Lepa Radić, la joven partisana que los nazis no pudieron doblegar

Antes de llevarla a la horca los alemanes le habían ofrecido perdonarle la vida si delataba a sus compañeros partisanos, pero ella declinó la oferta diciendo: “No soy una traidora a mi gente. Aquellos por quienes preguntáis se revelarán cuando hayan logrado borrar a todos los malhechores, hasta el último hombre”.

Por Angelo Nero

Lepa Svetozara Radić nació en Gašnica, en la actual República Srpska, en Bosnia y Herzegovina, a finales de diciembre de 1925, cuando la población pertenecía al Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos, gobernado por el rey Aleksandar I Karađorđević. Sus estudios primarios los realizó en la población cercana de Bistrica, hizó el primer grado en la Escuela de Bosanka Krupa, completando su educación segundaria en Bosanka Gradiška. Como estudiante era una niña trabajadora y seria, interesada en lecturas avanzadas para su edad. Creció bajo la influencia de su tío Vladeta Radić, un activo militante del movimiento sindical.

Apenas adolescente, militó en la Savez komunističke omladine Jugoslavije (SKOJ), la Liga de la Juventud Comunista de Yugoslavia, y en 1941, con tan solo quince años, dio el paso a la militancia en el Komunistička Partija Jugoslavije (KPJ), el Partido Comunista de Yugoslavia, que se había fundado solo cinco años después del nacimiento de Lepa, y cuyo secretario general era el croata Josip Broz “Tito”.

En el transcurso de la Segunda Guerra Mundial, las fuerzas del eje iniciaron la invasión de Yugoslavia, y en tan solo once días, las tropas combinadas de la Alemania nazi, la Italia fascista y de la Hungría autocrática de Horthy, consiguieron la rendición del ejército real yugoslavo, el 10 de abril de 1941.

El mismo día de la capitulación yugoslava, los ustachas de Ante Pavelic, aliado de Hitler, proclamaron el Estado Independiente de Croacia. Y con la rendición incondicional del gobierno del general Dušan Simović, que marchó al exilio londinense junto al rey Petar II Karađorđević, el territorio del antiguo reino yugoslavo  fue dividido entre Alemania, Italia, Hungría y Bulgaria.

Bosanka Gradiška, donde la joven Lepa completaba sus estudios, quedó dentro de los límites del nuevo estado croata, colaboracionista de la Alemania nazi. Por su militancia comunista, ella y otros miembros de su familia, no tardaron en ser arrestados por los ustachas, en noviembre de 1941, aunque gracias a los partisanos del Ejército de Liberación Nacional, que ya habían comenzado a organizar la resistencia antifascista bajo el liderazgo de Tito, consiguió fugarse junto a su hermana Dora. En tan solo cinco años las tropas partisanas se convertirían en el cuarto ejército más importante de Europa, sumando 850.000 individuos. Lepa siguió los pasos de su padre Sveta, de sus tíos Vladeta y Voja, y de su tía Jovanka, que ya habían engrosado las filas del ejército partisano.

En julio de 1942, cuando comenzó la gran batalla por Kozara, Lepa atravesó el círculo enemigo con un batallón y se encontró en Podgrmec. Su padre Sveto y su tío Vladeta murieron en esa batalla, y su único hermano Milan, aún un niño, fue llevado a Jasenovac, de donde nunca regresó. Los combatientes de la compañía Grbavac, donde se encuadró la joven,  se encontraron con su valentía en muchas acciones de sabotaje.

En febrero de 1943 Lepa participó en la batalla de Neretva, dentro del Segundo Destacamento Krajina, encargándose del transporte de heridos al refugio de Grmech. Mladen Stojanović, un legendario comandante partisano y médico, le enseñó cómo cuidar a los heridos.

Esta batalla marcó todo un hito en la resistencia contra los invasores, ya que los partisanos, unos 20.000, comandados por Tito, y por los veteranos de las Brigadas Internacionales, Peko Dapčević, un auténtico genio de la guerra de guerrillas, y Danilo Lekić, apodado Španac (el español), se enfrentaron a las cinco divisiones alemanas comandadas por Alexander Löhr, a tres divisiones italianas, a una de ustachas croatas y a las unidades chetniks de Draža Mihajlović, que sumaban 150.000 combatientes.

Durante los feroces enfrentamientos cerca de Grmeč, en enero de 1943, Lepa era miembro del personal para la evacuación de personas y heridos, alimentos y ganado de la zona atacada por el enemigo. Organizó fugas, ayudó y animó a las madres con niños, condujo a los indefensos, desnudos y hambrientos en la montaña helada y sitiada.

Durante la lucha contra la 7ª División SS de Montaña «Prinz Eugen», formada por volksdeutsche, residentes alemanes étnicos de los Balcanes y los Cárpatos, bajo la jefatura del general rumano Arthur Phelps, la partisana Radić fue capturada. Cuando la Quinta y la Segunda Krajina rompieron el cerco enemigo a través de Ravni Do, Lepa, con más de cien mujeres, niños y ancianos, caminó a través de la profunda nieve detrás de las brigadas guerrilleras. Pero las rápidas columnas alemanas cortaron la huida en las montañas. Su grupo también estaba rodeado. Disparó todas las municiones de un rifle y una pistola contra los alemanes, pero no pudo defenderse a sí misma ni a los niños y mujeres indefensos.

Trasladada a Bosanska Krupa, en el norte de Bosnia, donde fue torturada con la intención de sacarle información, y ante su obstinado silencio, fue condenada a muerte. Tenía tan solo 17 años cuando los nazis le pusieron la soga al cuello, un 8 de febrero de 1943, y gritó sus últimas palabras: “¡Viva el Partido Comunista, y los partisanos! ¡Luchen, gente, por su libertad! ¡No se rindan ante los malvados! ¡Seré asesinada, pero hay quienes me vengarán!”. Antes de llevarla a la horca los alemanes le habían ofrecido perdonarle la vida si delataba a sus compañeros partisanos, pero ella declinó la oferta diciendo: “No soy una traidora a mi gente. Aquellos por quienes preguntáis se revelarán cuando hayan logrado borrar a todos los malhechores, hasta el último hombre”.

Durante la lucha por la liberación de Zagreb, se encontró una película en el bolso de un soldado alemán que murió en Ilica. Cuando se reveló la cinta se descubrió que los nazis habían grabado la ejecución de Lepa Radić, que sorprendía con la serenidad que había encarado la muerte, pese a su corta edad. Aunque su identidad no fue revelada hasta muchos años después cuando un soldado que visitaba el Museo de la Revolución, en Mostar la descubrió: ¡esta es la hermana de mi tío!

En el lugar donde fue ejecutada hay un busto que la recuerda, y en 1951 recibió la Orden del Héroe del Pueblo, siendo la más joven de todas las personas que recibieron esta distinción.

En 1973 se estrenó la película “La batalla de Sutjeska”, dirigida por Stipe Delic, y con banda sonora de Mikis Theodoräkis, una de las más caras de la historia yugoslava, protagonizada por Richard Burton, en el papel de Josip Broz “Tito”, Anton Diffring como Alexander Löhr, Günter Meisner, como Rudolf Lüters, Orson Welles como Winston Churchill, donde Milena Dravic interpreta a Vera, un papel inspirado en la joven Lepa Radić.

Se el primero en comentar

Dejar un Comentario

Tu dirección de correo no será publicada.




 

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.