoría; la mayoría es la que está siempre al lado de la memoria histórica, de los derechos y de las luchas que se llevan a cabo como equipo y con unión, que es más fuerte la intransigencia.

Lo hemos logrado, el documental verá la luz gracias a la gente. Lo hará porque el pueblo salva al pueblo, siempre ayuda a quienes lo necesitan. Ese es nuestro pueblo, el pueblo antifascista, el democrático, el luchador y defensor de los derechos que quiere conocer la verdad y contribuye para que esta se conozca. El que defiende a las personas y las ayuda en sus peores momentos. En el ámbito de la memoria siempre habrá gente que busque su propio beneficio, que priorice la discordia a la unión y trate de provocar pero tengamos presente que de trata de una minoría sin fuerza. A la mayoría la veréis en las calles luchando, en iniciativas esenciales, en tribunas, defendiendo siempre el antifascismo, la lucha por los derechos y por la democracia.

El de la memoria histórica y democrática es un colectivo fraternal que se ayuda y se apoya. El documental ha salido adelante, se hará y saldrá a la luz gracias a él, y gracias al tesón de Carlos y de Isabel, los que escriben, porque sabían que si pedían ayuda al pueblo no les iba a fallar. Hemos trabajado investigando, sacando a la luz lo que ocurrió y estos testimonios que lo corroboran. Seis meses de trabajo a los que solo les faltaba financiación y ahora ya está todo listo para empezar. Lo hemos logrado, este documental es de todas y todos.

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